lunes, 29 de octubre de 2018

¡NUNCA SERÉ VIEJO!

Cuando somos niños y entramos en uso de razón, comenzamos a preguntar sobre el "por qué" de las cosas, y obviamente "pensamos como niños", "sentimos como niños", "razonamos como niños"...aunque los niños de mi generación de los 70s tal vez eramos "más inocentes" en nuestros pensamientos en relación a los niños de hoy, a quienes la tecnología y el liberalismo han "envejecido" antes de tiempo.

Recuerdo que tenía 6 años, hace 46 años, y el pequeño Marco Antonio preguntaba a todo el mundo ¿Cuántos años tienes? ...33 respondió mi padre, 30 años expresó mi madre, 62 años mi abuelo Alberto, 9 años mi hermano mayor, 30 años mi tío, 7 años mi amigo más cercano, y preguntaba... preguntaba...la mayoría de las personas expresaban ser mayores que el suscrito, y un día le dije a mi padre: Papá ¡Nunca seré viejo!...mi padre sonreía, y a veces me decía, lo que sucede es que eres un niño aún, pero irás creciendo, y cumplirás años, hasta que seas adulto...a pesar de ello, no comprendí a mi padre ya que era un "eterno niño feliz", que sólo pensaba en jugar, en que me atiendan, en tener que vivir en un hogar donde contaba con padres exigentes y trabajadores, quienes con amor y esfuerzo, y también con errores, sacaron adelante a una familia numerosa.

Los años pasaban, cumplí 7 años, 8 años, año en que estuve internado 20 días en un hospital ya que enfermé de los riñones y que felizmente superé ese mal momento, 9 años...ya estaba más "grande", ya recuerdo más algunos detalles, los malos tratos y humillaciones que recibí en mi colegio de parte de mi maestra, la recordada "señorita Esther", quién a través de sus afirmaciones negativas contra mi persona marcó mi autoestima cuando era niño...era solo un niño...

Así seguía pasando los meses, los días, los años...aún cuando tenía 10 años pensaba en que "faltaba mucho" para ser "viejo", y a esa edad ya quería tener 15 años para ir a los recordados "quinceañeros", de aquellos en que todos los varones acudían con ternos, limpios e impecables, y las damas de toda edad se presentaban con su vestido más elegante, luciendo más bellas que nunca...esos eran los "quinceañeros de mi generación"...entre los 11 y 12 años,evidencié cambios físicos y manera de pensar, a  los 12 me enamoré de una chica de 15 años, que obviamente "no me dio bola", ya que ella miraba a los chicos de su edad o mayores que ella, y yo era un "mocoso" de 12...que iba a saber sobre las cosas del amor...llegaron los 13, 14, 15 y 16 años, y fueron tal vez los más difíciles de mi adolescencia, momentos difíciles en mi hogar, cambio de escuela, amistades buenas y no tan buenas, conflictos y sufrimiento, limitaciones en mi proyecto de vida, pero aún así había alegría...recuerdo que a los 16 años un amigo de la misma edad me contó su gran hazaña: ¡En la fiesta del sábado me besé con una vieja de 21 años! y le dije ¡Anda mentiroso! a lo que me respondió ¡Le engañé que tenía 22 años! y eso, para mí, era una jugada maestra de mi amigo, un maestro a quién debo imitar...tan sólo tenía 16 y no pensaba en ser viejo.

Llegaron los 17 y 18, y me dediqué a trabajar como vendedor, y vendía de todo, desde jabón hasta pisos de jebe, así como artefactos, y también estudiaba ingles, no había para más, ya que también debía colaborar económicamente en mi casa, hasta que a los 19 años conseguí un trabajo que marcó mi vida para siempre,  que fue el de maestro de escuela, que al final la convertí en mi profesión, y ahora después de más de treinta años, siento que es mi vocación, que esa ocupación es la que más me agrada llevar a cabo...los años seguían pasando, me enamoré, sonreí, lloré, me alegré y aún por momentos venía a mi mente ese pensamiento de niño: ¡Nunca seré viejo! mis primeros años de maestro fueron marcados por el ímpetu de dar lo mejor en mi trabajo, las buenas juntas marcaron mi vida positivamente, así como las malas influencias hicieron que pague las consecuencias de diferentes formas: familiar, sentimental y laboralmente, y me dejaron enseñanzas, pero aún así no cambiaron mi esencia, la de ser una persona alegre, pero al mismo tiempo sentimental, soñador, por momentos solitario, un tanto rebelde y a la defensiva, tal vez los primeros 10 años de mi existencia marcaron mi personalidad.

Cuando cumplí 25 años aún pensaba en el ¡Nunca seré viejo! ¡Falta el doble para tener 50!...y ahora tengo 52...¿Dios mío que pasó? ¿Por qué tan rápido pasaron los años? ¡Si parece ayer cuando era niño! Ayer tuve 5...10...12...15...28...20...24...25...27...31...35...38...40...42...44...47...50...hoy escribo esto a los 52 años y cinco meses...y ahora puedo afirmar que ¡nunca seré viejo! saben ustedes ¿Por qué?...¡Porque ya soy viejo! ya camino por la vida más de medio siglo, y aunque en realidad no me siento como tal, puedo asegurar que la niñez y juventud es corta, pero es la etapa más hermosa de la vida, en que si te ayudan a  desarrollar tu personalidad y autoestima lograrás caminar seguro por la vida. 

Nací el siglo pasado, el año 1966, mi experiencia humana está marcada por hermosos, buenos, regulares y malos momentos, reí y lloré, gané y perdí, mentí y me mintieron, perdoné y me perdonaron, amé y me sentí amado, estudié y sigo estudiando, fui criado " a la antigua", hijo de padres conservadores, que hasta ahora puedo abrazar, padre pisando los ochenta años, madre de 76, luchando día a día por su existencia...mujer buena y de fe.

Amigos, los años se "pasan volando", permitan a sus hijos ser niños, no los maltraten, pero si deben formarlos con esmero y exigencia, que nunca falte al amor, logren que tengan personalidad a prueba de todo, sonrían con ellos, no los insulten, no los comparen con ustedes, no hieran su autoestima, no los hagan débiles, hagan de ellos hombres y mujeres buenos, díganles que irán creciendo, que cada día que pasa deben vivir con bondad e intensidad, que luchen por conseguir sus metas, que no hagan daño a nadie, que valoren su buen existir.

La edad que podamos tener, será "nada" para la historia de la humanidad y del universo.

Nunca seré viejo si a pesar de todo puedo sonreír.

Dios los bendiga por siempre.

Marco Antonio Malca Delgado
Lunes 29 de octubre del 2018
05:36 am  

    

 


                 

domingo, 21 de octubre de 2018

¡LINDO DÍA HIJITO!

¡Que interesante es observar como los padres llevan a sus hijos a la escuela muy temprano en la mañana! Si observáramos los rostros, formas y actitudes de los mayores para con sus hijos nos daremos cuenta fácilmente que todo ello marcará el éxito de la jornada educativa de los más queridos del hogar.

Ha aquí algunos estilos de los padres y/o apoderados para llevar a sus hijos al colegio:

1.-  Papá y mamá dejan a sus hijos con una sonrisa en los labios.-

       A decir verdad, es difícil, más no imposible que la pareja unida traslade a sus hijos al colegio, pero logré ver a una pareja que llevó a su hijos hasta la puerta del colegio y lo despidieron con un abrazo, un beso y una inmensa sonrisa, brindándole confianza y seguridad.

2.- El hijo camina adelante con temor, y el padre atrás con cara de pocos amigos, cargando la mochila y la lonchera.-

      Puede ser por varias razones, pero el padre es el responsable, y en este caso parecía que se sentía obligado a cumplir con su deber paternal, su menor hijo caminaba cohibido, disminuido en su autoestima... ¿Cómo llegará anímicamente a estudiar?

3.-  Mamá deja a su hija en su auto y la bendice.-

      Se trataba de una mamá que antes de ir a trabajar, lleva a su hija a la escuela, muy bien presentada y con una sonrisa en el rostro que contagia de optimismo y alegría a su hijita, y antes de retirarse la bendice y le brinda un abrazo afectuoso.

4.-   La abuelita deja a su nieta con mucho amor.-

       Que lindo fue observar que la abuela de una pequeña estudiante de primaria la trasladaba con alegría y amor hacia la escuela, y al despedirla le deseaba un lindo día y la exhortaba a dar lo mejor en sus estudios.

5.-  El hermano mayor lleva a su hermanita a la escuela.-

      Cumpliendo un importante rol, tal vez haciendo las veces de un verdadero padre, observé a un joven, al parecer universitario, dejar en la escuela a su hermana que cursa estudios en el nivel primario, exhortándola a que se porte bien y preste mucha atención a sus clases.

6.- Papá deja a su hijo en la escuela, expresándole que si no estudia lo cambiará de colegio.-

     ¡Es tu última oportunidad! ¡Si no estudias te cambio a un colegio nacional!..el niño ingresa a la escuela avergonzado y disminuido en su autoestima: ¿Logrará superar su bajo rendimiento?

Estas seis situaciones las pude observar al transitar por dos escuelas cercanas a mi domicilio, en la actualidad, es difícil que los padres trasladen a sus hijos a la escuela, ya que en su gran mayoría contratan movilidades en base a sus posibilidades económicas, que van desde taxis, camionetas que brindan servicios de movilidad escolar, buses de servicio público, la temidas mototaxis, etc. y sólo los que viven cerca a su colegio lo hacen caminando, a veces acompañados, sobre todos si son niños.

Que lindo es ver como aún existen padres de familia comprometidos y responsables, que haciendo esfuerzo llevan a sus hijos a la escuela antes de irse a laborar,  son de aquellos padres que se esfuerzan por cumplir con su misión, afirmando a sus hijos, haciéndolos sentir que son lo más hermoso que tienen, y definitivamente eso marcará positivamente la vida de los más queridos del hogar, más aún en esta etapa trascendental de su formación.

Recuerdo como si fuera ayer a mi padre, quién junto a mis hermanos nos trasladaba a la escuela, pero a decir verdad no guardo gratos recuerdos, ya que mientras manejaba su auto, nos maltrataba físicamente, por haber salido mal en algún examen, aún guardo en mi "vídeo" cerebral los latigazos que nos propinaba mientras manejaba...imagínense el estado de ánimo con que llegábamos al colegio... pero no guardo rencor alguno, ya que el también fue víctima cultural del momento social que le tocó vivir...era la época de "la letra con sangre entra"... que retrógradas...
Por eso queridos padres les recomiendo no maltratar a sus hijos, ni física ni verbalmente.

¡Lindo día hijito! ¡Lindo día hijita! ¡Eres de los/as mejores! ¡No lo olvides nunca!
¡Hoy tendrás un día de clases inolvidables! ¡Tu puedes! ¡Confío en ti!

Dios los bendiga por siempre.

Marco Antonio Malca Delgado
Sábado 21 de octubre del 2018
01:19 am     

jueves, 18 de octubre de 2018

EL APELLIDO FUJIMORI

En un país de más de treinta y dos millones de habitantes, una hermosa nación llamada Perú, hablar del apellido Fujimori se ha convertido en pan de cada día.
Gratitud, odio, rencor, indignación, cólera, compasión, solidaridad, condena y muchos otros sentimientos son los que la población manifiesta cuando se habla de alguien que lleva el apellido en mención.

En base a lo que observo y he vivido en estos últimos 28 años, son Alberto Kenya y Keiko Sofía, padre e hija, quienes en un inicio gozaron de la aceptación y preferencia de gran parte de la población, pero que a través del tiempo la ciudadanía fue cambiando de opinión al ver actitudes que mermaron la reputación de ambos personajes de la política peruana: Alberto, condenado a 25 años de cárcel, culpado de genocida y malversador de fondos del estado, entre otras graves acusaciones y Keiko, hija del ex presidente quien postuló dos veces a la presidencia del Perú, perdiendo las elecciones en ambas ocasiones, pero que a decir de muchos, esas derrotas despertaron odio en ella, a tal punto de dirigir a los congresistas de su partido "Fuerza Popular" a gestionar para sus intereses partidarios, boicoteando la gestión del ejecutivo y sus ministros, logrando "Vacar" al Sr. Pedro Pablo Kuczynski, a pesar de ser el que brindó el indulto humanitario al ex presidente Fujimori.

Por otra parte Kenji Gerardo, al parecer hijo predilecto del ex jefe del estado peruano, quién también incursiona en política como congresista, expulsado del partido político de su hermana Keiko, suspendido del congreso por 120 días y luchador incesante por la libertad de su padre, podemos afirmar que se trata de un buen hijo, pero no de un político eficiente que necesita un país para su desarrollo y progreso, de aquellos que al parecer en el Perú están en proceso de extinción o sencillamente los más capaces no quieren comprometerse a servir a su país.

La Señora Susana Higushi Miyagawa, ex esposa de Alberto Fujimori, primera dama del Perú en el período 1990 - 1994, quién acusó a su ex cónyuge de maltratos y torturas, que culminó con el divorcio de la pareja presidencial en el año 1994, ocasionando serios daños en su salud emocional y mental.

Los otros hijos, Hiro Alberto y Sachi Marcela, no tienen vínculos con agrupación política alguna, pero al ser parte de la familia Fujimori, también son investigados en la actualidad, observando en ellos una gran tristeza por lo que viene aconteciendo en su entorno familiar directo.

La finalidad de estas líneas no es expresar mi condena o gratitud para la personas a quienes mencioné líneas arriba, y que al haber sido personas públicas  tuvieron la gran oportunidad de pasar a la historia como una familia cohesionada, unida, ejemplo de honestidad y trabajo, de esas disciplinadas familias Japonesas que tanto admiramos los peruanos: ¿Que sucedió Señor Alberto y Señora Susana?, ¿Quién les hizo daño para romper su vínculo familiar? ¿Montesinos? ¿Grupos de poder? ¿Cómo educaron a sus hijos, sobre todo a Keiko y Kenji? ¿Por qué el llegar al poder los condenó a romper los lazos familiares? ¿Cuál es la fotografía de inicio de la "familia presidencial", esa de amplias sonrisas en el año 1990 y cuál la de hoy? ¿Puede la política destrozar a una familia unida?

No los condeno, no los censuro, no los odio, no les guardo rencor familia Fujimori, y en este momento estoy haciendo un ejercicio mental, visualizando a ustedes juntos nuevamente, dirigiéndose al país que confió en ustedes, dando su testimonio sobre estos últimos 28 años de su vida familiar: ¿Crecieron? ¿Dejaron un mensaje de familia cohesionada a todo el Perú? ¿Formaron y forjaron hijos unidos? ¿Fueron transparentes en su gestión? ¿Por qué los culpan de tantos delitos? ¿De cuáles son culpables en realidad? ¿Se corrompió el concepto de familia en ustedes?   

Y Ustedes, Peruanos, familias Gonzales, Mamani, Pérez, Málaga, Calderón, García, Humala, Mulder, Chacón, Becerril, Quiroz, Yoshiyama, Belaúnde, Díaz, Albújar, Salazar, Linares, Arce, Rivera, García y miles de apellidos de tan querido país: ¿Han mirado al interior de sus familias? ¿Cómo están gestionando su convivencia, unión familiar, progreso y valores en la célula básica de la sociedad?  
¿Cómo están formando a sus hijos? ¿Les enseñan a compartir? ¿Qué le dirían a la familia Fujimori, pero sin insultarlos?    

La familia es el más hermoso vínculo que todo ser humano pueda tener, no la destruyamos.

Dios los bendiga.

Marco Antonio Malca Delgado
Jueves 18 de octubre del 2018
12:06 pm 



     


     









          

sábado, 6 de octubre de 2018

DUNKER PARA LA ETERNIDAD

Desde que nacemos, iniciamos una carrera por la vida, la cual será una intensa aventura llena de colores y peripecias de todo tipo, y a través de ellas creceremos, maduraremos, reiremos y lloraremos, Dunker no fue la excepción de la regla, su paso por el mundo tuvo un gran sentido, dejó huella por donde transitó, pero por sobre todo tuvo la voluntad de trabajar para tener un hogar próspero y digno.

Nacido un 18 de diciembre de 1931, su vida estuvo llena de grandes retos, su querida madre partió joven, y tuvo que afrontar la vida con fuerza, valor y fe, no fue fácil, ya que tuvo que ser padre para sus hermanos menores, una de sus primeras labores fue arreglar somieres, y gracias a su carisma y tesón lograba llevar el sustento para su modesto hogar.

Pasaron los días y los años, y el joven Dunker ingresó al mundo de las ventas, en el cual se sintió "como pez en el agua", ya que fue la ocupación que marcó su vida profesional, en definitiva había nacido para ser vendedor, y no del montón, sino de aquellos que creaba su estrategia y método de ventas, de aquellos que conquistan a sus clientes, de aquellos que terminaban vendiendo su amistad dada su alegría y buen corazón.

Pero su mejor conquista fue enamorar a su adorada Marina, su compañera de toda la vida, con la que cimentó su buen hogar, llegando Zoila, Marina, Ronald y Cecilia, sus queridos hijos, quienes se convirtieron en su alegría y motivación. 

Los años pasaron y Dunker se convirtió en un próspero empresario, llegando a fundar su propia empresa en unión de dos grandes amigos, y tal vez no se dio cuenta, pero formó un equipo de vendedores capaces de vender "todo", su empresa tuvo su propia escuela de ventas, logrando liderar el mercado de electrodomésticos y formar un equipo progresista y comprometido.

Su vida estuvo llena de experiencias y vivencias, de éxitos y dificultades, de aciertos y errores, de alegrías y tristezas, de lágrimas y sonrisas, de perdonar y pedir perdón, de amar y sentirse amado, de trabajar y descansar, de bajar y subir, de días claros y oscuros, y siempre estuvo allí, de pie para seguir luchando como todo buen soldado de su existencia.

Los años mayores llegaron para el, y aún así seguía trabajando, y es que trabajar era para el su mejor pasatiempo, la satisfacción de sentirse útil y llevar el sustento a su digno hogar, y llegaron los 80 años de edad y aún habían fuerzas para más, pero las olas de la vida lo llevaron a pasar sus últimos años en su casa, junto a Marina, a sus hijas y nietos, ya los pasos eran más lentos y débiles, ya el fuego de su vida estaba cercano al horizonte.

¿Saben amigos? Hoy fui a visitar a Dunker pero no lo encontré de pie, como siempre acostumbraba, hoy lo vi dormido dentro de un ataúd, pero tan solo estaba su cuerpo, la llama de su existencia había partido a la eternidad, a ese lugar llamado cielo, donde los que tienen fe en Dios anhelan algún día llegar.

Hoy fue un sábado diferente, hasta el cielo envío una lluvia de lágrimas anunciando que ya no lo veremos físicamente, y nos hizo recordar una vez más que no dejemos para mañana lo que debemos hacer hoy, que nos abracemos todos los días y que no dejemos de expresarnos palabras llenas de amor.

Estas líneas son para recordar a un hombre bueno, amigo de mis amados padres, a quién conocí desde que tengo uso de razón, quién me dio la oportunidad de trabajar en su empresa cuando era muy joven, quién con sincero aprecio aconsejó y regalo maravillosas experiencias del trabajo y del corazón.

Hoy te dedico estas líneas a ti... Dunker para la eternidad.

Por favor, no olvides hacer reír al Señor.

Marco Antonio Malca Delgado
Domingo 07 de octubre del 2018
01:32 am


 






 

 

jueves, 4 de octubre de 2018

EL BAJAR Y EL SUBIR

Hola, cuando salgo a trotar o caminar me siento liberado, sobre todo si lo llevo a cabo cerca al mar, donde siento el aire fresco que ingresa a todo mi cuerpo, y lo hallo sanador, oxigena mis músculos, mente y eleva espiritualmente, alivia mis cargas emocionales y reduce mi estado de ansiedad, es en realidad maravilloso, como no agradecer a la naturaleza por tan bello obsequio.

Hoy experimenté algo que nos sucede día a día a los humanos: "Bajar y subir", en ese orden, será mejor para explicarles el por qué.

Hoy al bajar por una larga ciclovía construida sobre el acantilado hasta la playa sentí que lo hacía sin mayor esfuerzo, y recordaba a tantas personas que a lo largo de mi existencia me expresaban que bajar hasta lo más hondo es muy rápido, y que lo que has construido con tanto esfuerzo puede venirse abajo en cuestión de segundos, y también al llegar al final, es decir, donde ya no había donde bajar, sentí que corría mirando hacia arriba, miraba la parte alta del acantilado, para subir nuevamente.

Mientras permanecía abajo seguía trotando, hasta que pude visualizar unas escaleras que me llevarían con seguridad a la parte superior del acantilado nuevamente, respiraba profundo, mantenía un ritmo de velocidad pausado, hasta que llegué a las escaleras y empecé a subir, paso a paso, inclusive llegué a contar los escalones, y experimenté lo difícil que era subir nuevamente, cada paso que lograba subir representaba un gran esfuerzo, el mismo que hacemos cuando queremos superar los problemas y dificultades que en la vida nos toca afrontar... mi respiración se aceleraba cada vez más y más, mis músculos se iban poniendo duros como piedras, y sentía que ya no podía seguir subiendo, y cuando eso pasaba me detenía, trotaba sobre mi propio lugar, respiraba hondo, y seguía subiendo paso por paso, con dificultad, con dolor de piernas fruto del esfuerzo por subir, como cuando nos sentimos sumidos en la mediocridad y cada logro por más pequeño que sea nos duele, cada "subida de escalón nos cuesta arduo trabajo", incluso lágrimas de dolor ya que nuestras limitaciones nos hacen sufrir antes de lograr subir otro escalón en nuestra vida... eso experimenté hoy al bajar y subir, y comprendí en forma práctica lo que el día a día nos brinda, "Bajar" y "Subir", será todo un reto mantenernos arriba una vez que hayamos logrado "subir" y será muy fácil "bajar", es decir venirnos a pique en cuestión de segundos, los 224 escalones que subí para llegar a la parte superior del acantilado me costaron mucho esfuerzo lograrlo, pero me sentí contento al llegar, y pensé que algún día el ascenso se detendrá y empezaré a descender, en lo físico y facultades, pero anhelo lograr "Subir" en valores, principios y actitudes, eso hará que la balanza de mi vida tenga una ecuanimidad y coherencia.

Recuerdo a un ex compañero de trabajo y amigo expresar lo siguiente: "Todo lo que sube tarde o temprano baja", "Hasta las torres más altas se vienen abajo"... y después de años de recordar sus afirmaciones debo expresar que estas expresiones guardan relación con nuestro día a día, subimos y bajamos, ganamos y perdemos, tenemos amigos y los perdemos, hoy puedo tener un buen trabajo, mañana no, y las torres más altas se vienen abajo cuando en nuestra experiencia humana no pusimos tal vez buenas bases a nuestra existencia, guarda relación con nuestros valores y principios, con el actuar en forma sencilla y fraterna con nuestros semejantes, cuando actuamos con soberbia y vanidad.

Muchas veces en mi vida bajé, y volví a subir...me costó mucho más, por eso cuando logremos estar "arriba", debemos actuar con buena fe y afán de servicio, no sacar provecho de alguna posición que podamos tener y actuar bien o tratar de hacerlo en todo momento.

El bajar y el subir forman parte de nuestra experiencia humana, cuando encontremos el equilibrio en nuestra existencia lograremos afrontar con éxito ambas situaciones.

Dios los bendiga por siempre.

Marco Antonio Malca Delgado
Jueves 04 de octubre del 2018
16:20 pm