Mis buenos amigos muy buenas noches, son las diez y cuarentaicinco minutos de la noche, y estaba recordando a Bella (Así la llamaré), quién es una niña de aproximadamente ocho años de edad que inspiró mucha ternura en mi ser al verla tan noble y tan sonriente.
Eran aproximadamente las diez y treinta de la noche del martes 13 de mayo, hora en que salía de una función de cine junto a mi familia, cuando entre la gente que salía apresurada hacia sus hogares, observé a una niña que estaba vendiendo chocolates, y que nadie le compraba nada, ni siquiera le decían: "No deseo gracias", quizás era por lo avanzado de la hora, pero cuando pasé al lado de la niña, escuché una voz dulce y alegre que me dijo: "¡Señor, cómpreme chocolates!" y al voltear mire a una hermosa niña de cabellos negros y ojos grandes con apariencia muy sencilla que con una sonrisa, a pesar de que era muy tarde para ella, me ofrecía sus deliciosas golosinas.
Recuerdo que cuando la vi le dije: "¡Pequeñuela!", "Deberías estar descansando en tu casa", "¿Que haces aquí tan tarde?" Y Bella me dijo: "Señor, estoy trabajando para pagar mis estudios y ayudar a mi papá y a mi mamá"...... sin descuidar el hermoso detalle de su sonrisa de Chocolate.
Cuando la miraba pensaba en todas las niñas que en ese momento estaban en el calor de su hogar, junto a sus padres, bien abrigaditas y alimentadas, y también pensaba en todos los niños y niñas que así como Bella, trabajaban en la calle para llevar el sustento y ayudar a sus padres.
Todos sabemos que los niños han nacido para ser felices, todos sabemos que los niños han venido al mundo a llenar con Amor verdadero sus hogares, pero la realidad de muchos de Ellos, incluyendo a Bella, es completamente diferente.
Me fascinó platicar por un momento con una niña tan encantadora, que me inspiraba un hermoso sentimiento paternal, es por eso que al recordarla la llamo "Bella".
Cuando terminamos de conversar le dije que debe estudiar mucho para que sea de las mejores, y me dijo: "Sí Señor, así lo haré"................
Sé que la propina que le di no es nada para las necesidades que tiene esta linda niña, quién ojalá no este bajo el dominio de explotadores de menores.
Me prometió que iba a estudiar mucho, y que con el dinero que gane vendiendo sus chocolates iba a terminar de comprarse sus útiles escolares ya que cuando sea grande llegará a ser una gran profesional.
Cuando nos despedimos le di la mano y le acaricié su cabecita, y ella me regalo su inmensa sonrisa de chocolate, la cual nunca olvidaré...................
Varios metros más allá, volteé y ella me hizo adiós con su mano derecha...... estaba sola, sin el calor de su hogar, estoy seguro que si la abrazaba y daba un beso ella haría lo mismo conmigo, pero no me atreví a hacerlo, y ahora estoy seguro que ella necesitaba de Amor, compañía de sus padres y protección familiar.
Amigos, el día a día nos hace indiferentes, nos hace pensar que ver niños trabajando a las diez y treinta de la noche es lo más normal del mundo, lo vemos tan natural, que hasta los tratamos como adultos, y en muchos casos ni los miramos, tal como le pasaba a Bella, la buena niña de la inmensa sonrisa y bolsita de chocolates.
Les pido por favor con mi corazón de Educador que no seamos indiferentes cuando veamos niños que se nos acercan a ofrecernos golosinas, no es requisito ni obligación comprarles algo, pero creo que si los tratamos bien, compartimos con ellos y les correspondemos con Amor e igualdad, ya que son nuestro prójimo, ellos podrán ilusionarse con un mundo más justo y mejor para ellos y sus familiares.
Bella, te envío abrazos y besos de chocolate......... la vida te sonreirá muy pronto................
Dios los bendice mis amigos.
Marco Antonio Malca Delgado
16 de Mayo del 2014
23:28 pm
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