Ayer domingo, muy temprano en la mañana, salí a trotar; como lo suelo hacer con frecuencia, y en esta oportunidad llevé a cabo un experimento de amplitud social y cultural, que consistía en saludar de manera cortés a toda persona que pasara junto a mí.
El resultado final de mi experimento no fue tan alentador, ya que el mayor porcentaje de personas a quienes saludé, no respondieron a mi saludo en forma educada, pero también reflexionaba en que tal vez ellos pensaban que no estaban en la obligación de responder el saludo a un "Desconocido".
Debo también enfatizar que solo saludé a personas mayores, quienes al recibir mi saludo, sólo atinaban a mirarme extrañados, tal vez por que en la ciudad nadie saluda a desconocidos, como sí se realiza en provincias, donde aún se conserva esa educación de antaño, donde prácticamente los padres "Obligaban" a sus hijos a saludar a toda persona que se le cruzara en el camino...los tiempos han cambiado...
El saludo, es una palabra, expresión, gesto o cualquier otra acción que una persona expresa a alguien cuando se encuentran o se despiden, mostrando atención, sincero afecto y alta cortesía.
Hoy, al parecer, los tiempos cambiaron, pero no para bien, y no lo digo por el hecho que muy pocos hayan respondido a mi saludo en señal de correspondencia a mi cortesía, sino a la forma de criar a los hijos que tienen los padres del siglo XXI en un gran porcentaje.
Actualmente, el "Buenos días", "Buenas tardes", o "Buenas noches", han sido reemplazados por un frío "Buenas..." o en un gesto sin expresión, o sencillamente no hay saludo.
Hace más de 45 años, es decir en mi niñez, mis padres me enseñaron a saludar a toda persona mayor, con voz clara y expresiones completas. no con un descortés "Buenas...", así educaban los padres de antes, y exigían a sus hijos a saludar cuantas veces sea necesario y a personas de toda edad y nivel social y económico... pero eso era antes... parece que en la actualidad saludar es "cursi", a tal punto que la persona que saluda llega a ser considerada "Especie en extinción"... un fuera de serie.
Una vez más, descargo con positivismo y afecto, mi ráfaga educativa hacia los hogares, los buenos hogares, que en la actualidad escasean, y hasta se han convertido en pequeñas reservas morales del mundo, a seguir formando a sus hijos bajo sólidos valores y urbanidad, que aprendan para siempre que un saludo sobrio y elegante les abre las puertas del mundo y dirá mucho de su persona y familia, y será apreciado de manera natural, ya que toda persona que actúa con educación, buen trato y amor al prójimo, son acogidos en un mundo que va perdiendo valores, y aunque no debería ser, son tomados como modelos a seguir, tan sólo por cumplir con su deber sin llegar a ser extraordinario: "Saludar es algo normal en un ser humano bien formado", es un deber de estado y carta de presentación para su prestigio personal.
Retorno a mi niñez...recuerdo a mis padres...si llegaba a casa y pasaba la puerta sin saludar, de inmediato me decían "Salga de nuevo, toque la puerta y salude"... y eso tenía que hacer así no me gustara, y marcó mi existencia, gracias papá...gracias mamá...
Exhorto a las familias de hoy, especialmente a los padres como primeros educadores de sus hijos, o los que están asumiendo ese trascendente rol, a ser exigentes con sus hijos en su formación en valores, civismo y urbanidad, y que aprendan que un saludo es la carta de presentación de toda persona, es nuestra primera evaluación de como hemos sido criados en nuestros hogares.
¡Buenos días mis amigos! Son la 1:50 de la madrugada.
Nunca lo olvidemos: "El saludo es la máxima distinción que podemos expresar al prójimo".
Dios los bendiga por siempre.
Marco Antonio Malca Delgado
Lunes, 07 de mayo del 2018
01:52 am
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