En las universidades del Perú está por culminar el primer semestre académico, en un año convulsionado a ultranza por el desorden social y político del país, aunado a una crisis familiar cada vez mayor.
En estudios generales, tuve alumnos de una diversidad socio cultural impresionante, lo cual, como docente de educación superior me permitió comprender mucho más la diversidad, estilos y ritmos de aprendizaje, así como el talante en cada uno de ellos.
Valoré sobremanera el esfuerzo de algunos estudiantes que no sólo estudiaban, también trabajaban y tenían responsabilidades familiares, observando en ellos una mayor madurez en sus estudios, uso de los marcos teóricos y presentación de sus actividades de aprendizaje.
Asimismo, me sentí sumamente preocupado al observar la poca disposición a la investigación, es decir, a profundizar más en los temas que desarrollamos en las clases, siendo notorio al momento de formular preguntas, cuyas respuestas en gran porcentaje fueron empíricas, no con contenido de especialidad a pesar de tenerlos como herramienta de estudios.
Por otra parte, observé en mis alumnos universitarios un pensamiento "escolar", sobre la forma como deben ser evaluados, por ejemplo, el hecho de asistir a clases: ¿ Debe tener la máxima nota en una escala vigesimal ? ¿ Debo poner 20 de nota a un alumno por el simple hecho de cumplir su deber ?
La evaluación es un juicio de valor, y en el Perú en términos generales no hay un criterio asertivo para poner a los estudiantes una nota adecuada a su real rendimiento, que dicho sea de paso sólo se "cumple" con lo mínimo, no hay, o en todo caso no observé el "plus" en un alto porcentaje de estudiantes que me indique que debo calificarlos con una nota "superior", entre 17 a 20 por ejemplo.
Dentro del sistema educativo en general, veo una "oferta evaluativa grande", donde el "profe" que pone 20 es lo "máximo", y el que califica asertivamente es el "tirano", nada más alejado de la realidad, la misma que deja ver los reales resultados con el paso del tiempo.
Conozco docentes, que en mi labor como director de colegio entrevisté, y observé sus promedios universitarios, los mismos eran sobresalientes, pero que al observar su desempeño profesional no representaba lo que estaba plasmado en el acta de evaluaciones de su facultad de educación... ¿ Qué sucedió ? ¿ Quién o quienes son los responsables de que el estudiante haya egresado con promedios engañosos ? ¿ Por qué no hay una veracidad y adecuada evaluación con la finalidad de formar futuros profesionales con alta calidad ?
Agrego a ello, el hecho de " sólo cumplir " con lo mínimo establecido , sólo aspirar a " pasar de ciclo " y reclamar " notas altas ".
Finalmente, deseo plantear otra interrogante: ¿ Quién es el interesado en ser evaluado ? ¿ La universidad ? ¿ El docente ? ¿ El estudiante ? … Reflexionemos: La universidad, a través de sus docentes debe evaluar en forma permanente a los estudiantes, es decir lo más trascendente se da en el día a día, en el cotidiano, no en los exámenes "parciales" o "finales", y es aquí donde también hay centros de educación superior entre universidades, institutos de educación superior, institutos armados, etc. que se equivocan en dar un peso mayor a estas evaluaciones.
En la vida real, en la de un verdadero profesional, son sus "clientes" quienes evaluarán su desempeño permanente, no hay parciales ni finales que definirán qué tanto saben, o que "memorizaron"; pero sin capacidad de reflexión y de profundizar en los temas de investigación.
Por otra parte, los alumnos tienen el "deber de estado", de participar en todas las sesiones de aprendizaje y no esperar el último momento, es decir, cuando el ciclo ya está por culminar, y eso incluye a la educación remota, donde "aparentemente", los participantes están "conectados", participando de las clases con alta concentración y actitud hacia los estudios, pero que en muchos casos noté no es así.
Debo resaltar la gran labor académica de un grupo de estudiantes, lamentablemente reducido en comparación con los más de 200 estudiantes con los cuales tuve el honor de compartir, cuya participación permanente, perseverante, responsable, reflexiva y de profundizar en los temas plasmados en el sílabo, visualizan en ellos futuros profesionales de alto nivel, anhelando que todos los alumnos de mi comunidad educativa universitaria lleguen a lograr tan preciado logro.
La evaluación, siempre ha sido un punto polémico para el sistema educativo, pero el mismo debe ser enfocado en la exigencia y desarrollo sobresaliente del ser humano, y que a través de su rendimiento académico, tengan una evaluación que represente la realidad del nivel y competitividad del universitario del siglo XXI.
A raíz de este tema, dialogué recientemente con docentes universitarios de mi país y del extranjero, expresando que vienen afrontando situaciones similares con sus alumnos, pero que no pueden "evaluar por evaluar", y que las "notas" son el resultado de una amplia investigación, actitud y aptitud hacia los estudios, vocación y afán por el desarrollo humano integral de cada estudiante.
La evaluación es el resultado del rendimiento académico, responsabilidad y compromiso del estudiante, en este caso universitario, quienes deben ser conscientes que el mismo no es producto del mínimo esfuerzo, y que no guarda similitud con la maravillosa etapa escolar.
Dios los bendice.
Marco Antonio Malca Delgado
Lunes 26 de junio del 2023
21:59 pm