sábado, 11 de abril de 2015

MI VISITA AL HOSPITAL

Es Viernes 10 de abril, y en forma inesperada tuve que ir a un hospital de los que antes les decían el seguro social y ahora le llaman Essalud.
Desde la parte externa del nosocomio se ve ingresar y salir del hospital a personas con rostros que denotaban diferentes estados de ánimo: Tristeza, dolor, preocupación, impaciencia, indignación, esperanza, oración, fe, llanto, resignación, etc.
Los únicos rostros "Alegres" pero "Duros" de expresión que observé fue el de los empleados del hospital como las enfermeras, médicos, técnicas, personal de servicio y seguridad, etc.
En mi país visitar o atenderse en un hospital público o de atención masiva es una experiencia en realidad emocionalmente dura, triste y nada esperanzador, empezando por el maltrato que reciben los pacientes y sus familiares, y terminando por el olvido del juramento hipocrático del cuerpo médico, aunque trato de entenderlos, ya que tal vez el día a día de su trabajo los hace endurecer sus mentes y corazones, porque si me pongo en el lugar de ellos, al tener tantos pacientes enfermos los puede afectar emocionalmente.  
Pero en un hospital también se observan hermosos actos de solidaridad, como el que hizo una señora de buena voluntad al ayudar a poner la silla de ruedas a otra señora, el ver a un señor abrigando a un anciano que no era su pariente, el desear que se recuperen pronto los pacientes así no los conozca, etc.
Al ver tanta gente enferma me hizo reflexionar en que muchas personas sanas no valoran su buen estado físico y mental, así como también el ver que recién valoran a sus padres o madres cuando ven que ya se acerca el horizonte de sus vidas... y recién empiezan las lágrimas y lamentaciones... perdiendo tantos momentos bellos que tuvieron y no aprovecharon por que la vida y el cotidiano nos hace ser indolentes y autosuficientes.
Cuando ingresas al hospital tienes dos alternativas: Sanarte y salir de alta, o complicaciones de una enfermedad y empeorar hasta morir.
Tuve la ocasión de conversar con una anciana de noventaiseis años y decirle que le deseaba que se recupere pronto y me dijo: "Muchas gracias señor"...la nota sensible me la hizo sentir una abuelita que aparentaba demencia senil, cuando pasé al lado de ella me dijo: "Hola papacito rico" y me envío un beso volado... lindo piropo de una ancianita que había regresado a su niñez ya que me miraba con dulzura e inocencia... fue en realidad conmovedor.
Ahora comprendo más las razones por la que médicos, enfermeras, técnicas, administrativos y personal de seguridad se portan con "Dureza" con los familiares de los enfermos o accidentados, y es que si se vuelven sensibles caerían en una depresión que los llevaría a la enfermedad del alma.
No justifico acciones descorteces e injustas con los pacientes, sólo hacía referencia a la salud emocional de los trabajadores de la salud.
Recuerdo a otro anciano de 97 años que gritaba: ¡auxilio! ¡Socorro! ¡me quieren matar! ¡Guardia! ¡Guardia! ¡ayúdeme!.. me acerqué al anciano  lo tranquilicé, lo abrigue, y creo que se quedó más tranquilo.
En un hospital, también se ve la cultura, sensibilidad , atención profesional y fraternidad de una nación... como quisiera que este aspecto cambie en mi país y el sector salud mejore su atención a los pacientes que tanto necesitan una inmediata atención.
Gracias cuerpo médico, enfermeras, técnicas de enfermería, especialistas y otros que componen éste sistema de atención en salud, pero deseamos que sean más sensibles ante el sufrimiento de sus pacientes... no sean tan indiferentes por favor.
Todo lo descrito líneas arriba sucedió hoy viernes 10 de abril, día en que tuve que ir al hospital a ver a mi Madre quién se encuentra delicada de salud y que aún continúa hospitalizada, y esta reflexión la dejo a todos para profundizar en lo que podemos hacer para no ver tanta tristeza y mala atención en los hospitales.
Recuperate pronto querida mamá, tu mejor médico es mi padre, tu buen esposo quien te cuida mucho desde que iniciaste tu enfermedad hace más de treinta años, quién sabe tu historia y cómo atenderte.
Hoy al ir al hospital aprendí una lección más en mi vida: "Dar Amor a los enfermos así no los conozcamos"... desde ahora es mi compromiso de honor con mis semejantes.
Mañana te veo mi querida mamá... deseo que pronto regreses a tu querido hogar... donde todos te atendemos con mucho Amor y Paz.
Dios los bendiga siempre amigos.
Marco Antonio Malca Delgado.
Domingo, 12 de abril del 2015
12:42 a.m.
 

  

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