"Que me pongan la multa, me importa un pepino,mi viejo la paga"... fue la triste, inmadura e irreflexiva respuesta de un joven que paseaba a su mascota en un conocido distrito de Lima, capital del Perú, al recibir el llamado de atención de un sereno, que en forma responsable cumplía sus funciones.
El joven se encontraba sin mascarilla, utensilio necesario en los días de hoy dada la pandemia, y despreció al efectivo de seguridad cívica de la comunidad, ya que no sólo expresó tan deplorable respuesta, sino que lo discriminó racialmente, diciéndole "Serrano igualado...", "Indio asqueroso..." , etc.
Reflexiono:
Observo que muchas personas, entre autoridades y ciudadanos, lanzan el grito al cielo cuando ven estas actitudes, que no es de esta época, en pleno siglo XXI, podría afirmar que es de siempre...
"Que me importa la multa, me importa un pepino, mi viejo la paga", me hizo recordar a la cantidad de multas que tienen muchos señores que se dedican al transporte público, y sin embargo siguen transitando sin haber medidas correctivas ejemplares.
Me vino a la mente aquellas personas que con "influencias" pagan para salir de la cárcel por haber atropellado con sus autos a otras personas, sin importarle a las autoridades el lado humano, y las otras personas que fueron agraviadas.
La conducta del "ciudadano" descrita líneas arriba,, no es nada nuevo, tiene su historia y data de muchos años. Recuerdo hace más de 40 años cuando era niño: "No te metas con el porque su papá es general", "Se pasó la luz roja y no le dijeron nada porque su tío es diputado", "Ingresó al banco porque su padrino es el gerente",etc.
Esta "Cultura" no cambiará si seguimos formando una sociedad clasista, acomplejada, racista y sin normas de convivencia social estrictas, que "obligue" a regular nuestro comportamiento.
Va mucho más allá...la cultura de "mi viejo la paga" es propio de una sociedad que "arregla" sus faltas y delitos pagando, y por otra parte entidades y gente que acepta los mismos, pero que no hace cambiar estas deplorables actitudes en la ciudadanía.
Todo esto están presenciado desde su entorno los futuros ciudadanos del país, y tengan la seguridad que muchos festejan los insultos del joven, ya que vivimos en una sociedad peruana clasista, discriminatoria, con complejos de "inferioridad", no de superioridad, ya que un ser humano "superior" es aquel que valora, aprecia, respeta y ama la diversidad cultural y busca ser mejor persona cada día.
La sociedad peruana necesita un cambio radical en sus actitudes, formación y pensamientos, el concepto de familia como bastión de buena formación se va perdiendo a causa de lo "simplistas" que son muchos padres de familia, de haber perdido autoridad para criar y formar a sus hijos con altos valores y exigencia, así como los gobernantes y entidades diversas que han despreciado y restado importancia la labor formativa en el ser humano, principalmente al sector educación, socio estratégico de las familias en la buena formación e instrucción de niños y jóvenes.
Es una gran tristeza y un serio problema que un país que está próximo a celebrar su bicentenario, no haya tomado medidas correctivas ante esta situación que no es nueva, y que forma parte de una cultura de la ignorancia y el no decir nada, o no corregir con medidas ejemplares tanta miseria humana.
Jorge Basadre, gran historiador Peruano expresó hace muchos años: "El Perú es problema y posibilidad".
Seguimos arrastrando muchos problemas de índole social y cultural, pero siempre vamos a tener la posibilidad de solucionar los mismos.
No permitamos que esta historia continúe, por un Perú mejor unámonos y declarémonos enemigos de la ignorancia, el maltrato y la discriminación.
¡Tu viejo no la paga! ¡Cambia de actitud! ¡Es tu última oportunidad!
Marco Antonio Malca Delgado
Domingo 06 de setiembre del 2020
08:09 am
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