"Señora buenas tardes, delante de su hijo le digo que El es un candelero", fue la forma como se expresó una maestra a la hora de salida en una escuela por la que transitaba.
Con esta expresión la maestra quiso decir a la madre de familia que su hija en vez de apaciguar a sus compañeros cuando están en conflicto, este contribuye a que sean mayores los problemas en el aula.
Otro caso: "Señor, mientras dicto clase su hijo se la quiere dar de payaso", y lo que debió expresar fue: "Señor mientras dicto clase su hijo hace bromas en un momento inoportuno".
Podría seguir enumerando más "Expresiones cotidianas" de los maestros(as) hacia sus alumnos(as), que si bien es cierto no son todos los educadores, el porcentaje que se expresa de esta manera es cada vez mayor, y me preocupa.
Un maestro, un buen maestro, nunca debe olvidar que su profesión es de índole altamente cultural y de interacción social, y es preocupante ver a muchos docentes expresarse de manera inadecuada frente a sus alumnos y padres de familia y por ende la comunidad.
Es bajo ésta situación que deseo hacer una reflexión mediante las siguientes interrogantes:
¿Cuál debe ser el perfil socio cultural que debe tener una persona que aspira a ser profesional de la educación?
¿Es justificado que un maestro se exprese en forma "Criolla" y así "Aterrice" ante los alumnos para obtener un mejor nivel de confianza?
¿Es exagerar exigir a los profesionales del sector educación expresarse a la altura de su rol social con un lenguaje que inspire a sus pupilos, padres de familia y comunidad al uso y practica de un "Habla culta?.
Hay una realidad preocupante en nuestro país y es que un gran porcentaje de la población se expresa vulgarmente o usando jergas en forma cotidiana.
Es entonces donde reflexiono profundamente y como docente responsable del futuro de varias generaciones realizo mi auto feedback para llegar a la conclusión que debo ser el "Primer embajador" de un habla culta, entendible, de calidad, sencilla, inspiradora, que invite a mis alumnos a dejar de lado el habla vulgar y giren el timón de sus vidas inclinándose hacia el buen habla y tema de conversación.
Que hermoso es ver a nuestros niños y jóvenes cuando hablan en público de una manera digna de una persona que se está superando día a día y lo convierten en su estilo de vida.
Antes de escribir éstas líneas investigué entre 100 personas aproximadamente, de las cuales veinte me manifestaron que los maestros deben expresarse como ellos crean conveniente, pero felizmente las 80 restantes me manifestaron su honda preocupación por ésta situación que día a día va en aumento y denigra culturalmente a nuestros niños, jóvenes y población en general.
Como conclusión final, invito a mis colegas a "Marcar la diferencia" en su forma de expresarse tanto dentro como fuera de las aulas las 24 horas del día, pero no deseo que se llegue a la exageración o "Extrema etiqueta", pero si al expresarnos a la altura de un educador, de una persona que forma personas competentes para un mundo mejor, y que harán extensivo todo el bagaje cultural e idiomático que han adoptado.
Los docentes compartimos todos los días con nuestros alumnos, podemos hacer de ellos el orgullo de toda una nación.
Trabajemos unidos para lograr ese hermoso y anhelado objetivo.
Dios los bendice siempre.
Marco Antonio Malca Delgado
26 de setiembre del 2013
12:30 pm
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