"El que estudia triunfa", es una frase muy conocida y popular, la cual nos invita a superarnos a través de la cultura y los conocimientos, lo leí en libros, me lo dijeron mis padres, tíos y abuelos, y tenían toda la razón.
¿Qué es estudiar y para qué sirve?
Estudiar, es aplicar y ejercitar nuestra inteligencia, para adquirir entendimiento y conocimiento de una cosa, aprender un arte o una profesión, memorizar e interiorizar el contenido de algo, es observar, examinar, pensar, reflexionar o considerar algo con detenimiento para conocerlo, comprenderlo, aplicarlo, buscar soluciones en base a los nuevos conocimientos fruto del estudio responsable, perseverante y constructivo.
Sirve para conocer y comprender más el mundo y su historia, su naturaleza, climas, idiomas, razas y costumbres, para actuar con alta calidad humana y compartir con el que menos sabe, es la única forma y el único camino para tener prosperidad en nuestro proyecto de vida, para crecer intelectualmente, y ser capaces de transformar el mundo a través de acciones trascendentes, que nos motive a ser amantes del conocimiento y nos lleve a actuar en pro de la vida y el desarrollo humano.
Estudiar es una acto maravilloso y una decisión de honor en todo ser humano, un compromiso de conocer más el mundo y sus diferentes ramas del saber, para comprender más nuestra existencia y buscar vivir en paz y en armonía corporal y espiritual, es enseñar lo que sabemos a las personas que saben menos que nosotros o que están en desventaja cultural, es mirarlos con afecto y compartir lo mejor de nosotros con nuestro prójimo, estudiar es un pacto de honor con la humanidad.
Cuando era niño tuve pocos maestros que me enseñaron a estudiar, ya que esa acción no es "repetir" lo que está plasmado en un libro y decir conceptos de memoria, no es aprender la tabla periódica de los elementos químicos de "memoria" sin reflexionar sobre su importancia para la humanidad... estudiar es un acto de profunda reflexión, no importa el tiempo que demande aprender un tema, lo importante es aprenderlo para la vida, es compartirlo con placer, es ver sonreír a otros porque cada día saben más.
El acto de estudiar debe tener siempre su punto de partida y de llegada en hacer el bien a la humanidad, y es que el ser humano en su libertad de elección puede optar por usar sus conocimientos para apostar por la vida y la prosperidad del mundo o para destruirlo, y en realidad nos falta tanto, tanto para comprender que la humanidad nos pertenece a todos y que al tener más preparación podemos contribuir a buscar que todas las comunidades del mundo sean respetadas en su cultura y costumbres, ayudándolos con los aportes que les puede brindar la ciencia y la tecnología.
Cuando tengas lo oportunidad de enseñar a un niño, no lo obligues a memorizar un tema, eso no es aprender, si quieres estudiar los diez mandamientos de la ley de Dios, la mejor manera es ponerlo en práctica, si estudias sólo para aprobar un examen, lo que aprendiste de un día para otro lo olvidarás fácilmente, recuerda que no se estudia para el momento...se estudia para la vida.
Si eres una persona que ha perseverado en los estudios y que fruto de ellos tienes una vida decorosa te felicito, a eso agrégale un compromiso de amor fraternal y compartir tus conocimientos con los que menos saben, a ayudar a los pobres de cultura y conocimientos enseñándoles a pescar, no obsequiándoles sel pescado, es la mejor manera de dar bienestar a un ser humano.
Vamos, no hay tiempo que perder, el mundo nos necesita, debemos prepararnos con estudios fecundos, y así cultivar nuevos campos que florecerán a través de las nuevas generaciones que vendrán con una cultura de paz y fraternidad.
"El que estudia triunfa"...lo llevaré como señal de humildad y prosperidad.
Marco Antonio Malca Delgado
Viernes 29 de mayo del 2020
01:14 am