domingo, 14 de marzo de 2021

PRIMERO SOMOS NOSOTROS

En el Perú, ya iniciamos el año académico escolar 2021, en una prolongación del año 2020, ya que dada la pandemia, no se pudo "culminar" la malla curricular, que en realidad, pasa a segundo plano si tenemos en consideración que el mundo entero viene sufriendo grandes tristezas al ver morir a sus seres queridos a causa del Covid 19.

Los conocimientos nunca se irán, pero el ser humano, si no es ayudado emocionalmente en ésta época de dolor tendrá repercusiones de por vida, si en la actualidad las escuelas pretenden impartir conocimientos como si nada sucediera, no lograrán que los estudiantes logren los objetivos de aprendizaje, ya que a nivel general, se está pasando por una depresión infantil, juvenil, de adultos y ancianos, por lo tanto es necesario priorizar por sobre todo el factor humano, ir en rescate del prójimo, ayudarles a vivir orientados a la búsqueda de paz y resiliencia, a promover una cultura de fraternidad y solidaridad.

En la escuela donde laboro, hemos llevado a cabo en todo el mes de febrero un ciclo de capacitación, implementación y proyección de un cambio trascendente en la cultura educativa del colegio, priorizando en primer lugar el factor humano: No podemos empezar el año de trabajo con un frío: "Bien profesores  preparen sus programaciones curriculares, unidades de aprendizaje, sesiones y sílabos, y tiene plazo de una semana"... así lo hacen muchas escuelas... increíble pero cierto.

Fueron días inolvidables, en que el común denominador era la reflexión profunda y sentida, en un grupo humano que no es la excepción de lo que viene aconteciendo a nivel mundial, ya que también algunos docentes sufrieron de Covid 19, lloraron la partida de sus seres queridos, vivieron momentos difíciles, pero aún así lucharon por seguir cumpliendo su gran tarea como profesionales de la educación.

Es así que en el transcurrir de los días salió "sin querer" un lema importante, un lema que pareciera egoísta pero que en definitiva no lo es: "primero somos nosotros", escuchaban los docentes en el cotidiano cuando el director se dirigía a ellos, y el mensaje del mismo se basa en que si los docentes no se preparan emocionalmente y anímicamente para afrontar un nuevo año escolar aún bajo la sombra de la pandemia y el dolor de la comunidad, no podrán trabajar con aplomo y asertividad.

"Primero somos nosotros", no es un lema que quedó en teoría, ya que se debe seguir trabajando en ese aspecto: Si los alumnos observan que sus profesores actúan como verdaderos líderes del cambio actitudinal en el mundo, a pesar del dolor; seguirán luchando por una sociedad mejor, y es que lo que venimos viviendo en la actualidad debe dejar una enseñanza a la humanidad, sobre todo en los niños y jóvenes, quienes son las nuevas generaciones que deben cambiar el rumbo de un país dividido y un mundo con faraones y esclavos.

"Primero somos nosotros", es el lema de un buen equipo que desea formar nuevas generaciones, que por sobre todo tengan un proyecto de vida altamente humanístico, sensible ante lo que ocurre en la comunidad y en su patria, deseosos de vivir en un país donde reine la armonía y fraternidad, es un hermoso trabajo que se da en el día a día, tocando mentes y corazones de niños y jóvenes para lograr seres humanos con grandes sentimientos y deseos de superación, de ser la voz de los que no tienen voz, que compartan lo que saben con generosidad.

"Primero somos nosotros", es un lema que hago extensivo a los docentes del mundo entero, para prepararnos espiritualmente y en nuestras áreas de especialidad, para brindar lo mejor de nosotros a nuestros alumnos que tanto necesitan de un nuevo mundo, donde lo esencial es lo interior.  

Dios los bendice.

Domingo 14 de marzo del 2021

22:27 pm



 


     

lunes, 8 de marzo de 2021

EL LEGADO DEL DOCTOR DANIEL

 Hace años, más de 15; siendo maestro de una escuela católica llegó un alumno nuevo, su nombre: Daniel.

Era un niño introvertido, observador, gordito, y de un noble corazón. En la primera reunión con padres de familia, conocí a su Señora Madre, una persona muy positiva y carismática, que muy pronto se adaptó al estilo y filosofía de una escuela religiosa, ya que era una mujer de Fe.

"Profesor Malca, por favor, le pido que oriente a mi Danielito en Inglés, ya que sus conocimientos son muy básicos", expresaba la madre preocupada, y es así que pude acercarme más a Dani y observar que era poseedor de un buen corazón. 

Caminaba algo desconfiado por su salón y la escuela al inicio, ser un alumno nuevo y que observaba a un grupo de niños que ya se conocían, practicaba karate, recuerdo haberlo visto en la inauguración de los juegos deportivos en una demostración de tan disciplinado arte marcial. 

Cuando visité su hogar a fin de ayudarlo en los aspectos básicos del idioma Inglés, conocí a su Padre, un buen hombre, trabajador y disciplinado, buen esposo, hogareño y servicial, y también anhelaba lo mejor para su hijo, quién poco a poco se fue adaptando a su grande y exigente escuela Lasallista.

Tuve la hermosa oportunidad de conocer más a fondo a una familia sencilla y noble, unida, de buenos sentimientos y sensibilidad humana, y de observar como los padres de Daniel siempre buscaban lo mejor para el, sobre todo que llegue a ser un mejor estudiante, y así visualizar un mejor futuro para su único hijo, fruto de su inmenso amor.

Pasaron los años, y me enteré que Daniel estaba estudiando medicina, y mi primera impresión fue la de sentir una gran satisfacción ya que el fruto de su esfuerzo y el de sus padres por darlo todo por su buen hijo iba dando resultados.

Recientemente una triste noticia remeció mi corazón: Vi a través de mi red social, que su madre publicó lo siguiente:

"Mi amado hijo bueno, mi médico, quién dio sus atenciones a sus padres hasta el último momento, mi héroe, ahora estás en la gloria del Señor, eres mi Angelito, te llevo en mi corazón...pedí a mi Dios que me dé mucha fortaleza y seguir adelante, y cumplir su legado que me dejó a mi. Te amamos...tus padres Daniel y Violeta."

Daniel, mi ex alumno, el niño que conocí los primeros años del siglo XXI había fallecido.

Logró ser médico, profesional de la salud igual que su madre, una buena mujer que es médico obstetra, cuya misión es ayudar a muchas mujeres a alumbrar nuevos seres humanos para la humanidad.

Dani había atendido a sus padres de la temerosa enfermedad que está acabando con muchas vidas en todo el mundo: el Covid 19, incluso su madre tuve que ser entubada, y que gracias a Dios, a su fe y fortaleza pudo superar.

Hace unos días conversé por teléfono con la mamá de mi ex alumno, para ofrecerle mis condolencias y darle fortaleza en estos momentos tan sentidos y tan difíciles, ante la partida de los más amados de los padres: sus hijos, en este caso su único hijo.

Que gran corazón de los padres que a pesar del dolor se siguen aferrando a la cruz de Jesús, su referente espiritual, su Dios, al cual le han pedido mucha fortaleza para seguir adelante cumpliendo su misión, que gratos recuerdos quedan de todo el camino que recorrieron para ver a su amado hijo realizado en la vida, un joven médico que tuvo que partir temprano, pero que dejó un gran ejemplo de entrega e inmenso amor por sus padres, a quienes socorrió de una infausta enfermedad , que ha dejado un gran dolor, ya que no esperaron que se apagara la vida de su Danielito, de ese niño noble y bueno que creció con fe y esperanza de ser un gran ser humano y lo consiguió bajo la conducción de sus amados padres.

¿Saben amigos? cuánto hubiera deseado no escribir esta historia, pero creí necesario plasmarlo en éstas líneas, ya que es necesario que el mundo sepa que aún existen familias unidas por el amor y la fe y forman buenos hijos, que son capaces de dar la vida por sus padres, así fue Daniel, lo dio todo por sus padres, los salvó y los dejó recuperados, y dada su inmensa FE estoy seguro que está en la gloria de Dios.

A través de estas sencillas líneas, rindo un homenaje de agradecimiento a todos los médicos y enfermeras que han partido a la eternidad contagiados por esta triste enfermedad que nos trajo la pandemia, y que viene dejando tanto dolor, tanta tristeza.

Doy gracias a Dios, a la vida, y a la oportunidad de ser maestro por la gracia de haber conocido a mi noble alumno Daniel, al héroe de Violeta y Daniel sus amados padres, al ejemplo de inmenso amor y entrega generosa en su hermosa y noble tarea de curar vidas humanas.

Gracias mi buen Daniel, mi alumno, ahora también eres mi ángel... ese grado celestial en el cual te han ubicado tus amados padres con justa razón... que tu alma, espíritu y energía acompañe a tus padres por siempre.

Gracias Dani...las puertas del cielo se han abierto de par en par para ti.

Ve con Dios.

Marco Antonio Malca Delgado

08 de marzo del 2021

05:04 am