lunes, 6 de julio de 2015

RECORDANDO MI LABOR DE EDUCADOR

Marco... amigo, voy a pedir dos meses de licencia sin goce de haber en el trabajo, busco un reemplazo¿Deseas trabajar en el colegio?... y recuerdo que inmediatamente le dije: ¡Sí! a mi amigo de siempre Julio Eduardo y allí comenzó la historia de mi carrera docente.
Tenía 19 años de edad, y trabajaba como vendedor de artefactos y de vez en cuando dictaba clases privadas de Inglés, labor que realizaba desde los 14 años de edad para ayudarme en mi manutención personal y también en lo que podía a mi familia.
Hoy casi 30 años después,recuerdo todos los momentos que pasé en esta hermosa ocupación y apostolado, mi gratitud inmensa a todas las buenas personas que me aconsejaron para ser un mejor docente cada día, a mis alumnos por su alegría, sonrisas, y también exigencia, a mis padres porque la educación que recibí de casa me sirvió por excelencia para formar a mis alumnos de ayer y de hoy.
Recuerdo siempre el primer día que estuve frente a un aula, fue en mayo de 1987 en un aula de quinto grado de primaria... eran más de 50 alumnos haciendo tremenda bulla... quería salir del salón... me preguntaba: ¿Qué hago aquí? ... me la pasé casi toda la hora escribiendo en la pizarra y sólo volteaba para decirles que "Escriban" típico de un maestro "Calígrafo"... y fueron pasando los días... llegaba agotado a mi casa, almorzaba y ¡a dormir!recuerdo con aprecio sugerencias y consejos de mi amigo Lalo (Julio Eduardo), quién se convirtió en mi coach junto a otro buen amigo: Jaime, quién es Director de un colegio Católico en la actualidad.
La vida de un docente esta llena de emociones, cultura, arte, firmeza, alegría, tristeza, lágrimas, mucho estudio, satisfacciones, errores, etc. es una profesión en la que hay que tener vocación de verdad, sobre todo de servicio y amor al prójimo.
Hoy es 06 de julio, y en mi país, el Perú,se celebra el "Día del Maestro", y en este día tan especial, rindo homenaje a todos aquellos maestros que me hicieron reflexionar para ser un mejor Educador cada día. Cómo no recordar que a los 19 años tuve que afrontar a alumnos entre 16 y 17 años de edad, que parecían mis hermanos, y que gracias a los consejos y guía de "Profesores bravos en el aula" supe "Plantarme" con éxito delante de más de 60 alumnos (Aunque parezca exagerado tuve esa cantidad de alumnos, incluso llegue a tener 66), en aulas de primaria y secundaria en la escuela Marianista en la que inicié mi vida como Educador.
También debo ser completamente honesto y expresar que tuve momentos difíciles que afrontar en las aulas, como cuando en una oportunidad ingresando a un salón todos mis alumnos habían puesto sus carpetas al revés dándome la espalda en señal de protesta porque era muy estricto con ellos, o en el año 1992 cuando tuve unos alumnos de cuarto año de secundaria que tuvieron un comportamiento inadecuado, pero que para mí fue un mal año como docente ya que sentí que no tuve las estrategias adecuadas para llegar a ellos... esa es parte de mi vida como profesional, como profesor, como docente, como educador... esa es la parte que a veces los que estamos en las aulas no quisiéramos contar por temor a que nos tilden de mediocres, pero que debo expresarlo con toda apertura como una experiencia que me tocó vivir para mejorar mi calidad de Educador y persona.
Como no mencionar la experiencia que adquirí cuando aprendí a ser mejor maestro en el colegio "La Salle" de Lima, donde me hicieron entender que el docente que no se capacita se va quedando y que pierde vigencia, que había que enseñar de acuerdo a los "Signos de los tiempos", mi inmensa gratitud a tan buenos educadores y religiosos que conocí, sobre todo al hermano Ludolfo Ojeda, quién para mí es el modelo a seguir de Maestro y Director... gracias querido e inolvidable hermano... recuerdo tus consejos cuando me diste la oportunidad de continuar y que acuda a la universidad... que tengo condiciones para ser maestro... que tengo vocación... gracias por tu sencillez y humildad que era la huella principal de tu personalidad, junto a tu sabiduría y espiritualidad.
La vida de un Maestro es un hermoso viaje cultural... está lleno de alegría, retos, estudio, creatividad, innovación, deseos de superación, crecimiento... soy contrario a las opiniones que menosprecian o minimizan nuestra bella profesión, y si algo debo expresar a los maestros de hoy, es que somos tan importantes como cualquier carrera fundamental para el desarrollo de la humanidad... por favor queridos maestros no se sientan menos que nadie, recordemos que es gracias a nuestra profesión que inspiramos a los seres humanos a que se realicen y descubran sus potencialidades, todo depende de nosotros, la sociedad nos verá como altamente competentes y cultos cuando todos nos propongamos proyectar esa gran imagen... esa es nuestra gran deuda con la sociedad de hoy, al margen de que los gobiernos de turno no actúen de manera justa con su reivindicación social y económica.
Queridos docentes de mi Patria... de mi Perú... ¡Feliz día del Maestro!
Dios los bendice mis amigos.
Lunes 06 de Julio del 2015
19:30 pm







    

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