Hace varios días, estaba ingresando a mi casa, y en la puerta de mi domicilio se encontraban tres personas de edad mayor que en forma cordial ofrecían su saludo en nombre de Dios, difundiendo paz y fraternidad a todo transeúnte que por allí pasaba.
En otras oportunidades, recordaba haber visto personas orando en la calle por alguna razón específica, ya sea por alguna petición de mejora en la salud de una persona o ser querido, o por dar consuelo a una persona que perdió a un familiar o sencillamente por la paz en el mundo.
Retrocedía aún más en el tiempo y tenía en mi mente a personas que desde muy temprano en la mañana caminaban por la calle orando a su Dios para que bendiga al mundo y sus habitantes, y de primera instancia pensé: "En vez de estar durmiendo, estos fanáticos están caminando."
Con el paso del tiempo y de los años, he ido cambiando de opinión, y considero que la oración es un arma fundamental para equilibrar nuestro entorno, ese mundo que los seres humanos todos los días destruye a través de sus malas acciones y falta de valores, ese mundo, donde la naturaleza nos obsequia todo y los más poderosos se apoderan y lo venden a la gran mayoría cual esclavos, ese bello planeta donde muchos de sus ocupantes con categoría de seres inteligentes o "raza superior" se agreden moral, cultural, racial, económica y socialmente y es allí donde a través de la oración sus protagonistas buscan equilibrarlo, transmitiendo una energía positiva y de paz.
Si definiéramos la oración o "Rezo", podríamos afirmar que es la acción de comunicarse con Dios, o de acuerdo a la religión, dirigirse a un líder que en base a su creencia es "Santo" e intercede por todo ser viviente en el planeta, le rinden plegarias, la hacen peticiones o simplemente los que oran les expresan sus pensamientos y emociones.
El orar, es el buscar equilibrio espiritual, es un momento de meditación profunda, de reflexión y autoanálisis de nuestra manera de actuar, es purificación de alma, mente, cuerpo y corazón.
No soy especialista en temas religiosos, pero si puedo dar constancia que la oración nos brinda una sensación de paz y tranquilidad, es un espacio, que puede ser personal o compartido para buscar un equilibrio personal y espiritual, es hacer una revisión de nuestros actos y con una apertura de mente y corazón, hacernos el firme propósito de cambiar de actitud.
Todo es bueno en un rezo, en una oración, si esta se hace con convicción y deseos de mejora personal, si a través de ella llegamos a sacar conclusiones de como hemos venido actuando en el día a día y que debemos mejorar para que nuestro paso por el mundo no sea en vano, y que sea fecundo, que rinda buenos frutos a través de nuestras obras y servicio al mundo entero.
Existen muchos millones de seres humanos que cometen actos de barbarie, guerras y discordias, y esto ha venido sucediendo desde que el ser humano comenzó a evolucionar y se dio cuenta que existían objetos en la naturaleza como una piedra, madera, hueso u otro insumo con los cuales podía golpear, podía hacer daño a sus similares, podía matar... así como también otro buen porcentaje de millones de humanos que buscan su desarrollo espiritual a través de sus buenas acciones, una profunda oración y tratar de seguir las normas de buena convivencia que dictan sus religiones, grupos de desarrollo espiritual y crecimiento integral.
Que bueno que existan en el mundo muchas personas que oren y bendigan a otras personas, que hagan pública su fe y lleven a cabo campañas de ayuda a personas que necesitan de nuestra mano fraterna, de nuestra apertura de fe, es una especie de reserva espiritual y buenas vibras para la humanidad por entero.
Sigan orando personas de bien, no importan sus Dioses o creencias con tal que hagan el bien, al final seguro que es un sólo Dios de amor.
Oraré por un verdadero cambio en mi vida y la de mis hermanos del mundo entero.
Dios los bendiga por siempre.
Marco Antonio Malca Delgado
Domingo, 27 de mayo del 2018
06:05 am