"Esta es mi bandera, hermosa y querida, por ella la vida sabré yo rendir, es blanca y es roja, ostenta serena, fulgor de azucena y ardores de sol. ¡Saludemos compañeros, con canción altiva y franca, la bandera roja y blanca que es la enseña del Perú!"
Recordaba esta sentida letra de una canción dedicada a mi patria que cantaba cuando estudiaba primaria, estaba niño, y sólo pensaba en cosas de niños, y aceptaba todo lo que la escuela enseñaba, dentro de ella los cánticos y poemas dedicados a mi patria, el Perú, sobre todo antes y durante las celebraciones de fiestas patrias, en la década de los 70s, cuando gobernaban los militares, y de niño me fascinaban los desfiles castrenses y ver los tanques y aviones de guerra y soldados armados, y yo decía: ¡Qué poderoso es mi país! ¡Tenemos las mejores armas! ¡Somos los mejores!
Definitivamente, era sólo un pensamiento de un niño ingenuo, que poco conocía la verdadera historia de nuestra patria, esa historia que está marcada por traiciones, robos, abusos, guerras perdidas, golpes de estado, traición a la patria y muchos otros actos negativos que nos han llevado a vivir en un hermoso país, pero dividido, engañado, y sometido a abusos en contra de sus habitantes.
Esa historia puede y debe cambiar, y para ello es necesario en primer lugar, establecer prioridades, una de ellas es educar e instruir a toda la población para formar ciudadanos competentes y con valores éticos, que construyan una nueva patria, donde ya no existan robos y abusos, para así construir una nueva historia, para un nuevo Perú que tanto necesita de la unión de sus habitantes.
La bandera de mi Perú tiene dos hermosos colores: rojo y blanco.
Rojo sangre, líquido vital que han derramado tantos valientes compatriotas para dejarnos un país libre, pero que aún falta renunciar a nuestros egoísmos para empezar a construir verdaderos lazos de fraternidad, enseñar al que no sabe, para que no abusen de su precaria cultura y preparación, obrar de buena fe, para generar un alto sentido de solidaridad en nuestra nación.
Blanco paz, pureza, símbolo de templanza, de reconciliación, de fe en un presente y un mañana mejor.
Los peruanos de hoy, estamos llamados a poner el corazón y nuestro mejor esfuerzo en construir una nueva patria, un nuevo Perú, donde no existan robos ni atropellos, ni violaciones a los derechos humanos, sino una nueva sociedad, amante de una vida fraterna y solidaria, donde reine una alta calidad humana y sensibilidad social.
Hoy rindo un homenaje a mi Perú, y me identifico con mi bandera roja y blanca, es la tierra de mis padres, del vals y la marinera, de Grau, Quiñones y Bolognesi, de Macchu Picchu y El Huascarán, de Chabuca Granda y Nicomedes Santa Cruz, de Javier Pérez de Cuellar y Jorge Basadre, de Felipe Pinglo Alva y Oscar Avilés...es mi tierra y tuya también.
Sobre mi pecho llevo tus colores, y te ofrezco mis buenas acciones, contigo Perú.
Feliz 199 años de independencia...
"Hay hermanos muchísimo por hacer"... (César Vallejo).
Esta es mi tierra, así es mi Perú.
Marco Antonio Malca Delgado
Lunes 27 de julio del 2020
02:40 am
No hay comentarios:
Publicar un comentario