Hoy jueves 17 de junio, día gris de un crudo otoño limeño, en horas de la mañana me dirigía manejando mi auto rumbo a mi trabajo, y mi compañero de viaje infaltable es la música, que por estos días cala profundo en mi corazón, alma y vida, por hechos que marcaron mis proyectos y sentimientos.
En el trayecto, ingreso por una autopista moderna y ancha, que me permite circular sobre 100 kms por hora, y que tal vez sea un desfogue emocional momentáneo, teniendo como fondo la isla de siempre, ese lugar flotante donde he visto hermosas caídas del sol desde los años de mi adolescencia.
Antes de llegar a mi trabajo, un colegio tradicional con larga trayectoria en la comunidad, debo esquivar varios baches profundos, de esos que malogran las direcciones y amortiguadores de los autos, y hay uno en especial que está frente a mi centro de labores, pero esta vez observé a pocos metros que un señor estaba pidiendo colaboración voluntaria a los choferes que circulaban con sus vehículos, ya que había "tapado" los baches con una mezcla de cemento en cada hoyo, y también observé la poca solidaridad de la gente al no valorar el esfuerzo y valor del señor, de buscar llevar unas monedas a su hogar y pueda ver por la manutención de su familia.
Estacioné mi auto y me acerqué al señor, le agradecí por haber "tapado los baches" y así los vehículos puedan circular con mayor comodidad y sin peligros de deterioros, su balde estaba vacío, le dije que no se desanimara, que le iba a ir muy bien, y le di mi colaboración por su iniciativa y esfuerzo.
A pesar de que muchos vehículos pasan por esta principal avenida, casi nadie colaboró con el Señor, pero lo bueno fue que los "huecos" ya estaban "tapados".
Cuando ingresé a mi centro de labores, no podía dejar de pensar en los "baches tapados", en el señor que para ganarse la vida tuvo que hacer tan noble tarea, así como en la indiferencia de la gente, cada uno insertado en lo suyo, donde no cabe tiempo para valorar el esfuerzo del "tapa baches".
Los baches me hicieron recordar los pendientes que tengo en mi vida sin "tapar" y que han quedado como "heridas abiertas" desde hace mucho tiempo, donde hice sentir mal a personas que no lo merecían, y que en su momento no tuve el valor de decir "perdón de corazón".
Tengo baches en cuerpo, alma y espíritu que lo entrego al Dios de mi fe, y que me los devuelva como sabia enseñanza para no hacer daño a mis semejantes.
Siento que he dejado un bache recientemente, un forado grande, que no bastará con taparlo, igual quedará una notoria marca, una huella, una cicatriz, un hermoso corazón destrozado que llora junto al mío, y que oraré para que el ser supremo me ayude a sanarlo y llenarlo de amor.
Mamá, Papá, hermanos, amigos, ángeles de mi existencia, perdónenme si en mi experiencia humana los herí de tal manera que dejé "baches profundos" en ustedes, procuraré resanarlos con lo mejor de mi ser.
Estas líneas son para ti, hada madrina de mi existencia, ojalá te vea para resanar los baches que ocasioné en ti.
Marco Antonio Malca Delgado
Viernes 18 de junio del 2021
00: 17 am
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