Anoche vi a mi prima Rosa ofreciendo productos de belleza y perfumería a través de una conocida red social, la observaba como ofrecía sus productos y me conmoví, ya que sentía cuánta falta le hace su padre, mi tío Adolfo, quién falleció hace 11 meses a causa del covid - 19.
Le escribí por el chat, felicitándola por su campaña de venta navideña, que siga adelante con valentía, ella me contestó amablemente y me agradeció por acompañarla en su transmisión en vivo. Observé que otras personas, desconocidas para ella, le escribían; uno de ellos haciéndole preguntas en doble sentido, con mala intención, y otra, que le preguntaba sobre donde y cómo recoger la mercadería que compraba.
En realidad, me pareció que mi prima se arriesgaba al llevar a cabo este tipo de presentaciones, ya que inclusive la pueden engañar, hacer daño y robar su mercadería, pero rescato su gran corazón y deseos de superación al auto emplearse y obtener ingresos en forma honrada.
Lo observado anoche, me hizo retroceder en el tiempo, ya que en mi pubertad, adolescencia y juventud tuve que trabajar como vendedor para poder solventar mis estudios y cosas básicas, como vestimenta, pasajes, ayudar en lo que podía en mi casa para los pagos de servicios y alimentos, entre otros aspectos.
La venta es un "arte", ya que no sólo es el deber de conocer el producto que estás ofreciendo, la salida del producto, la oferta y la demanda, etcétera. es la forma como lo ofreces, desde el saludo y seguridad en tus palabras, hasta el remate final o cierre de ventas.
Existen ventas de rápida salida en comparación con otras, por ejemplo si un heladero pasa por tu casa en verano, te provocará comprar un delicioso helado, y es aquí donde hay un punto importante: El heladero salió con su carreta a buscar la venta, no esperó sentado en su casa, a ese tipo de venta recuerdo que cuando vendía artefactos en "Electrolux", le decían "venta directa", ya que los vendedores íbamos en búsqueda de nuestros clientes, aunque en este caso, recibí entrenamiento en ventas ya que los artefactos, especialmente artículos de limpieza como lustradoras y aspiradoras tenían un costo elevado, es por eso que recuerdo que trabajaba en zonas de clase media y de clase alta, todo un reto, con muchas anécdotas, motivaciones y desmotivaciones... el trabajo de vendedor está reservado para personas que no tengan prejuicios, e inclusive vergüenza.
Recuerdo cuando tenía 13 años y salí con un maletín deportivo cargado de jabones "Beauty", ahora lo veo como una grata experiencia, ya que cuando tocaba puertas algunas personas se mostraban indiferentes, pero de las que menos esperas recibes cariño y palabras de apoyo: Recuerdo que en mi caminata de ventas estaba por un barrio populoso e ingresé a una quinta, ofreciendo mis jabones, sin suerte, hasta que toqué la última puerta y salió una señora y me atendió amablemente, me dijo que iba a colaborar conmigo, que seguro estaba trabajando honradamente para ayudar a mi familia, cuando salí de la quinta con las palabras de aliento de la buena mujer me sentí contento, su trato fue una bendición para poder continuar, y es que la vida es así, me tocó pasar muy joven esta experiencia, y que a pesar de lo duro de la calle, me dejó como enseñanza que hay que seguir caminando, secarme las lágrimas y seguir vendiendo para vivir, eso es lo que hace un vendedor.
Anoche cuando vi a mi prima Rosa ofrecer sus productos vi en ella una gran corazón, ruego a Dios que nadie le haga daño, ya que en las redes sociales también hay gente que le puede robar lo que con tanto esfuerzo desea vender para ganarse sus comisiones y poder vivir.
Hoy retrocedí en el tiempo, y recordé que en diciembre del año 1986 vendía artefactos en la tienda del Señor Dunker Ramírez, y tenía un buen récord de ventas por mes, recuerdo que ya visualizaba más de diez ventas que mis clientes me habían asegurado, pero aún no salían, empecé a caer en la impaciencia y algo de desesperación, y el Señor Jorge uno de los socios de la empresa me dio un consejo con mucha energía: ¡Marquito, ten paciencia! ¡Yo te he visto trabajar por tus ventas! ¡Ya van a salir! ¡No te desesperes!... y así fue... como olvidar que un día 22 de diciembre salí en el camioncito de don Ricardo Echegaray a repartir la mercadería que había vendido: seis refrigeradoras, cinco televisores, cinco lavadoras, 5 aspiradoras, entre otros artefactos... bien me dijo el Señor Jorge: había trabajado por mis ventas... fueron las mejores ventas navideñas de mi vida.
Las épocas han cambiado, los tipos de ventas también, aunque se conservan los heladeros, vendedores de periódicos, de bazares y mercados, etcétera. pero la venta de otros productos se ha profesionalizado a alto nivel, aunque no nos demos cuenta el mundo gira en ello, desde "vender" nuestra imagen, estilo y personalidad, hasta el generar ingresos en esta hermosa profesión.
Fueron unas líneas provocadas por mi noble prima Rosa, espero que vendas todos tus productos, y que el espíritu de tu papi, mi tío Adolfo te acompañe por siempre.
Mi corazón no está en venta, pero te lo obsequio a ti, por haberte dado tiempo para leer estas sentidas líneas.
Dios los bendice.
Marco Antonio Malca Delgado
19:59 pm
Domingo 28 de noviembre del 2021
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