¡Todas las cosas tienen dueño! ¡Si te encuentras algo en la calle primero fíjate si tiene nombre o si alguien es el dueño! Expresaba mamá...
Mi madre, al igual que la tuya, era de esas mujeres exigentes en la formación en valores de su hijos, con mayor énfasis desde temprana edad.
Recuerdo que, cuando mis tíos u otros familiares querían darnos una propina, ella no aceptaba esa cortesía de parte de ellos, expresando literalmente a cada uno en su momento: "Muchas gracias, pero no le des dinero a mis hijos, si deseas darle algo, dale una fruta o unas galletas, no quiero que se acostumbren a recibir dinero, no están en edad de tener dinero en el bolsillo"... lo recuerdo con claridad, tal vez las madres del siglo XXI tengan otra manera de pensar, otras ideas o formas de criar a sus hijos desde pequeños, las de mi amada "Mamá Miriam" eran así: Hijos bien alimentados, sanos, respetuosos y que les guste jugar y compartir sanamente.
Mamá no era de "apapachos", abrazos y besos a cada rato, ella demostraba su amor siendo "mamá de verdad", cuidando celosamente de la salud y bienestar de sus hijos, enseñándoles a saludar desde pequeños, a no discriminar, a compartir, a levantarse temprano, a comer "de todo", corrigiendo y asistiendo a sus retoños cuando se enfermaban, cumplió su misión con inmenso corazón.
En una ocasión, uno de mis hermanos mayores encontró en la calle una cartera de ´hombre que se usa para llevar documentos , parecido a un neceser, dentro del mismo habían documentos y dinero en efectivo, que mi madre al revisarlos observó que había el nombre de una persona y su número de teléfono, explicó a mi hermano que tal vez ese caballero era el dueño de los documentos y dinero, y que su deber era llamarlo... y así fue.
Cuando el dueño del neceser contestó, se quedo sorprendido ya que cuando alguien normalmente "encuentra" algo en la calle, más aún si es dinero; no llama a nadie, así tenga dirección o número de contacto, recuerdo que mi madre, después de identificar bien al ciudadano que había extraviado sus documentos y dinero le dio la dirección de casa para que pase por lo suyo.
Fue así que el señor llegó a mi casa de la avenida Brasil 935 - departamento "H", y muy agradecido quiso darle dinero a mi hermano como gratificación por la devolución de sus pertenencias, pero una vez más mi madre se opuso cortésmente, y expresó "Señor, no tiene por qué darles nada a mis hijos, ni a mi, estas pertenencias son suyas, y mis hijos saben que lo que no es suyo tiene dueño, y se debe devolver".
El señor agradeció ese gesto de honestidad de mamá y a cambio le pidió por favor que permitiera que mis hermanos vayan al cine a ver una película para niños, ya que era administrador de un cine de la ciudad, a lo que mi madre accedió después de haberlo pensado... siempre recuerdo el rostro de alegría del dueño del dinero y los documentos al haber recuperado lo que con tanto esfuerzo produce, y lo agradecido que estaba con mi hermano, por haber encontrado el neceser y a mi madre por enseñar a sus hijos desde pequeños a ser honestos, honrados, a que todo tiene un dueño, y que así sea en la calle, si "encontramos" algo, ya sea dinero, documentos u otras pertenencias, debemos hacer lo posible por observar si tiene dueño, así era la formación que los padres brindaban antes a sus hijos, y estoy seguro que así lo es también en la actualidad.
Recuerdo a mis hermanos ir felices al cine, vieron una película de acción de la época, y regresaron contentos, ya que el señor los recibió y les ofreció golosinas para que las disfruten mientras veían la "peli". Cuando regresaron a casa, estaban contentos de haber disfrutado su función matinal sabatina, antes los días sábados los niños podían ir al cine por la mañana, eran otros años, años maravillosos a pesar de las circunstancias propias de una sociedad y país con problemas sociales y culturales.
Retorno a mamá y su honestidad... que hermoso ejemplo y enseñanza, de las muchas que nos dejó a mis hermanos, esposo, sobrinos, nietos, hermanos, cuñados, vecinos y amistades, ella continúa viva a través de estas líneas, las cuales vale la pena compartir con mis semejantes.
Gracias Mamá Miriam de mi corazón, se que para ti criar a tus hijos con honestidad como uno de sus principales valores, no era algo extraordinario, era un deber de estado, era tu misión como madre.
A través de esta historia de la vida de mi madre y parte de la forma como educó a sus hijos, rindo un sentido homenaje a las madres que forman en valores a sus hijos desde temprana edad, y así asegurar personas honradas para que la humanidad siga caminando con solidaridad, fraternidad y empatía.
Gracias Mamá, te ofrezco un poema, un abrazo, una sonrisa, una rosa roja de tu jardín, una lágrima, y toda mi gratitud, te llevo siempre en mi corazón.
Tu hijo Marco Antonio
Dios los bendice
Marco Antonio Malca Delgado
Sábado 22 de enero del año 2022
04:32 am
Excelente reflexión mi hermano Marco y el reconocimiento a los valores inculcados por tu señora madre. Hay mucho por recuperar en estos momentos, esperemos aportar en favor de la reeducación de nuestro pueblo.
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