La semana pasada por la mañana, tomé la decisión de salir de mi centro de labores para tomar desayuno, algo inusual en mi, ya que llevo el mismo y lo preparo a las 6 y 40 am aproximadamente.
Me apeteció un desayuno marino, que consiste en pan con pescado o con huevera, más una taza de café pasado. Mientras más cerca estaba del restaurante que ofrece el desayuno en mención, más ganas sentía de saborear tan suculento alimento, sobre todo para los que amamos los frutos del mar.
Llegué al restaurante, y estaba vacío, eran aproximadamente las 9:00 am. A los pocos minutos salió una señora de edad madura y me quedó mirando, ante esa situación le pregunté: "Buenos días señora: ¿Hay atención?" a lo que la señora expresó: "Si, dígame: ¿Qué desea?" "Deseo pan con pescado y una taza de café"... "Espere un momento, expresó".
Pasaron varios minutos y nadie me atendía, 10 minutos aproximadamente, hasta que vi ingresar al restaurante a un señor que se aproximó a la cocina y conversó con la señora que me atendió.
"Debes olvidarte de tus problemas y seguir adelante, hay un señor afuera que debemos atender, no hay ni agua hervida en este momento", escuché con claridad...
En ese momento, me puse de pie y me acerqué a agradecer, y que ya no deseaba nada, pasando a retirarme del restaurante, habiendo perdido aproximadamente 25 minutos desde que salí de mi trabajo, teniendo que comprar algo para desayunar en una tienda, lamentando no haber podido degustar lo que deseaba desde temprano, y sobre todo porque me habían recomendado el lugar donde asistí.
Esta vivencia me llevó a reflexionar sobre nuestro actuar cotidiano, teniendo en consideración que toda ocupación o profesión es por excelencia de servicio, y dada la misma propongo lo siguiente:
I.- Por más circunstancias adversas que afrontemos, no debemos perjudicar a la razón de ser de nuestro trabajo cotidiano: "Nuestros clientes".
II.- A pesar de nuestros problemas, luchemos por mantenernos positivos, siempre habrá una luz en el horizonte.
III.- No prepares ningún alimento si estás de mal carácter o decaído, no saldrá bien, no tendrá gusto y estará cargado de energía negativa.
IV.- Si no puedes atender a tu cliente, es mejor que se lo digas, no lo hagas esperar, provocarás que nunca más regrese.
V.- En todo negocio debe haber principios y filosofía de trabajo, si me proyecto como un buen restaurante, debo demostrarlo desde el ingreso al mismo.
VI.- No olvidemos que en todo lugar, nos movemos en base al servicio a la comunidad, el mismo debe ser de excelencia, calidad y sincero aprecio.
VII.- Si alguien acude a tu lugar de trabajo es por alguna razón: Si vendes flores, prepara el mejor ramo, si eres médico se "humano" con tus pacientes, si eres carnicero, se justo en el peso y en el precio, si eres maestro, brinda tus mejores enseñanzas, si eres taxista ten tu auto impecable y brinda un buen trato a tus clientes, etc. Sólo así lograrás trascender.
La calidad en el servicio tiene como objetivo ofrecer lo mejor de cada empresa, y para llevar a cabo tan retadora misión, debemos ser gratos con los miembros del equipo de colaboradores de cada institución o corporación de toda índole: escuela, universidad, fábrica de calzado, talleres, supermercados, farmacias, etc. Sólo dando un trato sencillo y noble haremos sentir motivados a lo más valioso de una empresa, el cliente interno, a todos por igual, apreciarlos sinceramente, preocuparse por su proyecto de vida, etc.
La calidad en el servicio hará prósperas a las empresas de diversos rubros, inclusive en épocas de crisis, donde los clientes nunca olvidarán el trato afectuoso que les brindaron.
Marco Antonio Malca Delgado
Domingo, 24 de julio del 2022
20:25 pm
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