martes, 31 de enero de 2023

LA NEBLINA

Hoy lunes 31 de enero, último día del primer mes del año 2023, me levanté a las 4:30 am para leer un libro nuevo, esos de desarrollo humano que tanto me apasionan y busco poner en práctica.

Tomé un vaso de agua tibia en mi ritual de envío espiritual cotidiano, y mientras se iba la oscuridad y empezaba a aclarar observé una densa neblina, tan densa, que no se podía ver a pocos metros.

El día estaba triste, como mi estado de ánimo, pero tenía un deber que cumplir: movilizar a mi padre en mi auto al hospital, ya que tenía una cita médica, y cuando estaba rumbo a su casa, encendí las luces de mi automóvil y pude ver mejor, hasta que llegué a su hogar, subió a mi auto y nos fuimos al hospital.

Durante el trayecto, manejé con cautela, encendí las luces altas de mi vehículo, mantuve una baja velocidad, y llegamos a tiempo al hospital "Mongrut", centro de salud de mi padre, y de mi madre mientras caminó por la vida.

Una vez más, me di cuenta que a pesar de la densidad de la neblina puedo seguir caminando, todo es cuestión de "encender los faros", es decir mis ojos, y no correr, sino caminar lento pero seguro, ya que, a ese paso, veré los jardines de las casas, las aves que salen de sus nidos para volar en un nuevo día, los perros en los parques jugando como niños ocho añeros con sus dueños, ver con alegría que muchas personas han dejado los celulares de lado al no tener visibilidad dada la densa capa de nubosidad y agua.

Definitivamente, hoy martes  31 de enero fue un día diferente, hasta me dio tiempo para ir a visitar a mi árbol de vida y darle un abrazo, agradecerle por acogerme como su hijo, por sentirme parte de el, por consolarme y fortalecerme, por ser fuente de paz y de amor. 

Hoy, a pesar de ser un día muy sentido para mi, sentí esperanza...tranquilidad... sensibilidad y gratitud a mi Dios de la vida por regalarme un día nublado, ya que no me detuve ante la densidad de la mañana, tenía un deber que cumplir, llevaba al hospital al ser que junto a mi madre me dio la vida, me enseñó a caminar, me corrigió, me enseñó a saludar, a afrontar retos por más fuertes que sean los mismos.

Hoy cerré un ciclo laboral, estaba tan apenado que contagié a la naturaleza, y lloró conmigo, se nubló, pero luego me ofreció un lindo día, donde me recordó que después de la niebla sale el sol, ese hermoso astro rey que me brinda los mejores atardeceres de mi existencia.

La neblina pasó, y me sentí mejor, sentí que el telón teatral de un nuevo día de mi vida se había abierto para procurar siempre hacer el bien, como lo hace una maestra con sus alumnos cuando los ilumina con su serenidad y su sonrisa, y los llena de fe y esperanza de un mundo mejor.

Gracias neblina, me visitaste en mi último día de una bonita etapa.

Dios los bendice.

Marco Antonio Malca Delgado

Martes 31 de enero del 2023

22:48 pm  

      

  

      

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