domingo, 26 de noviembre de 2023

LA VACUNA OLVIDADA

Hoy domingo 26 de noviembre desperté temprano, y como todos los días tomé un vaso grande con agua para agradecer por un nuevo día, luego leí artículos interesantes de periódicos pasados.

Minutos más tarde salí a caminar, prosiguiendo con mi terapia de fortalecimiento muscular a raíz de la rotura del tendón de Aquiles, y decidí  ir frente al mar, había poca afluencia de público, como siempre, era uno de los pocos "locos" que caminan frente al ser vivo más grande y hermoso tan temprano por la mañana.

Caminaba, caminaba, caminaba a pesar del dolor... y de repente recordé que el lugar por donde estaba había sido uno de los centros de vacunación más grandes de la ciudad durante la pandemia causada por el COVID - 19, cerré mis ojos e hice un viaje hacia los tres últimos años: el inicio de la pandemia, gente "incrédula" de lo mortal que era la misma y que felizmente estaba "muy lejos", y que no iba a llegar al Perú, y cuando llegó primero era un muerto, luego 10 por día, luego 50, luego 100... 200... 400... 700... 1,000... 1,500 y más por día, gente suplicando por atención médica, hijos buscando oxígeno para salvar a sus padres, y ese centro de vacunación, plagado de público de todo nivel social y económico, que anhelaban ser vacunados para estar protegidos por si se contagiaban.

Hemos llorado la partida de amigos, vecinos y seres queridos, y fue hace pocos meses... 

¿ Aprendimos algo ? ¿ Somos más unidos ? ¿ Vivimos en paz ? ¿ Nos preocupamos realmente por el bienestar de nuestros semejantes ?

El recordado científico Alemán Albert Einstein en una hermosa carta que escribió a su hija Lieserl sobre lo que se proponía al ofrecer a la humanidad la teoría de la relatividad, expresó en su parte final que la humanidad:  " Aún no está preparada para fabricar una bomba de "Amor", un artefacto lo bastante potente para destruir todo el odio, el egoísmo y la avaricia que asolan el planeta. Sin embargo, cada individuo lleva en su interior un pequeño pero poderoso generador de amor cuya energía espera ser liberada".

Supuestamente, la pandemia nos había sensibilizado, y que al regresar a la normalidad después de tanto sufrimiento, íbamos a actuar con un gran sentido fraterno y solidario: ¿ Qué nos pasó ?

Gente fumando cigarrillos y otras cosas por la calle, alta contaminación ambiental, delincuencia y sicariato, guerras entre países hermanos, gobernantes corruptos, depredadores de recursos naturales, mal trato de empleadores a sus colaboradores, gente que vive bajo una pobre actitud, la del menor esfuerzo, racismo, clasismo... ¿ Esa era la nueva normalidad ?

Einstein tenía y tiene razón hasta ahora, y visualizo que por mucho tiempo más: " La humanidad no está preparada para fabricar una bomba de Amor", diseñar y fabricar una bomba nuclear es "muy fácil", sirve para matar, para decir "NO" a la vida, pero fabricar una bomba de Amor es "casi imposible", ya que sus insumos e ingredientes no los podemos encontrar en minas y aleaciones de metales, químicos y otros, sus insumos no tienen aspecto material, son intangibles, como los sentimientos de amor que salen desde lo más profundo de alma.

Olvidamos inyectarnos la "Vacuna" más importante, la que puede asegurar la prolongación de la existencia humana: la " Vacuna del amor, la paz y la fraternidad entre seres humanos", y que nos cambie por completo, que nos haga seres superiores espiritualmente, parece fácil, muchos humanistas han muerto buscando esa meta anhelada, pero hasta ahora nosotros, los "humanos" no entendemos tan hermoso mensaje.

Hasta pronto, les envío mi vacuna de Amor, tal vez no sea perfecta, pero es una muestra de la fragancia de mi corazón.

Marco Antonio Malca Delgado

Domingo 26 de noviembre del 2023

23:22 pm           

   


   

  

      

martes, 14 de noviembre de 2023

APAGO LA LUZ

Miércoles 08 de noviembre del año 2023, fecha especial para millones de peruanos que gozan de su deporte favorito y la pasión que sienten por los clubes más populares del fútbol nacional: Alianza Lima y Universitario de Deportes, ambos con la hinchadas más numerosas de tan querido país.

Esa noche tocaba jugar la segunda final en el estadio de Alianza, en el populoso y alegre barrio de Matute, en el tradicional distrito de La Victoria, pero sólo con simpatizantes e hinchas de los blanquiazules, ya que ahora hemos retrocedido socialmente, y ambas hinchadas no pueden estar en los partidos del equipo de sus amores, por los brotes de violencia extrema de seudo barristas que deslucen un encuentro deportivo que debería servir para unir a un pueblo, país y comunidad.    

Culmina el partido con triunfo de Universitario 2 goles a 0, coronándose campeón del torneo del fútbol peruano, ante más de 30,000 hinchas de Alianza Lima, y de pronto: ¡ Apagón Total en el estadio ! ¡ Se fue la luz ! ¿ Qué pasó ? ¿ Hubo apagón en la zona donde está el estadio ? ¿ En el distrito ? ¿ En Lima Metropolitana ? ¿ En el Perú ? ¿ Que sucedió ?

Pues sucedió algo que viene aconteciendo en el Perú a través de su historia: " Se apagaron las luces entre peruanos".

¿Y qué significa ese "apagón histórico"? Reflexionemos...

Divisionismo entre compatriotas por diferencias sociales, raciales, económicas y culturales, gobiernos que se dedicaron a desfalcar y robar descaradamente, terrorismo y crímenes entre compatriotas, coimas y estafas por doquier, ministerios plagados de ociosos y personas incompetentes, hospitales colapsados, escuelas en estado deplorable, sicariato y extorsionadores, delincuentes capturados y que salen libres al día siguiente, mercado laboral con sueldos irrisorios, guerras perdidas, federaciones deportivas con dirigentes corruptos... y un largo etcétera.

Lo sucedido el 08 de noviembre no nos debe extrañar, lo debemos aceptar como algo "natural", ya que eso hacemos todos los días en el Perú, a pesar que no puedo poner a todos mis compatriotas en el mismo costal.

Apagamos la luz cuando botamos basura en la calle, cuando llegamos tarde a nuestros centros de labores o compromisos adquiridos, cuando no criamos bien a nuestros hijos y les permitimos que hagan lo que les da la gana, cuando defendemos lo indefendible, cuando nos dan un vuelto demás y en vez de devolverlo nos "hacemos los locos" y nos reímos del "tonto que no se dio cuenta", cuando no ayudo a un anciano a cruzar la pista, cuando vivo bajo la cultura del menor esfuerzo.   

¿ Hasta cuando nos seguiremos apagando la luz ? 

Entre los documentos que porto conmigo en el día a día, llevo una tarjeta de un curso de liderazgo que nunca olvidaré, y resalto dos expresiones trascendentes, que nos puede llevar a cambiar nuestra manera de pensar: ¡ Tú puedes cambiar el mundo ! y " Más vale encender una vela que maldecir la oscuridad".

Deseo unir ambas expresiones en una sola y contundente frase, la cual comparto con todos mis compatriotas:

" Podemos cambiar el mundo y lo haremos encendiendo una vela, rescatando a los ignorantes de la oscuridad".

Aunque el adjetivo "Ignorante" sea muy fuerte y ofensivo, podríamos afirmar que sólo los que ignoran a sus semejantes les apagan las luces.

Las luces se han hecho para ver con mayor claridad nuestras actividades, proyectos y actividades a través de nuestra historia de vida, es similar a cuando nacemos: nuestras madres "dieron a luz", y nos enseñaron a caminar con las luces encendidas, a vivir con alegría, a ser luz para los demás, y la única manera en que se apagará será el día en que lleguemos al horizonte, apagando la luz de la vida terrenal y naciendo para la luz eterna del Dios espiritual.

¡ Luces! ¡ Cámaras! ¡Acción! ¡ La vida es bella ! ¡ Seamos luz para un mundo mejor !

Marco Antonio Malca Delgado

Martes 14 de noviembre del 2023

23:33 pm  

 

  

domingo, 12 de noviembre de 2023

500 PALABRAS LO EXPRESAN TODO

Hola, soy Marco Antonio, y hoy deseo compartir contigo algo de mí.

Estoy llegando al artículo 500 desde que fundé el presente blog, el cual está orientado hacia lo educativo y de desarrollo humano, con un apasionado deseo de crecer espiritualmente.

Recuerdo que empecé a escribir en el mes de junio del año 2,011 a la fecha, han pasado 12 años, redactando artículos de diversa índole socio, cultural, vivencial, educativo profesional, ejemplos de vida del cotidiano, etc.

En cada artículo escrito sentí que aprendía más, así como me obligaba a pensar mucho más, a investigar antes de escribir, a indagar, a preguntar opiniones de personas autorizadas, etc.

Escribir es la actividad que más me reta, ya que debo construir ideas con sentido lógico y alturado, redactar y escribir en “fácil” para que todo tipo de lector pueda comprender el significado de lo escrito, y que su significado ingrese en las mentes y corazones de las personas que me han honrado al ingresar a mi blog.

Le puse por nombre “El Mejor Educador”, no como una muestra de soberbia y creerme superior a mis colegas maestros, sino para retarme a mi mismo, y que en la misión que tengo en mi vida profesional, busque siempre actualizarme y formar parte de los docentes que con alto desprendimiento y honor deseamos cambiar el mundo a través de nuestros alumnos, anhelo incansable de todo maestro, para preservar el futuro de la humanidad.

Recuerdo mi primer artículo, que fue bastante breve, se tituló “Saludo a mis colegas Educadores”, y en ese compartir con mis colegas expresé: “Actualmente nuestra carrera es el centro de muchas polémicas, críticas en muchos casos destructivas y despreocupación de algunas autoridades por el tema educativo como base fundamental para el desarrollo de una sociedad más homogénea y culta”. 

 Han pasado 12 años de ese mensaje, el cual se ha agravado, ya que convivimos en una sociedad donde el docente ha perdido el sitial que le corresponde como líder cultural, existiendo responsabilidades compartidas: La de los gobernantes de turno que no han jerarquizado y trabajado por potenciar y empoderar a los profesionales de la educación, y la de nosotros, los mismos maestros, quienes no estamos ejerciendo un liderazgo transformacional y por “ley natural” ser considerados líderes con un ministerio cultural que redundará en el futuro de la humanidad.

Deseo agradecer infinitamente a las personas que en estos años escribieron sus comentarios alturados, a los que expresaron su acuerdo y su desacuerdo en lo plasmado en los 500 artículos escritos.

¿Saben?, debo confesarles algo, en cada artículo escrito tenía un alto desgaste emocional, y si los escritos eran vivenciales, cuando culminaba no podía contener las lágrimas.

Dicen que a los que nos gusta escribir mensajes de vida cumplimos una misión fundamental, que es la de dejar un legado a los que vienen, para que no pierdan su humanidad, para que sepan que ninguna inteligencia artificial podrá reemplazar a un maravilloso ser humano fruto de la inteligencia natural.

GRACIAS

Marco Antonio Malca Delgado

Domingo 12 de noviembre del 2023

12:10 pm                    

miércoles, 1 de noviembre de 2023

LA MASCARILLA EN EL SUELO

Durante la presente semana, muy temprano por la mañana, caminaba con dirección a un mercado cerca a mi casa, y divisé en el suelo una mascarilla oscura, de esas que se usaron a gran escala durante la pandemia, desde el año 2020 a la fecha.

Al ver este instrumento de protección de nuestra salud recordé a tantas personas que las usaron en esos días tan tristes para la humanidad, donde en mi patria, el Perú, llegaban a morir más de 2,000 personas al día.

Reflexionaba en mi andar por la calle, sobre si habíamos valorado el "significado real" de gozar de buena salud, ya que, desde mi perspectiva, hemos olvidado lo vivido.

Las lágrimas de dolor ante las noticias de la muerte de familiares y amistades, el estar confinados en nuestros hogares, el presenciar a través de los medios de comunicación como la población desesperada buscaba balones de oxígeno para poder salvar la vida de sus seres queridos, el abuso de la industria farmacéutica al subir exageradamente los productos indispensables como alcohol, mascarillas, pastillas antigripales, antibióticos y otros, el no poder visitar a nuestros familiares, el que nos descontaran nuestros sueldos, en muchos casos hasta el 50 por ciento menos, mucha gente despedidas de sus trabajos, el desorden en la calle provocado por personas que no seguían las normas que se indicaron en épocas de pandemia, etc.

El retorno a la "nueva normalidad" nos hizo olvidar lo vivido, hemos retomado nuestros hábitos de siempre: fumar en la calle expulsando el humo con nuestras bacterias, botar la basura en la calle, escupir en el suelo, contaminar el mar, incendiar llantas y vehículos cuando hay huelgas, el asaltar a ciudadanos y atentar contra sus vidas, el acoso escolar en las escuelas, los programas de chismes y noticias que no revisten progreso, las guerras entre países que supuestamente son "desarrollados", en fin... ¿ Por qué somos así ? ¿ Es que no podemos vivir en armonía y cuidar nuestra casa que poco a poco la estamos destruyendo ? ¿ Es que no hemos aprendido nada ?   

Durante esos días dolorosos he visto partir a muchos amigos, vecinos y familias enteras, así como algunas familias que tuvieron la bendición de no perder a ninguno de sus integrantes, y llegamos a la conclusión que el mejor capital con el que contamos es nuestra buena salud, pero fácilmente hemos olvidado esos buenos deseos de querer cambiar el mundo, esa promesa que muchos hicieron al sentirse sobrevivientes de una gran enfermedad mundial, al parecer estamos construyendo la antesala de la próxima pandemia, aunque hay una que históricamente no ha sanado: "la ignorancia".

Cuando estuvimos confinados, el mar cambió de color, las aves inundaron el litoral, el cielo se despejó, por nuestras ventanas ingresó un aire de mucha mejor calidad, me hizo recordar mi niñez en los años 70s, cuando a pesar de algunas limitaciones la sociedad era más sana, más alegre, más coherente, lo más importante era la familia, el médico de la familia visitaba a domicilio, el pan era más rico, los niños eran realmente niños, la alimentación era sana, la escuela era exigente y los maestros eran autoridades a los que debíamos alto respeto... seguimos tirando la mascarilla al suelo, seguimos ensuciando el mundo.

Primo Agustín, Tío Adolfo, amigos Jesús, Edgar y Ciro, Señor Ojeda, padres y familiares de mis amigos, querido Daniel Flores mi ex alumno médico, que antes de morir salvaste a tus padres, les prometo no ensuciar la mascarilla, no tirarla al suelo contaminando más el mundo, que sus energías espirituales me acompañen siempre, que sus muertes me dejen una enseñanza de amor a la vida.

Hoy me saco la mascarilla del corazón y comparto mi sentir contigo, en nombre de los que partieron no contaminemos nuestro hermoso mundo, nuestro planeta azul que nos necesita unidos para salvarlo.

Les envío la mascarilla de la bondad y la sabiduría, no la tiren al suelo por favor.

Marco Antonio Malca Delgado

Jueves 02 de noviembre del 2023

01:45 am