Buenos días queridos amigos, hace varios
años, me encontraba un jueves santo en la playa Cantolao, en el hermoso
distrito de La Punta en la Provincia Constitucional del Callao en Perú con un
buen amigo, Educador igual que yo, y decidimos alquilar un bote a remos a fin
de pasearnos en el mar.
Deseábamos ir solos, pero el dueño del bote
que era un pescador nos dijo “Mejor los
acompaño”, y junto a mi amigo aceptamos su propuesta.
Empezamos a remar y avanzamos varios metros
hacia el horizonte, hasta que decidimos lanzarnos al mar y nadar, ya que
siempre nos agradaban los deportes acuáticos.
Nunca antes habíamos tenido la oportunidad
de nadar “Al fondo”, a muchos metros de la orilla, yo diría a más de 400
metros, cuando de pronto nos lanzamos y empezamos a nadar, y fue allí que
empezó otra historia para nosotros ya que pensábamos que éramos “expertos
nadadores”, y cuando comenzamos a bracear ¡no avanzábamos casi nada!, y al poco
tiempo empezamos a sentir cansancio, pasó muy cerca de nosotros otra
embarcación que movió violentamente las aguas a tal punto que parecíamos
insectos microscópicos flotando en la inmensidad del mar………………
Ambos experimentamos un gran susto y
nadamos con dificultad hacia el bote donde nos esperaba el pescador dueño del
mismo…. cuando estábamos muy cerca de la pequeña embarcación nos expresó lo
siguiente: “¿Así querían que les alquile mi bote para que remaran solos? “ “No
es lo mismo la marea en la orilla que al fondo del mar” “Los vi nadando sobre
su mismo lugar y no avanzaron nada” les
deseo hacer una pregunta: ¿Sintieron temor? e inmediatamente nuestra respuesta
fue afirmativa.
De regreso a la playa vimos como el Señor
pescador remaba con tranquilidad rumbo a la orilla, observamos como remaba en
diagonal para aprovechar la corriente, así como el movimiento de sus brazos
para remar y cambiar de rumbo, parecía que no se esforzaba mucho para remar,
pero aprendí que la idea no es remar con violencia, sino con tranquilidad,
energía y estrategia.
Ese hermoso día de semana santa, mi amigo y
yo recibimos una hermosa lección:
“Para llevar los remos de tu propio barco,
del barco de tu vida, necesitarás tener un
estilo de vida, donde deberás remar seguro, donde deberás agarrar los
remos con fuerza y Fe para que la energía de los problemas no te quiten los
mismos ya que si esto ocurre terminarás sin rumbo alguno y el barco de tu
existencia zozobrará , y terminará tu hermosa existencia sin haber trascendido
para lograr la gloria de la realización en la vida a través de un adecuado
manejo del “Barco de tu vida”.
Ese día el señor pescador fue como un
enviado de Dios ya que me dejó un hermoso mensaje, pero es increíble que recién
me haya dado cuenta del mismo muchos años después, cuando ya pasé muchas mareas
fuertes en mi vida, en la que en algunas ocasiones me quedé sólo con un remo ya
que el otro lo destrozó “El mar de los
problemas y falta de fe”, y ahora doy gracias a este noble hombre, el cual
recordé a raíz de una jornada laboral en la que hablábamos “De la vida y la lucha
permanente”, en la que nosotros somos la barca, y que debemos siempre buscar
equilibrarla, medirla, pesarla, para que así llevemos nuestra vida en paz y
calma.”
Gracias señor pescador, hijo del mar; por
haberme alcanzado un remo y subir nuevamente a la barca…. y descansar , y
respirar aire puro; y darme cuenta que los remos son como nuestros brazos y
están hechos para abrazar y ayudar……………
Gracias amigo por la compañía y la gran
oportunidad de nuevamente obtener una hermosa enseñanza que pueda compartir con
todos mis semejantes, la del hermoso mensaje de fortaleza y estilo de vida que
me dejó la “Enseñanza en el fondo del
mar”.
Marco
Antonio Malca Delgado
Viernes 06 de diciembre del 2013
17:53pm
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