Jorge y Olga son dos buenos amigos a quienes conozco desde el año 1987, es decir, desde hace 28 años, ellos son un matrimonio consolidado, y que como toda pareja han pasado diversas situaciones que la vida les ha brindado, y han madurado, y sus buenas acciones y actitudes han crecido, son buenos padres, amorosos abuelos y estimados por sus familiares y amigos.
Deseo dedicar unas líneas a su Misión como padres, y es que el suscrito ha sido testigo de la buena formación que le brindaron a sus hijos Ishiro, César y Yuri, su adorada hija.
Retrocedo en el tiempo y como si fuera ayer, imaginariamente observo a Jorge llevando las maletas de sus pequeños hijos al ingresar al colegio, gozar de sus hijos cuando participaban en eventos deportivos, ser un padre exigente al revisar las tareas y ayudarlos a solucionar las mismas, celebrar junto a ellos los premios y reconocimientos que la escuela en forma justa les otorgaba en aquella hermosa etapa de la niñez y pubertad, donde los padres deben ser los principales acompañantes de sus hijos, donde el afecto y calor del hogar debe ser sentido por los más queridos de la casa, esa fue y es la misión de Jorge y de Olga, quién como buena esposa brindaba confianza a su compañero Jorge para formar a sus pequeños hijos, recuerdo que ambos trabajaban, pero siempre tenían el tiempo suficiente para apoyar a sus buenos hijos, dando excelentes resultados en el proceso de formación y crecimiento de los mismos.
Ser Padres "De verdad", es una empresa mayor, y se hace realidad cuando la pareja decide progresar, cuando convencidos que su Misión es brindar un mundo mejor a sus hijos, emprenden un hermoso, intenso, laborioso, delicado, exigente, fraterno, alegre, entusiasta e Inmensamente Amoroso viaje al desarrollo familiar, donde los padres se convierten en enemigos de la ignorancia y mediocridad y lo transmiten a sus hijos con mucho afecto y sentido del raciocinio, y así como los progenitores son muy amorosos con sus hijos deberán ser exigentes con ellos y ponerles siempre una "Valla alta" en la superación y crecimiento integral, y así entregar a la sociedad buenos hijos que contribuirán al desarrollo cultural y social de su comunidad y patria.
Estoy seguro que todavía existen en todo el mundo buenas familias, quienes hicieron y hacen lo mismo que Jorge y Olga, pero la realidad es que cada vez existen menos hogares constituidos, y los hijos no gozan de la presencia de sus padres, y eso da lugar al libertinaje, vulgaridad, vicios, atraso cultural y otras dificultades que afectan seriamente el desarrollo integral de tan importantes miembros del hogar, creciendo con resentimientos, problemas emocionales, incompetencia profesional y muchos otros factores que impiden la realización y felicidad de toda persona.
Los años pasaron, Ishiro, César y Yuri crecieron cada día junto a sus buenos padres quienes siempre se portaron como sus guías y maestros, quienes supieron comprenderlos en los momentos difíciles, quienes les enseñaron sus tareas con esmero y exigencia cuando fueron pequeños, quienes con su ejemplo les demostraron que la disciplina y responsabilidad es clave para lograr el éxito, pero lo más importante y fundamental, quienes con Inmenso Amor educaron a sus hijos, dando como resultado personas que dan lo mismo que han recibido a su prójimo, siendo hoy orgullo de sus padres, familiares y amigos, y dignos ciudadanos de un país que necesita lo mejor de ellos para nuestro desarrollo valorativo.
Los medios de comunicación en lugar de transmitir noticias basadas en cultura de muerte e ignorancia, debe emitir reportajes de familias exitosas, y así difundir en la sociedad un espíritu positivo y fraterno, promoviendo la unión y el desarrollo de muchas familias.
Gracias Jorge y Olga, mis buenos amigos, fui testigo de lo escrito líneas arriba, sigan con su hermosa Misión, sean siempre esos grandes embajadores de unión familiar, espero algún día cercano invitarlos a mi trabajo para que den testimonio de cómo formaron a sus hijos y den testimonio de su inmenso Amor y arraigo a la familia, célula fundamental de la sociedad y del crecimiento de la humanidad.
Dios bendiga a los buenos padres que saben educar.
Marco Antonio Malca Delgado
Domingo 08 de febrero del 2015
07:17 am
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