¿Cuantas veces nos ha ocurrido que nuestro inmediato superior no ha estado presente y ante una eventualidad no hemos hecho absolutamente nada?
¿Alguna vez quedaste con tu equipo de trabajo en una reunión para llevar a cabo un proyecto y no acudieron todos quedando el mismo sin llevar a cabo?
La semana pasada estaba caminando por el litoral de mi ciudad, y como siempre hago, observo a la gente hacer diferentes actividades al aire libre: caminar, trotar, manejar bicicleta, practicar yoga, pasear a sus mascotas, patinar, contemplar el mar, etc.
Pero esta vez observé una actividad diferente, una actividad esencial para la existencia humana, una actividad que salva el ecosistema, una actividad que salvará a los océanos contaminados.
Observé con gratitud a dos señoras acompañadas por tres menores, quienes con guantes en sus manos y bolsas grandes, recogían los residuos sólidos que otras personas en forma irresponsable habían dejado desparramadas cerca al mar, entre los que se encontraban principalmente bolsas plásticas, papeles, colillas de cigarrillos, cajas de cartón, botellas de plástico y vidrio, entre otros desperdicios.
Al pasar cerca a ellas las saludé y agradecí por su trascendente acción cívica en pro del cuidado del medio ambiente, manifestando que venían de lejos, que son de una asociación en pro del cuidado del ecosistema y prevención de la contaminación ambiental, y al no encontrar a sus compañeros, tomaron la decisión de hacer las labores por cuenta propia, ya que no podían irse sin haber cumplido con su objetivo, que era limpiar parte del litoral del distrito recogiendo con sus propias manos los desperdicios nombrados líneas arriba.
Esta acción de las dignas damas es de resaltar, ya que a pesar de no haber ubicado a su equipo de trabajo "Actuaron", "Decidieron", no se desanimaron al no reunirse con sus compañeros que eran más de veinte personas y emprendieron su labor cívica, predicaron con el ejemplo y puesta en práctica lo que muchos pregonan y no mueven un dedo, cómo es cuidar el medio ambiente con un gran compromiso de no ensuciar y levantar los desperdicios que mucha gente de toda edad en forma ignorante arroja en la ciudad, sin reparar en el daño irreparable hacia el medio ambiente, sumado al ornato de la comunidad.
Supieron gestionar su proyecto, su acción cívica no se detuvo ante la ausencia de un gran porcentaje de sus compañeros, y la decisión que tomaron fue en base al objetivo que se plantearon.
En ese momento, inspirado por la buena acción y obrar de estas ciudadanas, pasó por mi mente seguir su ejemplo y poner en práctica con mis alumnos esta acción cívica, ya que existen en las escuelas y universidades brigadas de cuidado del medio ambiente, pero que al ser netamente teóricos pierden objetividad ya que lo más resaltante y donde radica el aprendizaje es en la puesta en práctica, estamos "llenos" de teóricos, lo que necesita el mundo son personas como las ciudadanas en mención, que a través de su buen ejemplo, liderazgo y puesta en práctica, logren transmitir a la ciudad y entorno un mensaje de cambio, transformación y necesidad de salvar al mundo a través de su extremo cuidado.
Que importante es actuar sin esperar, sobre todo si algo ya estaba proyectado y listo para ejecutar, no podemos parar así nos quedemos solos en el camino.
El mundo es de los que están en acción...ese es el camino, esa es la ruta correcta del viaje humano.
Dios los bendiga.
Marco Antonio Malca Delgado
Jueves 01 de agosto del 2019
02:41 am
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