martes, 24 de septiembre de 2019

REGRESO A LA ESCUELA

El mes de setiembre es tal vez el más esperado para un grupo de jóvenes estudiantes de una acogedora y hermosa provincia del norte del Perú, ya que tienen la maravillosa oportunidad de retornar a las aulas de su amado colegio, donde ellos se formaron con disciplina, afecto y exigencia.

Es grato el observar sus actividades, sus bromas y anécdotas, así como es conmovedor ver sus lágrimas de amor al prójimo al "coronar" a los amigos que partieron, pero que vivirán por siempre en sus mentes y corazones.

Los "Muchachos" llegaron desde diferentes puntos del país, ya sea del norte,centro y sur, costa, sierra y selva, con la hermosa misión de hacerse el bien pasando gratos momentos, esos que retoman en forma natural cuando nuevamente se ven.

Sin querer me convertí en "cronista" de sus actividades que empezaron el día viernes 13 de setiembre, cuando acudimos al cementerio de San Pedro de Lloc a "coronar" a los compañeros de promoción que ya han partido a la eternidad, cuantas palabras sentidas...recuerdos alegres, lágrimas de emoción, y hasta el comentario que expresaba: "¿Quién será el siguiente?" ,entre broma y en serio, es que los muchachos ya se van  acercando al horizonte, ese que no saben cuando pasarán y que lo toman con total serenidad, luego vino el almuerzo, los momentos alegres, las bromas, los abrazos.

Por la noche fueron a la verbena de su alma mater, el Rázuri de sus recuerdos, el lugar donde recibieron una buena formación académica y en valores,  y esperaron las doce de la noche para estrecharse en un gran abrazo de confraternidad, y presenciar los fuegos artificiales, cantar el himno del colegio y cantar José Andrés Rázuri hasta el fin.

Llegó el sábado 14,  día trascendente ya que organizaron una misa por el descanso eterno de dos compañeras de la promoción recientemente fallecidas, y por los 18 amigos que ya habían partido, fue una celebración para el recuerdo,  con un hermoso ritual donde el sacerdote los felicitó por ser gratos y dar gracias a Dios por todos los momentos compartidos desde la escuela.

Posteriormente, nos esperó un suculento desayuno en la casa de Aníbal, un carismático y querido amigo de la promoción "David Sanchez Infante", quién como una tradición, recibe a sus queridos compañeros de aula en su hogar, volviéndolos a reunir como cuando compartían en el salón de clase, y departieron en una soleada mañana para el recuerdo hermosos momentos que sólo amigos eternos saben pasar.

Ese mismo día llegaron más integrantes de la promoción, y compartieron en una gran mesa un delicioso almuerzo, donde hubieron anécdotas de la escuela y de la vida, de su familia y de sus ocupaciones, todo se enlazaba con la buena formación recibida, ahora los muchachos de la promoción 1959 no sólo hablan de sus carreras profesionales y logros, sino de sus cónyuges, hijos y nietos...que rápido pasó el tiempo...pero no fue en vano.

Juntos como hermanos se reunieron Jaime, Betty, Nora, Isabel, Jaime, Lorenzo, Aníbal, Dante, Mario,Roberto,Carlos,Manuel,Mario,Wilfredo,Pedro,Oscar,Carlos,René e Iris, para recordar los hermosos e inolvidables tiempos de la escuela, ese hermoso lugar donde se vieron iluminados por conocimientos y formación en valores que grandes personas supieron inculcar en ellos.

Al día siguiente, domingo 15, desfilaron junto a las demás promociones, tal como lo hicieron hace 60 años cuando culminaron su educación básica regular, esa que les sirvió para enfrentar la vida con éxito y deseos de superación.

¿Saben? que inmensa alegría sentí el participar cerca de ellos el júbilo de haber sido escolares, el ver que son gratos por todo lo que recibieron y que supieron compartir, el tener la gran oportunidad de dialogar con ellos, reír y gozar de sus ocurrencias, el ver que entre ellos no hay rangos, ni jerarquías, ni discriminación, sino que siguen siendo "los muchachos de la promoción 1959".

Nunca se sintieron "ex alumnos", siguen siendo los mismos pero con más años.

Solo una buena escuela puede lograr que sus hijos predilectos vuelvan a la misma...
Eso no lo hacen las paredes ni las máquinas... 
Lo hacen seres humanos que supieron tocar las mentes y corazones de tan nobles estudiantes.
Mi homenaje a la promoción 1959 "David Sanchez Infante" del colegio nacional José Andrés Rázuri, en San Pedro de Lloc, capital de la provincia de Pacasmayo - La Libertad -Perú.

Dios los bendiga por siempre.

Marco Antonio Malca Delgado

Martes 24 de setiembre del 2019
00:56 am 
    




 

martes, 3 de septiembre de 2019

LOS CARAMELOS DE DON PEDRO

El día a día nos brinda diversas experiencias, desde que salimos de casa rumbo al trabajo o a otras actividades, la calle se convierte en nuestra "aula de aprendizaje", es el observar a la gente en distintos escenarios, ya sea en el bus, caminando, trotando, manejando un auto, vendiendo periódicos, ver a los niños rumbo a su escuela, vendedores de golosinas ganándose la vida, policías patrullando la ciudad, accidentes, indigentes, ciclistas, etc.

En mi ruta habitual, desde hace varios meses observaba a un señor mayor, talla mediana, canoso, vestido decorosamente, ofreciendo caramelos a todas las personas que pasaban manejando su auto, siempre muy temprano, el está desde las 6: 30 de la mañana trabajando de esta manera para ganar el sustento diario y poder sobrevivir.

Siempre transitaba en mi auto y pasaba junto a el, pero no le compraba sus caramelos, hasta que un buen día me animé y bajé el vidrio de mi auto: Señor: ¿Cuánto cuestan sus caramelos? diez por un sol replicó el buen hombre, a lo cual acepté y compré...su mirada era tranquila, no parecía una persona "necesitada", estaba limpio y bien vestido.

En una segunda oportunidad volví a colaborar con sus ventas matutinas de caramelos, y dialogando con el me dijo que se llamaba Pedro, y que tiene 76 años de edad...la verdad me sorprendió que una persona de esa edad mayor salga tan temprano a trabajar dignamente, y al seguir dialogando le pregunté  por qué trabajaba tan temprano y me respondió "trabajaré hasta los 100 años nada más", sonreímos por lo que expresó, por su buen estado de ánimo y voluntad de hacer algo por la vida.

Hoy martes 3 de setiembre volví a pasar por mi ruta habitual, la misma por donde encuentro a Pedro, y esta vez, después de comprar sus caramelos le pregunté donde vivía, y expresó que vivía solo, en una habitación con baño propio que el alquila, que perdió a su familia hace años por causa del alcoholismo, que ese vicio lo hizo tocar fondo, ya que no podía salir del mismo...me quedé en silencio, no sabía que decirle, hasta que le dije: "pero te veo bien", y me dijo que su vida cambió por completo cuando conoció a Dios, que el estaba enfermo, con cirrosis al hígado, y que un milagro de Jesús, a quién conoció en un centro de rehabilitación hizo que se sane por completo, y que nunca más cayera en tan doloroso vicio, y que ni los médicos le daban esperanzas de recuperación.

Ahora que ya está bien, expresó que el vicio destruye a familias enteras, tal como le había sucedido a él, pero que ahora se gana la vida trabajando honradamente, cuando estaba en su mejor época tuvo un buen trabajo y estatus, de lo cual tan sólo quedan recuerdos...

Pedro: ¿Tienes hijos?...Tengo una hija que vive en Estados Unidos, en Miami, y que lo bueno que cada vez que viene siempre se acuerda de mi y me "da algo para vivir".

¿Saben? La vida nos da lecciones día a día, esta historia no es ficticia, se trata de lo que pasó en la vida de un hombre que si ustedes analizan es notoria su educación y buen hablar, una persona que hoy hubiera estado junto a su familia gozando de sus años mayores, viajando con su buena hija  por bellos lugares, pero que la vida le deparó duras lecciones...y a pesar de todo sigue con fe.

"Pedro pero ahora estás bien", le dije, a lo que me dijo que desde que le dijo a Dios: "Te acepto de corazón como mi Dios y salvador" todo en su vida cambió y ahora está en paz, sano y tranquilo.   

Pedro ya cambió la luz del semáforo, cuídate, que Dios te bendiga...gracias a ti varón, sigue adelante, me dijo.

Y así, una vez más, aprendí una gran lección de vida que el buen Pedro me brindó...
Aquel vendedor de caramelos de 76 años lucha para ganarse el pan de cada día...
Su esposa lo dejó, su hija también...y hoy su única familia es el Dios que lo cambió...
El aula de clase llamada "Ciudad" me enseño una vez más a no perder la fe...
Esa fe perdida hace tiempo atrás...y que anhelo recuperar con alegría y paz...

Gracias por tus caramelos, amigo Pedro, pero más agradecido por tu valiente testimonio de vida.
Pediré al Dios que aceptaste como tu salvador que te devuelva a tu buen hogar.

Dios los bendiga por siempre.

Marco Antonio Malca Delgado
Martes 03 de setiembre del 2019
19:05 pm