sábado, 28 de marzo de 2020

DESPUÉS DEL CORONAVIRUS...

Después del "Coronavirus", ese virus terrible que ha aterrado a la humanidad mi vida cambiará de rumbo, o tal vez todo siga igual:

Después del coronavirus:

Seré más solidario, fraterno y educado con el prójimo, o simplemente seguiré jerarquizando esas acciones y sólo las practicaré con las personas que considere, en base a mis intereses.

Después del coronavirus:

Abrazaré mucho más a mi padre, le diré que lo amo por todo lo que significa para mí...o lo saludaré por cumplir, porque le debo respeto y obligación de ir a visitarlo.

Después del coronavirus:

Caminaré más y usaré menos mi auto, contaminaré menos, porque vienen otros seres humanos que merecen un buen aire, como el que yo heredé.

Después del coronavirus:

Enseñaré las mejores clases a mis alumnos, sonreiré más con ellos, les diré lo importante que son ellos en mi vida, porque me permiten desarrollar mi vocación, o seguiré mis clases por cumplir .

Después del coronavirus:

Rezaré más y con el corazón, le diré al Dios de la vida que me ayude a no dañar a nadie, a conocer más mi lado espiritual, a profundizar en mi experiencia humana, o mi rezo no tendrá sentido y será más un pantallazo de falsa ilusión.

Después del coronavirus:

Iré más seguido a trotar o caminar frente al mar, y hablaré con las olas, con la brisa, con la luna y las estrellas, o ensuciaré sus aguas que de por sí ya sufren contaminación.   

Después del coronavirus:

Visitaré con frecuencia un asilo, un hospital, donaré sangre, ayudaré desinteresadamente a los que tal vez no saben que más hacer para sobrevivir, o seguiré trabajando solo para mí.

Después del coronavirus:

Leeré cosas útiles, con mensajes de amor, me alejaré de las lecturas de historias tristes, de guerras y de odio, y buscaré las que refuercen la paz y el amor. 

Después del coronavirus:

Pediré perdón a la personas que hice daño, así no me perdonen, lo haré con todo mi corazón.

Después del coronavirus:

Escribiré un libro, donde dejaré un bello mensaje de amor.

Después del coronavirus:

Rezaré mucho y pondré en práctica lo que ofrezco al señor.

Después del coronavirus:

Viviré el día a día como si fuera el último día de mi vida, con amor y con ilusión de un mañana mejor.

Después del coronavirus:

Tendré más días de campo, abrazaré un árbol,regaré una planta, miraré más el firmamento.

Después del coronavirus:

Ingresaré a un voluntariado, donde pueda ayudar sin ningún interés.

Después del coronavirus:

Sonreiré más, abrazaré más, leeré más...dejaré los malos hábitos.

Después del coronavirus:

Escribiré una carta de amor a esa persona quién nunca me perdonó.

Después del coronavirus:

Venderé el nicho que compré, cuando pensaba que mi vida culminó.

Después del coronavirus:

Me pondré la corona de un virus conocido, ese virus se llama AMOR.

Dios los bendice

Marco Antonio Malca Delgado

Domingo 29 de marzo del 2020 
00:57 am









   










 



 

lunes, 23 de marzo de 2020

LAS CACHETADAS DEL CAPITÁN

Estamos en épocas de pandemia, y hoy más que nunca debemos seguir las indicaciones que nuestras autoridades nos brindan por el bien de la comunidad, es más, por preservar la salud de nosotros. Muchos en forma responsable y con alta conciencia cívica lo siguen, y otros hacen caso omiso...hasta ayer, en el Perú habían más de once mil personas intervenidas por no cumplir la cuarentena...que vergüenza, dando aún más trabajo a nuestras autoridades policiales y militares.

Pero la "noticia nacional" más resaltante de las últimas horas, fue que un capitán del ejército peruano agredió a un joven que al parecer estaba junto a un grupo de amigos, causando problemas en la comunidad en horas que ya no debían circular por la calle, es más, en base a la noticia, estos jóvenes estaban agrediendo a policías, incluso con la intención de decomisarle sus armas de fuego.

Posteriormente, salió un comunicado del ejército, en el cual expresaron que no comparten actitudes violentas hacia la comunidad, y que el capitán que propinó varias cachetadas a un joven supuestamente desadaptado había sido retirado del servicio de patrullaje, más no de su institución, causando la inmediata reacción de la ciudadanía, solidarizándose con el oficial.

Este acontecimiento, es una gran oportunidad para evaluar que está sucediendo con un porcentaje tal vez alto de la juventud del Perú de hoy, reflexionemos sobre lo siguiente:

1. Estamos perdiendo el concepto de familia, donde los padres eran los líderes natos de sus hijos, y les inculcaban respeto y buena educación hacia el prójimo.

2. En el mundo de hoy, todo el que "Levanta la voz" a los niños o jóvenes los "están traumando", les "bajan la autoestima", los "atropellan"... incluyendo a los propios padres, los maestros, las autoridades, es por eso que muchas personas permiten a los niños y jóvenes "hacer lo que les da la gana", ya que tienen miedo a ser denunciados, inclusive por corregir actitudes de mala educación.

3. Las cachetadas del capitán se hubieran evitado, claro que sí, si el joven agredido por el militar y los que lo acompañaban hubieran recibido una buena educación y formación en valores desde sus hogares, en lo personal no estoy de acuerdo con la violencia y agresión física, pero un militar que afronta una situación de emergencia nacional y mundial no está para tolerar insolencias de jóvenes que pretender romper las normas que las autoridades emitieron en bien de nuestra salud y proyecto de vida.

4. Las cachetadas del militar, me trajo recuerdos de las veces que mis padres me castigaron físicamente. Soy sincero en expresar que en su momento me causaron un gran resentimiento con ellos, pero con el transcurrir de los años, he llegado a la conclusión que no había "otro camino"...así los habían formado a ellos, es por eso que la generación de ellos tenía un alto concepto del respeto a toda persona, con mayor razón a la familia, la sociedad y sus normas...aunque insisto enfáticamente que estoy en contra de la agresión física.

5. Las cachetadas del capitán del ejército, desde mi análisis de educador, se ha convertido  en una "Gran Bofetada" a los padres de familia de hoy, ya que no están criando a sus hijos bajo un alto respeto por las normas de la sociedad y por el respeto a la familia como célula básica de la misma, como base angular de desarrollo humano y formación en valores.

6. Van saliendo otros vídeos en la redes sociales, donde podemos ver actitudes similares de ciudadanos de toda edad,  faltando el respeto a nuestras autoridades, quienes a pesar que nos "están cuidando", tienen que soportar la insolencia de personas que definitivamente no han sido formadas en valores, dos de ellos angulares: "respeto a las autoridades" y "respeto a la ley y a los reglamentos"...entonces: ¿Que medidas correctivas debemos tomar?     

7. Es una gran oportunidad para replantear la formación de los niños y jóvenes a nivel familiar, escolar, normativo y social, para que los padres de hoy se den cuenta que si son permisivos con sus hijos y les permiten malas actitudes y respuestas insolentes, seguiremos contribuyendo a formar ciudadanos con pobreza espiritual  y mala educación, es preocupante el observar que la escala de valores se va perdiendo por no ser exigentes en la buena educación del futuro de nuestra humanidad.

8. Tenemos una sociedad con opiniones extraordinariamente distintas, mientras para muchos el capitán se ha convertido en una especie de "héroe nacional" por el merecido que le aplicó a un joven, es un buen momento para auto aplicarnos una "severa bofetada", y replantear la forma como estamos educando a las futuras generaciones de nuestro país.

Gracias capitán, hiciste reflexionar a toda una nación.

Dios los bendice por siempre.

Marco Antonio Malca Delgado

Lunes 23 de marzo del 2020
14:00 pm



 



   




miércoles, 18 de marzo de 2020

YO LLEGABA SIEMPRE AL ÚLTIMO

Hola amigos, deseo que se encuentren en sus hogares evitando la propagación del coronavirus.

Estaba recordando a mis maestros, a aquellos seres que marcan nuestra existencia desde temprana edad,  y recordé con mucho aprecio a mi profesor de educación física de primero de secundaria.

Cuando ingresé al grado mencionado, el año 1978, tenía 11 años, era un niño "gordito", sin llegar a obeso, pero con poco talento o "atributos" para ser destacado en educación física, a tal punto que cuando trotábamos llegaba entre los últimos de la clase, y a veces último.

Recuerdo que recibía la burla de mi hermano mayor, quien siempre contaba en casa que yo "llegaba siempre al último", y se reía, poniéndose siempre como "ejemplo" de buen deportista, y vaya que sí lo era... fútbol, natación, atletismo...mi hermano mayor tuvo una época en que destacó en estas disciplinas. 

"Alumnos, antes de hacer ejercicios vamos a dar 5 vueltas a la pista atlética", expresaba mi profesor Justo, así se llama (espero y anhelo que esté vivo), y al dar esa indicación empezaba mi suplicio, ya que sabía que iba a llegar entre los últimos, y ahora me doy cuenta que también tenía una autoestima muy baja, la cual "traía" conmigo desde la educación primaria, donde experiencias similares me sucedieron.

En realidad no sabía trotar, empezaba entre los primeros y llegaba al final, sin oxígeno, agitado...pensé que nadie se daba cuenta, hasta que mi profesor Justo dialogó conmigo: "Vamos Malquita, no te sientas mal, yo te acompaño...respira lento, corre despacio, no hay apuro...", y ese fue el común denominador de cada clase, fue el maestro que me brindó confianza, me trató como un padre trata a su hijo, como un maestro con vocación trata a su alumno, hasta lograr el cambio de actitud en el ser humano a su cargo.

Pasaron algunos meses hasta que mi hermano mayor llegó a casa con una noticia que el mismo no podía creer: "Papá, me han contado que Marco llegó tercero en las carreras en la pista atlética del colegio", y mi padre se alegró, pero a pesar de ello siempre el gran atleta de la casa era su primogénito, yo aún seguía siendo el "gordito" que llegaba al final, hasta que gracias al profesor Justo me enamoré del atletismo, salía a trotar por cuenta propia, hasta ahora lo hago... los amigos del barrio me escogían al final cuando jugábamos fútbol, pero cuando vieron el cambio en mi estado físico también se mofaban al comienzo, pero ya no era el niño de baja autoestima, ahora yo les ganaba en carreras a mis amigos, nunca fui un gran futbolista, pero sí llegué a ser un buen corredor, un trotador que encontró en este deporte una manera de botar las penas, y una gran oportunidad de estar frente al mar, de correr frente a las olas, con otro aíre para mis pulmones, con otro viendo rosando mi cuerpo, con los delfines que a veces visualizaba, y que parecía comprendían mis deseos de volar, de correr, de ser feliz, de sentirme tan libre como ellos, tan alegres como su canto, quería ser bueno en algo, y creo que lo conseguí.      

El profesor Justo logró que su alumno cambie de actitud, que recupere su autoestima, que no haga caso a las burlas de los demás, que con perseverancia se consiguen las metas, que no importa llegar primero, al medio o al final, sino el saber llegar, el entrenar, el saber respirar, el trabajar en silencio, el creer en mí, en ayudar al que necesite mi ayuda, a parar  de trotar si veo que alguien se accidentó, eso es lo más importante, no el ser un "super atleta" vanidoso y burlón, como muchos  que conocí y que incluso encontré después de años, gordos y lentos, como alguna vez yo lo fui.

Un docente marca la vida de sus alumnos, para bien o para mal, ahora recuerdo al profesor Justo, su nombre completo es Justo Díaz Oliveros, docente por vocación, quién marcó mi vida por completo, con su calidad humana, con su profesionalismo e inmensos deseos de ver que todos sus alumnos se sientan bien en su clase de educación física, esas inolvidables sesiones de clase donde el daba el ejemplo haciendo los ejercicios antes que sus alumnos, trotando con ellos, cuidando su higiene, su porte, su salud.

Hoy sigo trotando, ya pasaron 42 años de los hechos descritos líneas arriba...parece que hubiera sido ayer, como pasa la vida, como pasa el tiempo...

Gracias querido profesor Justo, sus enseñanzas marcaron mi vida para siempre.
Le prometo seguir trotando, tal como usted me enseñó.
Educadores como usted necesita este agitado mundo.

Dios los bendice

Marco Antonio Malca Delgado

Miércoles 19 de marzo del 2020
01:50 am  

     

sábado, 14 de marzo de 2020

EDUCAVIRUS

¡Hola pobladores del planeta tierra autodenominados "Humanos"! ¿Cómo están?...Veo que últimamente no tan bien...

Soy un virus que ha existido desde siempre, y que ha evolucionado en muchos aspectos, se ha mantenido en otros, y ha retrocedido grandemente en muchos ámbitos, en especial en el de la buena educación y valores fundamentales para una pacífica convivencia.

Me llamo EDUCAVIRUS, y soy un VIRUS que hace BIEN al mundo, mucha gente me conoce, hace de mi un estilo de vida, ya que mi "INFECCIÓN" transforma a la humanidad, y es capaz de destrozar a cualquier enemigo que me ataque, como lo he hecho a través de la historia, como lo hice ayer y hoy.

Derroto con conocimientos y sabiduría todo mal que llega al mundo, reflexiono a través de mis amigos "Humanos" y logro hacer el bien...deteniendo todo lo que hace daño, incluyendo toda enfermedad, mi vacuna no tiene precio, sólo es cuestión que gente de bien comparta lo que les brindo, que ayude a crecer a toda persona, desde el más ignorante hasta el más opulento, no hay razón para no contar con mi antídoto de la sabiduría, si inyectas "EDUCAVIRUS" a tu vida tendrás TEMPLANZA en momentos de crisis, no te alterarás ni temerás, irás por el mundo haciendo el bien... sólo toma la decisión de "Inyectarte" mi "Virus" y verás que todo lo bueno vendrá a tu vida, y no tendrás miedos ni temores, eso incluye a toda enfermedad.   

Ahora me toca "Inyectar" nuevamente sabiduría y tranquilidad al mundo, ya que ante la llegada de una nueva pandemia llamada "Coronavirus", el mundo reaccionó con temor, perdiendo en muchos casos su alto sentido de la fraternidad y solidaridad, tal como lo hemos visto en los noticieros de diferentes países del mundo, donde hemos presenciado como la histeria colectiva ha hecho que los ciudadanos de diversa parte del mundo compre alcohol en gel, papel de diferentes tipos, comestibles y otros productos en forma exagerada, ocasionando no sólo desabastecimiento, sino un mal ejemplo a tantos niños y jóvenes del mundo entero, que una vez más observan una de las más grandes miserias humanas: el egoísmo.

Mi "Virus" de la buena educación es útil para preservar la sensatez y escala de valores en el mundo, es la más hermosa "Infección", ya que si uno la transmite a otros. se hará extensivo en todo el mundo, ocasionando mucha paz, solución de problemas y alto sentido de solidaridad y buena convivencia, la podrás encontrar en los hogares progresistas con familias llenas de valores, en las escuelas como lugares sagrados para preservar la existencia de la humanidad, en las organizaciones e instituciones de bien,  donde existen personas que sirven a la comunidad sin ningún interés, tan sólo el de cumplir con la hermosa misión de preservar la buena cultura y educación en el mundo.

Vengan pronto hijos del mundo, mi vacuna no tiene precio... además es el hermoso compromiso de embellecer y cuidar el hermoso paraíso donde han nacido, ese paraíso que ahora se descongela, se incendia y mueren hermosos seres vivos, donde los humanos se matan por intereses y cosas materiales, donde un virus extendido causa la reacción egoísta de muchos seres humanos, que se olvidaron de su buena crianza, de su escala de valores, de su buen corazón...

Vengan pronto, me llamo EDUCAVIRUS...y mi tarea es transmitir AMOR.

Marco Antonio Malca Delgado
Sábado 14 de marzo del 2020
18:42 pm