Debo aclarar que al escribir estas líneas, no me refiero a lo que técnicamente se le conoce como Lagoftalmos o lagoftalmia, que es un problema de salud ocular, por lo que algunas personas pueden dormir con los ojos abiertos, sino va hacia otro análisis del ser humano y su proyecto de vida.
A lo largo de mi vida he caminado durmiendo con los ojos abiertos, es decir, he dejado pasar oportunidades que luego ya no volvieron más, sencillamente por mi conformismo, flojera o falta de actitud y acción, es natural en un proceso de desarrollo y evolución, es parte de mi experiencia humana, el tener aciertos y errores, el vivir alguna época de dejadez y mediocridad que a través de los golpes duros de la vida, fui cambiando y orientando mi existencia hacia el desarrollo y realización.
Esta somnolencia aguda provoca atraso, y sucede por diferentes razones, tal vez por cultura familiar, o por una inadecuada autoestima y valoración de sí mismo, por recibir atropellos físicos o verbales en algún momento de la vida, que marcaron un conformismo dañino para nuestro proyecto de desarrollo humano.
Las horas de dormir deben ser sagradas, para que el cuerpo vuelva a integrarse a la jornada cotidiana y realice actividades que nos hará sentir felices y realizados, y es precisamente en esas horas donde debemos cerrar nuestros ojos y descansar, para posteriormente tenerlos bien abiertos y sin lagañas que nos hagan ver los proyectos borrosos y no los comprendamos por estar dormidos con los ojos abiertos, mejor dicho sin ruta ni objetivos claros en nuestra experiencia humana de trascendencia y crecimiento.
Estamos llamados a caminar con los ojos bien abiertos, es decir, listos para realizar proyectos que nos hagan exitosos, hacer el bien a nuestro prójimo y comunidad, no caminar dormidos, sumidos en la negatividad y falta de objetivos en la vida, dejarnos arrastrar por un sistema social que nos invita al chisme, indisposición, vulgaridad, falta de metas y visualización de logros y planes de desarrollo integral.
En el mundo de hoy, en los primeros años del siglo XXI, tenemos similares muy jóvenes, que van por la vida sin rumbo, sin oficio ni beneficio, y es por transitar por la vida "Dormidos con los ojos abiertos", tal vez por ser víctimas culturales de su formación desde niños, o sencillamente por falta de decisión a ser diferentes, a tener el firme propósito de triunfar en la vida con espíritu de sacrificio y deseos de superación.
La vida cada día nos pone una valla más alta, pero que con fe, valor y entusiasmo podemos saltar y pasarla con éxito, tan sólo es cuestión de actitud y autoestima elevada, de proyectarnos en la vida a través de un plan de desarrollo a seguir en forma perseverante y sin cesar.
Les deseo un hermoso caminar por la vida, que las horas en que duerman, sea con los ojos bien cerrados para reponer energías, y no tener que transitar dormidos estando despiertos, y así no tener reflejos ni capacidad de acción y reflexión para desarrollarnos y ayudar a crecer a nuestra comunidad y entorno.
Que el Dios de la vida los bendiga por siempre.
Marco Antonio Malca Delgado
Jueves 05 de octubre del 2017
01:36 am
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