Buenos días amigos. Son las 12:54 am de hoy jueves 12 de octubre, y estoy pensando en lo acontecido en estas últimas semanas en mi patria, el Perú, en relación a la fiebre y euforia desatada por los partidos clasificatorios para el mundial de fútbol Rusia 2018.
En estos días observo por las calles conciudadanos de toda edad y nivel social circulando con la camiseta de la selección de fútbol puesta con orgullo, autos y viviendas con la bandera nacional y otros accesorios que dan una clara muestra de identidad y nacionalismo.
Los puestos de venta de tiendas de artículos deportivos, mercados, bazares, centros comerciales y comercio ambulatorio han incrementado sus ventas, ya que hoy por hoy, muchos peruanos quieren lucir la camiseta de la selección de fútbol, alentar al equipo en los encuentros deportivos, celebrar triunfos... siempre con la camiseta bicolor puesta.
Pero el "Ponerse la camiseta", va mucho más allá de alentar a un equipo de fútbol.
Ponerse la camiseta es un compromiso de amor incondicional responsable con la patria, no sólo en un partido de fútbol, sino a lo largo de toda la vida, y es que la camiseta de la patria es como el amor hacia nuestra madre, una entrega total, una donación de lo mejor de nosotros a una comunidad llamada Perú.
He escuchado muchas veces en diferentes ámbitos sociales, culturales, deportivos y laborales la conocida expresión: "Ponte la camiseta", en claro mensaje a dar lo mejor con amor, identidad y compromiso... ¿Nos estamos poniendo la camiseta en realidad?
Dentro de unos días terminará el proceso clasificatorio, y vayamos o no al mundial, la camiseta siempre la debemos llevar puesta a través de nuestras buenas acciones, responsabilidad, solidaridad, deseos de superación , buena voluntad, amor al prójimo y alta calidad humana.
Conozco personas que físicamente no se ponen la camiseta, pero siempre lo demuestran a través de su inmenso compromiso con su patria y comunidad, cumpliendo sus deberes con alta responsabilidad y altruismo, siendo un gran ejemplo para sus familiares, amistades y entorno social.
He visto muchas personas con la camiseta puesta que han hecho desorden en la calle, que el exceso de triunfalismo los ha llevado a la agresión física y verbal incluso en su entorno familiar, personas que al día siguiente del encuentro de fútbol no han acudido a laborar por haber bebido en exceso, demostrando que no han honrado la camiseta de sus principios y objetivos de desarrollo.
Bajo la coyuntura del fútbol y la identidad con la patria, reflexionemos sobre lo que en realidad significa ponerse la camiseta, y es que es tan importante que meditemos sobre su real significado.
No actuemos con falso patriotismo, un deporte no es suficiente para mostrar amor a la patria, sus colores e indumentarias deportivas.
La camiseta de un país debe ser valorada por los que la llevan, con un alto sentido de fraternidad, trabajo y perseverancia por cumplir las metas trazadas.
Llevaré siempre puesta la camiseta de mi patria si colaboro en la transformación de la sociedad a través de mis actitudes positivas, honor, dignidad y respeto a los demás.
Que Dios los bendiga por siempre.
Marco Antonio Malca Delgado
Jueves 12 de octubre del 2017
01:31 am
¡Llevando una Camisetas de futbol del equipo nacional, en nombre del honor y la dignidad de un país!
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