Buenas noches amigos, deseo por sobre todo que se encuentren muy bien de salud, en esta época tan triste y sensible que nos ha tocado vivir dada la pandemia.
Estaba leyendo la biblia, libro sagrado de la iglesia católica donde hay una hermosa lectura del libro del Eclesiastés titulado "Todo tiene su tiempo", donde explica que la humanidad a través de la historia ha pasado, pasa y pasará diferentes vivencias, experimentará diferentes sensaciones y emociones.
Todos hemos nacido en un tiempo debido y moriremos algún día, plantaremos y arrancaremos lo plantado, matamos y curamos, destruimos y edificamos, lloramos y reímos, estamos de luto una época y otra bailamos, esparcir las piedras y juntar las mismas, tiempo de abrazar y tiempo de abstenerse del mismo acto, ganar y perder, guardar y desechar, tiempo de romper y tiempo para coser, tiempo de callar y tiempo de hablar, tiempo de amar y tiempo de aborrecer, tiempo de guerra y tiempo de paz,
Si creen en Dios, expresa que ÉL todo lo hizo hermoso en su tiempo, y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el ser humano a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.
¿Estamos siendo conscientes del tiempo que estamos viviendo?
¿Cuánto hemos plantado, curado, edificado, reído, bailado, juntado (unido), abrazado, ganado, guardado, compartido, cosido, hablado, amado y vivido en paz?
¿Cuánto hemos arrancado, matado, destruido, llorado, estado de luto, separado, abstenernos de abrazar, perdido, desechado, roto, callado, aborrecido y vivido en conflictos?
¿Cuál es el sentido real de nuestra existencia?
¿Podemos vivir en paz y armonía, evitando enfermedades como la que pasa el mundo de hoy?
¿Cuál es la misión que tenemos en esta experiencia humana?
Definitivamente, hemos nacido para ser felices y alegrarnos, y hacer el bien a lo largo de nuestra existencia, pero al parecer muchos millones de seres humanos no entienden que nuestro paso por el mundo es para construir y no destruir, para curar y no enfermar, para descontaminar y no envenenar el mundo... hay epidemias o pandemias que en el mundo de hoy se pueden evitar.
¿Por qué el poderoso en vez de tener esclavos no forma nuevos y prósperos hermanos de especie?
¿Por qué en estos primeros 20 años del siglo XXI no hemos acabado con el racismo y el sometimiento de unas naciones hacia otras?
Lo expresado líneas arriba, sustraído del sabio texto bíblico, representa las pasiones de los seres humanos, amamos y odiamos, provocamos males sin medir las consecuencias, abusamos del que está en desventaja, pero también es cierto y real que han existido y existen aún seres maravillosos que hacen todo lo posible por ser mejores cada día, y que el don del servicio es su vocación a lo largo de su vida.
Todo tiene su tiempo y su lugar, en lo personal, estoy en un tiempo difícil y sensible de mi vida, si hablo de la pandemia recordaré a todas las amistades que han fallecido por este mal, el sufrimiento de gente cercana a mi me afecta inevitablemente, pero también me afecta el dolor de mi comunidad, de mi patria y del mundo.
Pero también estamos en un tiempo de agradecer, aprender y enseñar:
Agradecer a todos los que luchan por mejorar el mundo, por aliviar a los enfermos, por secar las lágrimas de los que sufren.
Aprender que la vida se ha hecho para vivir en armonía, para construir, para ayudar al que necesita de nosotros, para buscar por sobre todas las cosas no hacer daño a nadie.
Enseñar a toda persona, en especial a los niños y jóvenes a que a pesar de todo podemos cambiar el mundo, que debemos esforzarnos por conseguir nuestras metas, ayudar al desvalido, actuar de buena fe, cuidar la naturaleza, pensar bien de los demás, buscar siempre actuar de buena fe.
Todo tiene su tiempo... estoy en tiempo de buscar Paz y Transmitirla.
Les envío mi pañuelo para secar sus lágrimas, les envío una sonrisa contagiosa para que sonrían, les envío un abrazo lleno de paz, para que respiren tranquilidad y sean portadores de la misma.
Es tiempo de cambiar a la humanidad...¿Lo hacemos unidos?
Dios los bendice.
Marco Antonio Malca Delgado
Miércoles 01 de julio del 2020
00:40 am
Es totalmente cierto lo que usted afirma en su blog. El ser humano nace limpio, sin ninguna a teberración, perversión o maleficencia; es el mismo ser humano que con sus actos hace que aquel niño puro vaya aprendiendo todo lo malo que ve en sus padres y el ambiente que lo rodea y se forma exactamente a esa imagen y semejanza. Sin embargo también ocurre lo mismo pero en sentido positivo porque el niño ve en sus padres y alrededores lo bueno y lo positivo del ser humano y se educa a esa misma imagen y semejanza. Pero finalmente es el mismo niño que con cualquier educación y padres decide vivir correcta o incorrectamente. Ni el peor sufrimiento puede hacer nada con la firme decisión del ser humano de convertirse en un hombre de bien; está en su mente y conciencia lo que debe y no debe hacer en esta vida. Si tan solo fuésemos honestos con nosotros mismos y con los que nos rodean, les aseguro que no habría penas, injusticias, violencia ni muerte por mano del mismo hombre; todo sería armonioso y pacífico porque somos honestos y sabemos que lo único que puede salvar a este mundo es el mismo hombre honesto, pacífico, renovado, generoso pero por sobretodo un fiel imitador y seguidor de Cristo Jesús. Las reglas están dadas en la Biblia y nuestra tarea es aplicarla. Hombre en Cristo, criatura nueva. Bendiciones.
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