Desde que nacemos, somos "capitanes" de nuestra propia barca, en la que viajamos todos los días, y remamos por diferentes aguas, algunas turquesas como las del paraíso ideal, otras turbias como un día triste en nuestra existencia, y remamos con fuerza, a veces alegres, a veces fastidiados, a veces con rencores, a veces sin rumbo.
Hoy he anclado mi barca para escribir, para reflexionar, para pensar... y miro mis manos, mis piernas, respiro profundamente, y busco mi carta de navegación...pero... ¡no la encontré! ¡No encontré mi carta de navegación! Dios mío...¿ Donde estoy? ¿Qué hago aquí ? ¿Hacia donde voy? … y mientras escribía, mi barca se estaba cargando de agua turbia, ya que había un hueco en su base, y dejé de escribir para botar la mayor cantidad de agua que podía.
Mis remos estaban rajados, no avanzaba la distancia que normalmente pueden brindar unos en buen estado, y entre remar y expulsar el agua seguía avanzando, mis brazos se iban cansando, y miraba el horizonte, pensando en que será muy difícil llegar hasta donde está el sol, y así poder leer con claridad mi carta de navegación.
Mientras remaba, recordaba mi niñez desde que tengo uso de razón, los momentos felices, los juegos de niños, las incansables horas que pasaba en el campo de marte mirando el firmamento durante la primavera, verano, otoño e invierno de mi ciudad...sin problemas, era tan solo estudiar, jugar , ayudar a mamá y portarme bien.
Luego recordaba mi juventud difícil, pero inolvidable, de trabajo, de anhelos truncos, pero de lucha por salir adelante, y mi barca seguía avanzando, si tenía carta de navegación no la conocía, remaba nada más, era lo único que sabía.
Creo que el recordar tantos momentos de mi vida hizo que me olvidara del cansancio, y me brindó una motivación especial para seguir luchando por mantenerme a flote con mi barca, con mis remos rajados, me acordé de mi madre cuando se puso de pie estando muy delicada de salud y me dijo "Se caen los débiles", y ahora pienso que se adelantó en darme este consejo ya que faltaba poco para su partida, y para dejarme fuerzas para poder soportar los golpes de la vida, aquellos que he provocado sin querer y que me han hundido en congoja y tristeza, así como tolerar humillaciones como las de mi maestra de primaria, y otra maestra que humilló mi sentir... niño o grande, es seguro que yo soy el responsable de todas las etapas de mi existir.
Hoy sigo remando, ya se rompió un remo, me queda sólo uno, mi barca está de lado, pero aún avanza, sigo respirando, y grito para arengarme a mi mismo, pido al Dios de mis padres que me fortalezca, que ilumine mi camino, y un aire suave refrescó mi cuerpo, es una fragancia de una vida mejor.
Ya estaba muy cansado, estaba por hundirme, y se produjo un milagro: Una enorme ola empujó mi barca hasta la orilla y me sentó en la arena de una playa limpia, y al lado mío encontré una hoja grande y lápices de colores, y miré al cielo, pude leer un mensaje hecho con nubes blancas como la nieve que decía "Vuelve a diseñar tu carta de navegación", me puse a llorar como un niño enamorado sabe llorar, y agradecí a Dios por es hermosa señal para mi vida, para ser feliz haciendo felices a los demás con los años que me quedan por vivir.
Gracias vida por todas las aventuras que hemos pasado en este viaje que aún continúa, ya no quisiera ser itinerante, sé que debo mirar adelante, y brindar lo mejor de mi, ya no puedo retroceder el tiempo, ya me hirieron, ya herí, ya compartí, ya me ayudaron, ya amé y aún amo, solo Dios sabe lo que será de mi.
Carta de navegación, entra en mi mente y en mi corazón... te pondré en el lugar más importante de mi barca, frente al timón, ayúdame a comprender la ruta, sé que habrá tempestades y tormentas, así como paisajes hermosos, arena blanca y mar azul.
Barca reparada, lista para zarpar; Dios bueno guía mi camino, algo bueno deberé encontrar...
Marco Antonio Malca Delgado
Martes 03 de agosto del 2021
00: 27 am
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