martes, 28 de mayo de 2024

DOS SIGLOS VIVIENDO

Nací el 31 de mayo del año 1966, en una vivienda pequeña, una quinta del distrito de Jesús María, en mi querida Lima, capital de mi amado Perú.

Recibí el año dos mil a los 33 años, y ahora, próximo a cumplir 58 años en este siglo XXI, siento un gran quebranto, y es que a lo largo de mi vida he vivido diferentes situaciones, tanto tristes como felices, fui un niño insomne, iluso, romántico, y viví en un hogar con padres completamente diferentes en sentimientos y costumbres, ellos fueron criados con dureza, y a pesar de mi poca edad notaba en ellos el deseo de dar más, de luchar por una vida mejor.

Mi vida estuvo marcada por una palabra al que todos corremos: miedo, temor, baja autoestima, pero a pesar de todo no sé por qué la vida, el destino u otros factores me han llevado a ser líder de equipo.

Mamá Miriam decía que cuando estaba embarazada de mí, lloré en su vientre, y que la señora Victoria, obstetra que asistió a mi madre, expresó que eso indicaba que yo sería muy feliz.

De ahora en adelante seré feliz si veo que otras personas no sufren, si veo a niños jugar en un parque y sonreír con sus padres, si ayudo a un desvalido a llevarse un pan a la boca, si curo una herida, si salvo una vida, si escribo un libro, si ayudo a levantarse al oprimido, si curo al enfermo, si ayudo a cruzar la calle a un anciano, si digo la verdad sin sentir miedo, ese terror a la agresión que tengo a lo largo de toda mi vida.

Hoy tengo muchas ganas de llorar, de sonreír, de recordar mi vida en todos sus pasajes y momentos: Mi primera infancia en la quinta de mis recuerdos, jugando carnavales con mis hermanos, paseando por el parque San José con mi mamá, mi niñez en el edificio donde viví en la avenida Brasil, soporté el terremoto de 1970, aunque no recuerdo casi nada y el de 1974, que me causó pánico y gran susto, llevo en mi mente y corazón cuando asistíamos con mis hermanos al campo de marte a "mataperrear" todos los viernes por la tardes, donde mientras mi hermano mayor mataba pajarillos y los otros volaban cometa, yo permanecía echado sobre el césped, mirando la tarde gris de la Lima de invierno, respirando un aire diferente, un aire que sólo un niño alegre y triste sabe respirar.

Hoy, próximo a cumplir 58 años años, agradezco de corazón a las personas han formado parte de mi vida, a todas sin excepción, y pido perdón a las que hice sentir mal a través de mis errores y malas acciones, con la firme promesa y convicción de buscar siempre ser mejor persona cada día.

En ésta etapa de mi vida, quisiera tener el abrazo de personas que me hacen tanta falta: 

Mamá me abrazaría, pero lloraría conmigo al sentirme, la mamita Nelly me miraría con sentimiento y compasión, mis padrinos Pedro y Katty me harían leer los mejores pasajes de la biblia, para nuevamente aprender que el amor de Dios me acompaña siempre, el padre Javier me diría "Eres bueno y noble, pero sé fuerte en tu fe"... pero también tengo el amor de las personas, entre amigos y familiares que aún transitan en este mundo, y que a pesar de mis errores desean siempre lo mejor para mi, y que han estado conmigo en los momentos más fuertes de mi vida.

Soy docente de profesión, pero me falta mucho para aprender del aula más grande que es la vida misma, solo le pido a Dios me de una última oportunidad para hacer el bien por donde vaya, que deje una huella sencilla y noble, que de lo mejor de mi, que termine de eliminar todo lo que me hizo y hace tanto daño, y que viva haciendo el bien.

Hoy inicio nuevamente esa ruta, a pocas horas de cumplir 58 años, doy gracias a mi buen Dios y le pido ilumine mis acciones por siempre.

Hoy solo quiero dar gracias, dejo mi alma, espíritu, corazón y vida.

Marco Antonio Malca Delgado

Martes 28 de mayo del 2024

17:44 pm  


      


     

        


  

        



1 comentario:

  1. Lindo artículo Marco Antonio. Que se cumplan tus deseos

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