LOS DELFINES Y YO

Era un domingo por la mañana, trotaba frente al mar, mi lugar favorito para respirar otro aire, y botar las penas y momentos tristes, sentirme un ser viviente como las plantas y aves, como los árboles y sus hojas, como su verdor esperanza.

En mi búsqueda de Dios le agradecí por su mar hermoso, por el viento y las aves, y le pedí que si deseaba me dé una señal de su presencia, y poco a poco me fui dando cuenta de su respuesta sabia: Aves volando cerca de mi, olas más fuertes y blancas como la paz, viento suave como la brisa del mar, y lo más bello del día: Ver varios delfines nadando despacio, balanceando sus elegantes cuerpos en forma lenta, los contemplé, les pedí que no se vayan, que me permitan verlos un buen tiempo, que son muy hermosos, que me enseñen a nadar como ellos, con paz, con elegancia, con bondad, con alegría...

Los delfines viajaban en grupo, sin temor a nada, solo avanzaban con alegría, salían a respirar ya que son mamíferos acuáticos, y los contemplaba, les agradecía, les pedí viajar con ellos, y ellos me respondieron con una hermosa sinfonía de amor, con un "tu eres de tierra", "nosotros de mar", con un "sigue trotando por la vida, que algún día llegará la trotada final".

Estuvieron conmigo un buen tiempo, parecía que entendían mis deseos de acompañarme, hicieron caso al pedido que le hice a Dios: "Que me dé una señal", y a cambio me regaló varias señales: aves, aire, olas del mar, sol, oración y hermosos delfines que me enseñaban a seguir nadando por la humanidad.

Hermanos delfines: ¿Dónde están? ¿Nadando por el océano pacífico norte, o en el mar Chino de la lejana Asia? ¿O en las olas de Portugal? , deseo verlos de nuevo para agradecerles, porque entendí su mensaje: " Sigue viajando con amor, las olas te llevarán al lugar ideal"... 

Ese domingo fue un día especial... cuando los delfines se fueron de mi vista, vino una sensación de paz a mi corazón, fue como estar frente a un altar dispuesto a orar.

La gratitud es algo que siempre debo practicar, y les agradezco inmensamente por acompañarme ese inolvidable domingo de febrero, donde muy temprano en la mañana boté mis miserias a las olas del mar.

Gracias hermanos delfines, sigan nadando en la gloria azul del inmenso mar.

Marco Antonio Malca Delgado

Viernes 18/02/2022

00:14 am