Caminaba por la calle a paso largo, venía de trotar como con frecuencia lo hago, y en el trayecto, observé un pajarillo sentado sobre el césped de un jardín algo descuidado.
Me acerqué más y pude verificar que estaba herido, con la cabeza hacia abajo y abatido emocionalmente.
" ¡ No te haré daño ! exclamé... acercándome más y más, hasta que pude ver que su cabeza sangraba.
Lo cogí con mis dos manos e intentó escaparse a través de sus aleteos, pero no pudo, acaricié su cabeza, intenté reanimarlo, coloqué su pequeño cuerpo sobre un macetero que había en un jardín, y a unos señores de seguridad distrital que estaban observando lo acontecido les dije: "No puedo hacer más por el animalito", ellos sólo me miraron, como expresando también lo mismo.
Y me fui apenado, mirando como dejaba a la pequeña criatura que nos alegra la mañana con sus cánticos y nos anuncia que ya amaneció, sentí una rara sensación... era como abandonar a un ser querido que se encontraba en estado vulnerable... para nosotros, los humanos, es "normal" ver a un animal herido, agonizante y seguir nuestra ruta cotidiana.
El pajarillo herido me hizo recordar a todos los niños del mundo que están en abandono, que no tienen el amor de un padre o una madre, que viven en la calle soportando hambre y frío, que no asisten a una escuela, que nos venden caramelos o limpian los parabrisas de los autos para obtener unas monedas y vivir... sin amor, pero vivir...
El mundo cada vez está más indolente, tal vez tú, que estás leyendo estas líneas expresarás: ¡ Pero es sólo un pájaro ! ¡ Ya pues no seas exagerado ! y es que el pajarillo herido me hizo recordar a mis ex alumnos de la escuela, que de niños cantaban con alegría y entusiasmo, pero que en los años de pubertad y juventud las drogas se encargaron de cancelar hermosos proyectos de vida, inclusive con padres muy cerca de ellos, pero que en realidad sólo se comportaron como progenitores.
En la actualidad, a raíz de la pandemia, tenemos millones de "pajarillos heridos" en cuerpo, alma y espíritu, niños que dejaron de cantar en el amanecer, que cambiaron sus cánticos felices por lágrimas de dolor, depresivos al tener el rechazo de los adultos, incluidos sus padres, al no acompañarlos en su época de niñez y juventud, la soledad y falta de motivación están apagando sus deseos de vivir, es por eso que muchos viven el "día a día", sin visualizar nada, sin proyectar nada, y lo peor de todo, sin tener una familia que los acompañen, hasta que "vuelen" por el mundo con sus propias alas, reforzadas por una gran cultura y amor al prójimo.
Amigos, cuando veas un pajarillo herido por tu ruta cotidiana, haz todo lo posible por salvar su vida, acógelo, acarícialo, cúralo... será un hermoso gesto que te preparará para una empresa mayor: " Salvar del hambre, ignorancia y miseria a millones de niños, muchos de ellos sin hogar".
Cuando muere un pajarillo, muere parte de lo bello de la humanidad.
Dios los bendice.
Marco Antonio Malca Delgado
Lunes 17 de julio del 2023
22:25 pm
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