martes, 7 de noviembre de 2017

¿VALE LA PENA ESTUDIAR?

Carlos es muy estudioso... todo lo ve estudio y no sale a jugar.
Marco sigue estudiando a pesar de tener 51 años... es el eterno estudiante.
Camila estudió tanto por las puras, ya que gana poco.
Dante es estudioso, pero es un nerd... es el más tonto del aula...

Y así podríamos describir diferentes casos de personas que conocemos, y que van ligadas a los estudios a todo nivel, es decir, desde la escuela.

Estudiar es aplicar nuestra inteligencia, poner en práctica el entendimiento para aprender diferentes áreas del conocimiento, arte o profesión, memorizar el contenido de algo, por ejemplo estudiar música, una profesión, un idioma, un proyecto, un poema, una especialidad,etc.

Estudiar es también la capacidad que tenemos de observar, analizar, pensar algo con detenimiento para profundizar en su conocimiento, entenderlo o buscar alternativas de solución.

En la actualidad, se vive una diaria competencia por el hecho de estudiar, ya no solo debemos ir a la escuela desde la educación inicial, sino que debemos estudiar siempre, frecuentemente, es decir, todos los días, pero, por otra parte, debemos analizar lo que deseamos para nuestro proyecto de vida y desarrollo personal, es decir, no debemos "Estudiar por estudiar", sino visualizando los caminos de nuestra existencia.

Cuando eramos menores, nos "Obligaban" a ir a la escuela, más no a "Estudiar", y es que muchos van pero por su edad temprana o falta de reflexión cuando son adolescentes, no valoran el estudio como recurso vital de superación y desarrollo cultural, es decir, no me expreso del valor de estudiar como un medio que nos dará ingresos económicos, sino para conocer, para crecer, para tener tema de conversación, para cultivar nuestra persona y regar nuestra base angular con conocimientos que valgan la pena y que nos hagan útiles a la sociedad.   

Un buen porcentaje de personas mayores que conozco se están capacitando en sus centros de labores o están estudiando "Algo" para no estar desactualizados, o por el temor a perder sus puestos de trabajo, si la razón es lo expresado al final, no es correcto, ya que afecta la salud emocional del "Estudiante", ya que sencillamente no lo lleva a cabo por amor a los estudios y deseos de superación, sino obligado por causa de la estresante competencia que la sociedad ha creado por "Saber más".
Si es así no miraremos los estudios como fuente de inspiración para ser mejores personas.

Entonces: ¿Vale la pena estudiar?
Mi respuesta inmediata y contundente es un rotundo ¡Si vale la pena!, pero para que los estudios sean fecundos se debe saber orientar hacia los mismos desde temprana edad, sin presiones, amenazas, miedos y orientaciones manejadas inadecuadamente.

Podemos marcar negativamente y de por vida si a un niño o niña le obligamos a estudiar sin una motivación previa, o les decimos adjetivos insultantes si no entienden algún área del conocimiento, y de ello doy fe en mi persona, al tener una pésima maestra de primaria en el colegio, que generó una repulsión en mi ser hacia las matemáticas, y que eran extendidas en mi hogar a través de mis padres, que por su falta de experiencia ampliaban los maltratos por no saber orientarme hacia el entendimiento de tan importante y hermosa rama del conocimiento humano.

Se estudia para ser feliz, para conversar y compartir sobre arte, música, historia, geografía, ciencias, gastronomía, tecnología, ciencias sociales, deportes, etc.

Todo lo que estudiamos en teoría es fundamental llevarlos a la práctica siendo consecuentes con nuestros principios y valores, sino, no tiene sentido alguno.

Estudiar no significa pasar largas horas encerrados en un estudio, biblioteca o habitación, ya que podemos hacerlo en un parque, frente al mar, en el campo, navegando en un río, y de muchas modalidades, ya que tenemos la "Bendición" de la tecnología, que si la usamos realmente en pro de nuestro desarrollo y el de la comunidad lograremos trascender para siempre.

Nunca olvidemos que mientras más sabemos más sencillos somos, y estamos llamados a compartir con los que saben menos que nosotros, esa es nuestra gran y noble tarea.

Estudiemos, pero no descuidemos a nuestros familiares y seres queridos, estudiemos, pero cultivemos también nuestro cuerpo a través de un deporte,  estudiemos, pero seamos capaces también de producir nuestras propias teorías y llevarlas a la práctica, estudiemos, pero también busquemos un espacio para cultivar nuestro espíritu  y obtener equilibrio emocional.

Es en los estudios donde la humanidad debe aprender a construir un mundo mejor.

Estudiemos con Amor, con dignidad y deseos de superación.

Dios los bendiga por siempre.

Marco Antonio Malca Delgado
Martes 07 de noviembre del 2017
07:17 pm 







 




 









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