Hoy domingo 12 de diciembre, día de la "Virgen de Guadalupe", tuve un día recordando el pasado, los buenos momentos que viví, sobre todo en mi niñez cuando venía la navidad.
"No hay navidad sin Jesús", enfatizaban los pocos canales de televisión que emitían tan sentido mensaje, había la ilusión de un mañana mejor a través de las propagandas alusivas a ten sensible celebración:
"Quisiera al mundo darle hogar y llenarlo de amor, sembrar mil flores de color y de felicidad, quisiera al mundo darle hogar y llenarlo de luz, y en año nuevo darle paz en esta navidad".
Hermoso mensaje de un spot navideño de una conocida bebida gaseosa, que se quedó grabada en mi mente y corazón hasta ahora, y hasta el día que cierre mis ojos para siempre.
Recuerdo detalles que mis hermanos olvidaron, pero que cuando los hago retroceder en el tiempo expresan: "Es increíble como recuerdas esos momentos", recuerdo que el 25 de diciembre en horas de la mañana o la tarde nos visitaban nuestros padrinos de bautizo, con sus regalos, mis hermanos disfrutaban de los juguetes que les regalaban, y mis padrinos Pedro y Katty siempre me regalaban cuentos, cuando, como todo niño, esperaba un juguete de regalo, mis hermanos se reían ya que para un niño común y corriente el recibir cuentos de regalo en navidad no resultaba atractivo, así eran mis queridos e inolvidables padrinos, siempre me regalaban libros y cuentos, y ahora vivo eternamente agradecido, sobre todo porque fueron personas de fe y me brindaron mucho afecto, eran únicos, los llevo siempre en mi corazón, ellos me enseñaron a amar a Dios, y lo sigo haciendo, a pesar de mi fe, que cada día siento más débil.
Recuerdo también que en la escuela salíamos de vacaciones la primera semana de diciembre, o después del 08, fecha en que se hacía la primera comunión, los padres no reclamaban por qué salíamos con anticipación, no había tanta "competitividad" por saber más, pero si había muchos deseos de hacer vida en familia, en esa época las vacaciones eran prolongadas, tres meses: enero, febrero y marzo, todo el verano, jugando, ayudando en casa, "escogiendo el arroz" o "pelando alverjas" ya que debía ayudar a mamá Miriam en esa cosas mínimas del hogar, y por la tarde nos íbamos a jugar con mis hermanos al pasadizo del edificio donde pasé mi niñez, en la avenida Brasil 935 departamento "H" en Jesús María, distrito donde nací...cuántos recuerdos, cuanta nostalgia... que rápido pasó el tiempo.
Ahora ya no están mis padrinos, ya no está mamá, ni mis abuelos que visitábamos en éstas fechas tan sensibles, pero tengo la bendición de tener a mi padre, y no me perderé la oportunidad de abrazarlo a las 12 am y agradecerle con toda mi alma por ser bueno, por ser parte de mi vida, por ser parte de su hogar.
Extraño esas fiestas navideñas que he descrito líneas arriba, pero más extraño a lo más bello de mi existencia, que se marchó dejando tristeza en mi mente y corazón, y que solo Dios sabrá el mañana que me espera.
Otro año más que se va, mil momentos que recordar, navidad en mi vida, en mi corazón, luces de bengala, cohetones y cohetecillos, pavo y chocolate de taza, arbolito y nacimiento, villancicos y juguetes, pero sobre todo el inmenso Amor de Dios.
¡Feliz Navidad para ti, así llore en el alma!
Marco Antonio Malca Delgado
14 de diciembre del 2021
01:48 am