martes, 30 de agosto de 2016

EL CAMBIO DE COLEGIO... LO BUENO Y LO MALO

Compadre: ¿Por qué tiene a sus hijos en colegio particular?, todos mis hijos han estudiado en colegio nacional y son buenos alumnos, les dan una buena educación, sólo paga una matrícula barata y no paga más en todo el año.
Recuerdo que ese fue el "Consejo" que le dio a mi padre el Señor Juan, padrino del segundo de mis hermanos, y mi padre se dejo llevar por el mismo.
Mis hermanos estudiaban en un conocido colegio particular católico, donde habían alumnos y padres de familia de un nivel cultural y social progresista, era un lugar donde los maestros exigían a sus pupilos, actuaban en forma severa al observar mala conducta y las instalaciones del colegio siempre estaban impecables.
En realidad este cambio brusco de escuela afectó a mis hermanos en su estado de ánimo, autoestima y actitudes, llegando rápidamente a adoptar algunos hábitos que en su nueva escuela experimentaban, como el incremento de expresiones vulgares de parte de ellos, llegar tarde al colegio, incumplimiento de tareas, y de parte de mi hermano mayor, fumando cigarrillos, ya que el grupo de amistades del aula de la escuela fumaban al interior del colegio, o no ingresaban a clase, quedándose fuera del aula "Tirándose la hora"... fue un negativo cambio radical, fruto de las fallidas decisiones de los adultos.
La educación que se imparte en los colegios privados y del estado deberían tener similar nivel profesional en su personal docente, pero en el Perú en gran porcentaje, son los colegios privados quienes contratan a los mejores profesionales de la educación a través de sueldos superiores a los que ofrecen en el otro sistema, pero ese factor no debería ser un indicador de baja calidad, ya que conozco muy buenos maestros en colegios nacionales que trabajan con un gran compromiso, pero recibiendo sueldos por debajo de sus necesidades siendo postergados desde hace mucho, mucho tiempo atrás.
Para cambiar a niño o joven de colegio, los padres de familia deberán evaluar que motivos los lleva a tomar esa decisión, ya que al hacerlo, en gran porcentaje no hacen un análisis de los pros y contras que deberán afrontar, sobre todo sus menores hijos.
Hace años, cuando estudiaba primaria en el colegio Salesiano, recuerdo al padre de un amigo que le decía: "Si sales mal, te envío a un colegio nacional el próximo año, allí verás lo que es bueno, te harán marchar y si no estudias y te portas bien, a patadas te harán cambiar"... recuerdo que mi amigo lloraba desconsoladamente, triste descripción que hacía su progenitor sobre los colegios del estado.
Yo también pasé esta experiencia, ya que mis padres, sobre todo mi papá, tomo la decisión de ponerme en un colegio del estado, aunque no fue toda la secundaria, felizmente.
En mi colegio, donde estudiaba antes de ingresar a la gran unidad escolar donde ingresé, tenía buenos maestros, exigentes, de un buen nivel cultural, identificados con su trabajo, recuerdo a mi profesor de educación física, el profesor Justo Díaz Oliveros, un gran maestro, un gran motivador... en primero de secundaria llegaba entre los últimos en las pruebas de resistencia, y gracias a la inspiración que mi maestro puso en mi persona, me dediqué a entrenar, hasta que llegué a estar en la selección de atletismo de mi escuela.... entre varios hermosos recuerdos que tengo de aquellas personas que a través de sus enseñanzas nos inspiran a lograr retos que veía muy lejos de conseguir.
Cuando me cambiaron a un colegio estatal en segundo de secundaria, el primer día que ingresé a clase me robaron mis cuadernos cuando salí al recreo, los maestros faltaban cuando querían, los alumnos fumaban marihuana en la cancha de fútbol, los de cuarto y quinto de secundaria alquilaban revistas pornográficas a los de grados menores, podías ausentarte de clases y no había control alguno, habían maestros que se dejaban sobornar para "Pasar" de año a sus alumnos... era un desorden total, es por eso que no tengo gratos recuerdos de el cambio de escuela que tuve por la decisión de mi padre, a quien tampoco culpo, ya que se dejó llevar por los consejos sin fundamento de sus compadre, y yo vi en la escuela a uno de los hijos del señor, quién también no entraba a todas las clases y fumaba cigarros dentro del colegio... así era antes un colegio del estado, donde también habían buenos maestros, pero su trabajo se veía opacado por la mediocridad de la gran mayoría.
Estoy seguro que muchos lectores me expresarán lo contrario a lo expresado líneas arriba, y que su experiencia en colegios nacionales donde estudiaron fue diferente, como el caso de mi padre, quién siente un gran amor por la escuela nacional donde estudio y egresó el año 1959, tal vez con otra generación de maestros, y compañeros de aula quienes llevaban los valores del hogar bien arraigados.
Espero que la situación sea diferente en la actualidad para los que estudian en colegios nacionales, aunque preocupado pude observar el día lunes 29 de agosto en la inauguración de unos juegos deportivos regionales en el Callao, a jóvenes alumnos y alumnas de colegios estatales sin control alguno de sus docentes, hablando vulgaridades sin respeto alguno, con una fila de aretes en sus orejas, con tatuajes en los brazos y piernas... donde vi en grave crisis el binomio hogar - escuela.
Como reflexión final, sugiero a los padres de familia que antes de matricular a sus hijos en la escuela que elijan para sus hijos, conozcan bien su proyecto educativo, ingresen a las aulas, observen el entorno socio cultural, que factores de riesgo hay, pidan el plan de estudios y tutoría, visualicen a sus hijos(as) estudiando allí, pensando en que están marcando el futuro de ellos.
El cambio de colegio, de no darse en forma analítica, será perjudicial para el tesoro más preciado que tiene todo padre y madre de familia; Sus amados hijos.
Dios los bendice siempre mis amigos.

Marco Antonio Malca Delgado
Jueves 01 de setiembre del 2016
04:49 am
  
      
    
  

  


viernes, 19 de agosto de 2016

LA GLORIA DE LA MAESTRA ZAIDA

Hola Zaida, te escribo desde la soledad y el silencio de las 4 y 39 de la madrugada, para agradecerte infinitamente por tus palabras de fuerza y amistad, por tus deseos de ver a los niños y jóvenes de tu Callao y Perú cada día más buenos, cada día más educados.
El sábado 13 de agosto cuando te visité, pude comprobar lo que siempre sucede con los que parten: “Fue una gran persona”… “Ahora comprendo las veces que me corrigió”… “Esa maestra marcó mi vida”… “Pensé que renegaba mucho, pero ahora me doy cuenta que anhelaba lo mejor para mis hijos”… y es que la vida de nosotros los docentes es así: Un trabajo de hormiga obrera que minuto a minuto, hora tras hora, día tras día, mes a mes, año tras año va construyendo seres humanos que enfrentarán a la sociedad gracias a la formación de sus maestros y maestras, un trabajo en silencio, criticado e incomprendido sobre todo en el mundo de hoy.
En el Facebook institucional de tu querido colegio “Santa Martha” tus colegas, ex alumnos y amistades escribieron mensajes de amor y agradecimiento hermosos, y es un hecho real que los merecías, cuanto hubiera dado por que te lo digan el día del maestro, y sé que con la sencillez que te caracteriza hubieras dicho “Sólo deseo que Ustedes sean buenas personas”, “Podrán decir de mí que soy renegona y exigente pero así me formaron a mí y les exijo a mis alumnos para que sean los mejores”  … tal vez esa hubiera sido tu respuesta.
Con tu partida a la eternidad demostraste una vez más que no somos inmortales, dejaste nuevamente la lección que debemos agradecer por lo bueno que hacemos cuando estamos vivos, es muy fácil hacerlo cuando uno ya no está, es sencillo construir un busto en homenaje cuando el ser humano ya partió… y cuando luchó por sus ideales y buscó lo mejor para su comunidad hasta recibes rechazos y desprecios.
Zaidita, buena amiga, MAESTRA, diste los mejores años de tu vida a la formación de niños y adolescentes, fuiste leal a una sola escuela durante 53 años de servicio, te preocupaste por el pago justo o no de tus compañeros de trabajo, llegaste temprano, barriste el patio, trapeaste el piso, limpiaste tu oficina, le pasabas tu plantita de ruda para la buena suerte, prendiste la velita al santito que representaba tu fe y emprendías la mañana con tus alumnos, que con solo verte cambiaban de actitud, se vestían mejor, se paraban derechos, era parte de lo que transmitías con carácter y disciplina.
Querida GRAN MAESTRA te vas con gloria, y dejas un mensaje trascendental a los educadores de tu país: “Exijan a sus alumnos, no permitan que se desvíen por el camino de la ignorancia”.
Cuando una persona buena se va, muchos la extrañan, por que dejan una huella que marcará sus vidas para siempre, porque dejaron con sus acciones un mensaje  de amor y deseos de hacer el bien… gracias mi buena MAESTRA, nunca te olvidaré.
Dios los bendice siempre.
Marco Antonio Malca Delgado

Jueves 18 de agosto del 2016
5:09 am