lunes, 28 de julio de 2025

LA MARCHA POR LA VIDA

En nuestro caminar por la vida, todos los días avanzamos, cada uno con una forma y estilo propios que revelan nuestra personalidad ante quienes nos observan: amistades, familiares, compañeros. 

Algunos comentan: “Siempre camina derecho”, “Tiene buen porte”, “Su andar es elegante”, “No es solo su manera de caminar, es su limpieza y pulcritud”, “No solo camina, sabe mirar hacia adelante, con el mentón en alto”. Ese buen caminar no es solo físico, también es espiritual.

El sábado 19 de julio pasado, la escuela que gestiono participó en el tradicional desfile distrital por Fiestas Patrias. Los alumnos desfilaron bajo un estilo castrense que, en lo personal, no comparto, pues ellos no son militares. 

Esta tradición se remonta a los años en que el Perú vivió bajo dictaduras militares, épocas en las que se instauraron desfiles escolares con características marcadamente militares. En esos eventos, los niños y jóvenes marchaban como soldados, y se organizaban concursos donde ganaba el colegio “más gallardo”, aquel que marchaba con más fuerza, cuyos alumnos llevaban el cabello recortado al estilo militar.

No importaba si después se portaban inadecuadamente o ensuciaban la ciudad: el gallardete lo obtenía el colegio que “marchaba mejor”, el que “reventaba el suelo” con sus pasos, el que llegaba temprano al lugar del desfile para que el “jefe de línea” pasara revista a las “tropas”. Esta ancestral costumbre de celebrar las Fiestas Patrias continúa hasta hoy.

Los estudiantes de primaria y secundaria, así como los alumnos de la banda de músicos, se prepararon para el desfile con singular ánimo y responsabilidad.

La jornada comenzó muy temprano, con un suculento desayuno para todos. 

Los alumnos llegaron con sus uniformes impecables, limpios y de buen ánimo; las alumnas, muy bien vestidas, lucían elegantes trenzas que les daban un aire de distinción.

 El personal docente, administrativo y de servicio apoyó con esmero y afecto, junto a los padres de familia, quienes alentaron a sus hijos con entusiasmo cuando les tocó pasar por el estrado oficial, marchando al ritmo de la banda del colegio, al son del vals peruano convertido en marcha: "La Contamanina".

Fue muy emocionante ver a mis alumnos desfilar, así como a los exalumnos del colegio, quienes, con orgullo y emoción, marcharon como en sus épocas escolares.

 Ese día, parecían los adolescentes del ayer, aquellos que han demostrado su amor a la patria siendo, a lo largo de su vida, ciudadanos de bien.

Si bien expresé que no soy partidario de que los estudiantes marchen como militares, este año, al verlos pasar por el estrado, comprendí algunas enseñanzas:

1. Desde que hemos nacido, marchamos por la vida basados en la formación que nos dieron nuestros primeros educadores: nuestros padres.

2. Si algún día me caigo, debo levantarme con energía y amor propio, y seguir marchando sin mirar atrás.

3. La bandera de mi patria es la bandera que mis padres me han obsequiado; la honraré haciendo el bien a mis semejantes.

4. No marcharé bien para ganar un gallardete, sino para hacer el bien por donde vaya.

5. Caminaré con elegancia, con mi ropa limpia y bien puesta, y ayudaré en mi comunidad a todo el que necesite de mí.

6. El compromiso verdadero no es solo en un desfile, sino en el desfile de la vida, donde hasta el último momento nuestro reto será ser mejores personas y trascender.

Finalmente, afirmo mi compromiso de amor a mi patria, el Perú de mis amores, tierra bendita a la cual ofrezco lo mejor de mi persona y profesión. Tengo la esperanza de que llegará el día en que todos los peruanos digamos: ¡ya somos un país desarrollado! ¡Reconciliado!

Porque marchar no es solo avanzar con los pies, sino con el alma. Y en cada paso que damos como ciudadanos, como educadores, como peruanos, afirmamos que el verdadero desfile no se gana con gallardetes, sino con actos de bien, con justicia, con respeto y con amor por nuestra tierra.

Hoy más que nunca, reafirmo mi compromiso con el Perú de mis amores, tierra bendita a la que ofrezco lo mejor de mi persona y de mi profesión.

 Tengo la esperanza —y la convicción— de que llegará el día en que todos los peruanos podamos decir con orgullo: ¡ya somos un país desarrollado! ¡Reconciliado! Y ese día, sabremos que fue gracias a quienes, sin ruido ni desfile, marcharon con dignidad por la vida.

FELICES FIESTAS PATRIAS 2025

204 años de independencia

Marco Antonio Malca Delgado

Lunes 28 de julio del 2025

23:35 pm

No hay comentarios:

Publicar un comentario