miércoles, 27 de junio de 2018

LAS "BONITAS" DEL SALÓN

Lía (así la llamaré), fue mi alumna hace años... el siglo pasado, recuerdo que fui su maestro de Inglés y tutor de aula.

Ella ingresó al colegio desde sexto grado de primaria, y tenía un carácter peculiar: Conversadora, alegre, sentimental, participativa, amiguera... vivía intensamente su vida escolar, pero tuvo grandes problemas de adaptación al grupo, ya que sus compañeros/as de aula en su gran mayoría sentían rechazo ante su presencia, y al indagar, profundizando en las razones, era porque, según sus compañeros, quería a como dé lugar llamar la atención de los demás y ser aceptada en el grupo.

Pasaban los días y esta situación fue cobrando mayor notoriedad, al punto tal que su madre dialogó conmigo sobre lo mal que se sentía su hija ya que sentía que sus compañeros de aula la rechazaban, ante lo cual también brindé algunos alcances a la señora.

Dentro de mis funciones estaba supervisar los recreos o momentos de descanso de mis alumnos, y es allí que me dí cuenta que cuando ella se acercaba a sus compañeras, inmediatamente hacían un círculo cerrado para que ella no pudiera ingresar, y eso se repetía casi todos los días...pero no eran todas las alumnas del salón, al profundizar y dialogar con otras alumnas que no eran parte del "Círculo cerrado", expresaron que en ese grupo sólo estaban las chicas que eran bonitas, es decir las que tenían ojos claros, cabello castaño o rubio, buena posición económica de los padres,etc.

Cité a mi alumna Lía para conversar al respecto y echó a llorar, manifestando que a ella no la aceptan porque es fea y antipática, ya que eso le habían  expresado "Las bonitas" del salón.

Le dí paz y tranquilidad, y le dije que la belleza de un ser humano no se mide por lo físico, ni por lo material, sino por sus buenos sentimientos y valores, sintiéndose mejor, a lo que también agregué que actúe con tranquilidad y que no trate de llamar la atención de sus compañeros/as, que la amistad y el aprecio llega de manera natural.

Mi segundo paso fue el observar a la distancia a mis alumnas "Las bonitas" durante varios días, concluyendo que era real lo que manifestaban sus compañeros y compañeras: solo pertenecían al círculo las "Agraciadas" físicamente y que además "Tenían plata"...

¿Cómo hacer cambiar de actitud a estas niñas sin ofenderles ni sancionarlas?  ¿Por qué los maestros y maestras que veían esta situación marcada en los recreos no llevaron a cabo acciones correctivas, y más bien les gustaba ver que esas niñas "Tan bonitas" llamaban la atención de todos los que pasaban en el patio por su "Belleza"?... es allí donde entra el sentido reflexivo del maestro tutor...

Recuerdo que dialogué con varios maestros y maestras, psicólogo educativo, jefe de normas y conducta, y cada uno tenían puntos de vista y apreciaciones diferentes, desde que se les debe suspender por hacer daño a una compañera, hasta desaprobarla en conducta, pero opté por las opciones correctivas que causen un cambio en mis alumnas.

Es así que llevé a cabo un plan de acompañamiento a Lía, que consistía en que en los recreos y momentos de descanso formamos un grupo al cual los invitaba a leer, jugar damas, ludo o ajedrez o sencillamente dialogar sobre diferentes temas, y al poco tiempo conseguí que mi alumna se integrara mejor al grupo de compañeros del salón, quienes en forma  gradual iban conociendo más y valorando sus cualidades, así como ella se dio cuenta que no debe apresurar las cosas para tener amigos/as y actuar de manera sencilla, noble y natural.

Con el grupo de "Las bonitas" del salón, llevé a cabo una labor de tutoría pero a nivel de toda el aula, que consistió en que semana tras semana mis alumnos formaron círculos de trabajo a fin de que se conozcan mejor, se valoren más como personas, se lleguen a aceptar y posteriormente estimar...no fue fácil, pues en las primeras semanas parecía que todo seguía igual, pero con el paso de los meses, y habiendo llevado un trabajo cuyo objetivo era llegar a las mentes y corazones de mis alumnos y alumnas observé un gran cambio en ellos.

En una sesión de tutoría, una alumna del grupo de "Las bonitas" pidió la palabra y manifestó que se sentía mal ya que ella había rechazado la amistad de otros/as compañeros del aula, y que ahora se había dado cuenta que una persona vale por sus sentimientos y no por su belleza física...al poco tiempo el grupo de "Las bonitas" del salón desapareció, observando en los recreos que ahora se relacionaban con las demás niñas del salón, incluyendo a Lía, quién se sintió muy feliz por el cambio de sus compañeras y que también aprendió que no debemos forzar las cosas para ganar amigos, sino que esta llega con el paso del tiempo y de manera natural.   

Ser tutor en el mundo de hoy es un gran compromiso, es centrarte en la formación de tus alumnos, pero no bajo la cultura de la sanción y la condena, sino del buscar en todo momento que actúen movidos por un buen corazón en su diario accionar, no todos nos pueden caer bien, pero tampoco podemos dañarlos en su autoestima y sentimientos.

Las buenas escuelas, que en realidad deben ser todas, cuentan con un plan formativo para sus alumnos, para que se conozcan y valoren como seres humanos únicos e irrepetibles.

Esto, dentro de muchas cosas se enseña en la escuela, lugar hermoso y singular, donde formamos grandes y nobles personas por un mundo mejor.

Sé que estás bien querida Lía...sé feliz...

Marco Antonio Malca Delgado
Miércoles 27 de junio del 2018
04:24 pm   

       

 
         

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