jueves, 14 de mayo de 2020

APLAUDIR SIN ESPECTÁCULO

Estamos viviendo días difíciles para la humanidad, en los cuales venimos reflexionando sobre el sentido de la vida, si es que hemos profundizado en la misión que tenemos en nuestro tránsito por el mundo, en ese viaje imparable que nos conducirá al horizonte y nos pedirá cuentas sobre lo que hemos construido y qué estamos dejando en pro de un mundo mejor.

Veo con beneplácito que en muchos países aplauden a las personas, profesionales o no, que vienen trabajando incansablemente en base a sus ocupaciones por comunidades enteras, en señal de gratitud y homenaje, ya que con gran vocación ayudan a tantos miles de seres humanos  que han adquirido el COVID - 19, entregando incluso sus propias vidas, al verse contagiados por este temible mal.

Aplaudir es la acción de chocar las palmas de las manos una contra la otra en señal de aprobación, admiración, gratitud y acuerdo con una persona o con lo que lleva a cabo, por ejemplo aplaudir a un actor, aplaudir cuando un concierto musical termina, aplaudir un número de magia,etc.
Es una manifestación de aprobación o acuerdo con una persona o varias y con lo que hacen mediante palabras o actitudes.

En la actualidad se viene aplaudiendo a los médicos y enfermeras, por trabajar incansablemente buscando salvar miles de vidas humanas a causa de la pandemia, incluso arriesgando las suyas para no descuidar a sus pacientes.

Se aplaude a los policías y militares que vienen patrullando y preservando el orden en las ciudades, evitando aglomeraciones que a pesar de las normas claras se dan, fruto de la desidia y falta de conciencia cívica de la ciudadanía.

Aplaudimos a los servidores municipales que pasan recolectando los desperdicios todos los días, con el fin de evitar focos infecciosos, más aún en estado de pandemia, arriesgando sus vidas.

El aplauso que brindamos en esta parte de la vida humana es un aplauso de gratitud, no se está aplaudiendo a un espectáculo ni obra teatral, sino se está aplaudiendo la actitud de seres humanos que al margen de su trabajo, entregan lo mejor de sí para preservar la vida en la humanidad.

Entonces podríamos afirmar que el aplauso que damos es: "Un aplauso espiritual".
No es un aplauso a nuestro deportista favorito por ganar un juego o meter un gol, no es un aplauso por cantar bonito o por ser hermosa y ganar un concurso de belleza, no es un aplauso al ganador de un premio nobel, es sencillamente un aplauso, un inmenso aplauso  de gratitud hacia seres humanos que con gran vocación entregan hasta su propia vida por servir al prójimo... que hermosa actitud.

Un aplauso espiritual es una acción que se hace desde lo más profundo del ser humano, es un reconocimiento a la acción que, siendo tu "Trabajo común y corriente",o en base a la ocupación y profesión que hayas elegido, lo llevas a cabo de manera extraordinaria, poniendo lo mejor de tu persona en esa hermosa misión, y que incluso te pueda costar la entrega de tu propia existencia.

Que maravilloso sería hacer lo mismo en todas las profesiones y ocupaciones que hay en el mundo,  entero, el ver que todos vivamos dando lo mejor de nosotros nos llevaría a tener que aplaudir a la especie humana todos los días, nuestras manos estarían hinchadas de tanto aplaudir... parece un ejemplo tonto ¿No?...una ilusión...una falacia...algo inalcanzable a causa del egoísmo, abuso de poder y actitud destructora que tenemos hacia nuestra hermosa casa llamada Tierra, y que viene agonizando sin parar.

Aplausos para el "Coronavirus" que nos ha recordado que somos tan frágiles como las hormigas del parque, o los caballitos de mar, hay que aplaudirlo porque ha provocado que dejemos la soberbia y la vanidad y que nos enclaustremos en nuestros hogares, lugar poco conocido para muchos miembros de la familia, sitio que solo sirve para salir temprano y llegar de noche para descansar.

Aplausos para los maestros que vienen ofreciendo clases a distancia  dando su mejor esfuerzo, siendo como siempre maltratados e ignorados por aquellos que han pasado por las aulas de la escuela  y que ahora su egocentrismo los hizo olvidar la hermosa etapa escolar. 

Hoy aplaudo sin espectáculo, hoy aplaudo de verdad.
Aplaudo al policía, al médico y al militar...
Aplaudo a la enfermera, al cura y a la monja que ayudan sin descansar...
Aplaudo al maestro que trabaja sin descansar en pro de preservar la cultura en la humanidad

El mundo vuelve a recordar a quién verdaderamente aplaudir, a quién verdaderamente recompensar...

Aplaudamos a toda persona que se convierta en "Ángel guardián", ofreciendo hasta su propia vida por salvar a la colectividad.

Dios los bendiga por siempre.

Marco Antonio Malca Delgado

Jueves 14 de mayo del 2020
03:22 am  









 

 



 








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