sábado, 7 de agosto de 2021

LOS NIÑOS DEL 1RO "B" DE PRIMARIA

 Ser tutor de aula es una labor de gran responsabilidad y vocación docente, todas las escuelas son conscientes de ello, ya que la tutoría y orientación educativa es la base angular en la formación de niños y jóvenes para que tengan un proyecto de vida interesante y trascendente, donde los docentes tienen la gran misión de formar seres humanos con templanza, dominio de su inteligencia emocional en forma gradual, toma de decisiones, resilientes, alegres y reflexivos, dentro de un sin número de talentos, valores y  habilidades de los más queridos del colegio.

La semana pasada Miss Jessica, tutora del primero "B" de primaria; tuvo una gran pérdida familiar y se ausentó de sus alumnos por tres días, felizmente, en la escuela donde laboro existe una alto sentido de solidaridad y fraternidad entre los docentes, y esta vez no fue la excepción, ya que con mucho cariño y aprecio reemplazamos a nuestra querida maestra en sus distintas horas de clase y áreas del conocimiento de sus pequeños alumnos.

Para mi fue un gran reto, ya que tuve que reemplazar a mi colega tutora en la tutoría de los primeros 15 minutos de la mañana, que consiste en darles la bienvenida a los niños y motivarlos a tener una hermosa mañana de estudios, aprendizajes, alegría y fraternidad entre sus compañeros y sus profesores, meta que se torna más retadora al hacerlo a distancia, es decir en clases remotas dada la pandemia.

Los días que compartí con los pequeños alumnos del primer grado "B" de primaria, fueron para mi días bendecidos, ya que tuve la gran oportunidad de "recuperar mi estado de ánimo" a través de la alegría y espontaneidad de los alumnitos, que con su sonrisa y deseos de participar me dejaban grandes lecciones de amor y solidaridad que muchos adultos olvidamos.

Recuerdo las entusiastas y aleccionadoras intervenciones de Luciana, Mikeyla, Evanna, Luis Fabiano, Tiago, Nathalia, Facundo, Sofía, Gylmar ; entre varios niños que intervinieron durante los días que compartí la tutoría de la mañana, donde su naturalidad y transparente corazón de niños nobles, espirituales y transparentes hizo que de gracias a la vida y a Dios por ser maestro, y también me sentí muy contento, ya que se notó que su querida maestra Jessica, viene llevando a cabo una excelente labor como educadora, formando seres humanos solidarios y responsables desde niños, convirtiéndose en una segunda madre para sus alumnos.

Compartimos la oración de la mañana, donde ofrecimos al Dios de la vida nuestro mejor esfuerzo, compartir lo que aprendemos y ayudar en nuestros hogares, así como nos comprometimos a conservar limpio el área donde trabajamos, hacer caso a nuestros padres, enseñarles lo que aprendemos en la escuela y cumplir con nuestros deberes, y lo hicimos con nuestra mejor sonrisa, con nuestro mejor propósito.

El acompañar a una de las aulas donde encuentran los menores del colegio, me dejó "vida en abundancia" y la esperanza de un mañana mejor.

Cuánta razón tuvo Jesús de Nazareth cuando expresó a los adultos: "En verdad les digo que si no se convierten y se hacen como niños, no entrarán en el reino de los cielos", cuánta sencillez y sabiduría en este mensaje de amor, es como decir a los adultos de la actualidad: "En verdad les digo que si no aprenden el mensaje de amor y fraternidad de los niños el mundo desaparecerá".

La escuela es el adelanto del paraíso, los niños son las flores y su fragancia maravillosa.

Gracias niños, gracias Miss Jessica, pronto los volveré a visitar.

Marco Antonio Malca Delgado

Sábado 07 de agosto del 2021

18:22 pm 

       

   

  

      

 

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