Hoy domingo 01 de agosto, con la finalidad de fortalecer mi fe, vi una película que me consoló en estos momentos de mi vida, me hizo sentir que a pesar del dolor Dios siempre me acompaña, a pesar de que en un momento de mi vida renegué y me alejé de mi credo, siento que el ser espiritual superior nunca me abandonó.
En mis pensamientos hoy estuvo Luz María, buena amiga, la cual conocí el año 2005, cuando visité su casa el 29 de julio, fecha de su onomástico, y observé que padecía de cáncer, era notorio ya que había afectado parte de su rostro, pero ella no se inmutaba, y mostraba en todo momento su alegría, optimismo, fe, valor y entusiasmo para seguir adelante en su proyecto de vida.
En febrero del año 2006, sucedió un hecho muy triste que cambió mi vida, ya que una persona que era gran amiga de "Luzma" falleció trágicamente, ocasionando en mi persona una gran tristeza y depresión, y que ahora, gracias a Dios sólo queda un hermoso recuerdo y una oración.
Pero debo resaltar el apoyo emocional y espiritual de Luz María al verme desconsolado, triste y débil en mi fe, quién, a pesar de su estado de salud, tuvo una gran cercanía hacia mi persona, me llamaba con frecuencia, me daba palabras de ánimo, me acompañaba en las misas de mes, medio año y año, donde siempre estuvo a mi lado, dialogando, consolándome, brindándome lo mejor de su persona a pesar de su cáncer, a pesar de sus dolores, era todo corazón, era todo sentimientos puros y nobles... como olvidarte Luzma.
Con el paso del tiempo perdí sus pasos, pero siempre la recordaba con inmenso cariño y aprecio, hasta que me enteré que había fallecido el 21 de enero del año 2014, y a pesar que ya pasaron 7 años, guardo como si hubiera sido ayer su gran espiritualidad, su inmenso amor, su mente positiva para seguir adelante con sus proyectos, para seguir dando lo mejor por su familia y amigos, para seguir trabajando incansablemente como si estuviera sana físicamente, pero ella estaba sana de lo más importante: "sana espiritualmente", es por esa razón que vivió más años de los que tal vez ella pensó, por su gran corazón y grandeza de espíritu.
Hoy te recordaba Luz María, y tengo guardado en mi mente y corazón tus nobles palabras, tus consejos, tu inmensa e inquebrantable fe en Dios, el amor al prójimo, el hacer el bien sin miramientos, seguro que si estuvieras aún en esta experiencia humana espiritual, ya te hubiese llamado para conversar sobre mis penas, mis dolores del alma, y seguro me hubieses escuchado, y me hubieras brindado las mejores palabras, me hubieras ofrecido tus oraciones y me hubieses dicho que no pierda la fe en Dios.
Tal vez en este momento estás a mi lado espiritualmente, tocando mi mano o mi hombro para darme fuerzas y consuelo como sabías brindármelo, y hoy como todos los días rezaré, y le daré gracias a Dios porque envió al mundo un ángel vestido de mujer buena, de mujer fuerte y solidaria y que dejó un inmenso e inolvidable mensaje de Amor a todos los que te conocimos y compartimos contigo.
Gracias querida Luz María, sé que estás al lado de Dios, dile que perdone mis errores, que creo en Él, que aumente mi FÉ, que lo amo con todo mi corazón, que me ayude, que dejo mi vida y lo que venga en sus manos.
Luz María me enseñó a no perder la Fe, hoy entrego a Dios mi corazón.
Marco Antonio Malca Delgado
Domingo 01 de agosto del 2021
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