Estamos 28 de febrero, pleno verano en mi amada patria, el Perú.
Estoy recordando mi infancia junto a mis hermanos, también a mis padres, en especial a mamá, que en esa época nos compraba "chisguetes" para jugar carnavales con mis hermanos, pero sólo entre nosotros, no podíamos mojar a nadie porque les faltaríamos el respeto, aparte que nos caería una "majita" de aquellas que daban antes, con la correa o "chicote" por irrespetuosos.
Bueno, investigando un poco, debemos conocer cual es el significado de la palabra "carnaval", y su nombre proviene del latín "carnem levare", que significa "quitar la carne", y es en este periodo que toma su estatus como celebración, en la que casi "todo" está permitido y para que los participantes resguardaran su reputación, se cubrían los rostros con antifaces y disfraces.
Aunque no está detallado en la Biblia, los desfiles y el desenfreno del "carnaval" actúan como una "despedida" de los placeres carnales antes del comienzo del periodo de cuaresma, en el cual los creyentes tratan de vivir con mesura y algunas limitaciones, como el ayuno o no consumir carnes los viernes del período.
En países cercanos al Perú, tenemos los famosos carnavales de Brasil, sobre todo el "carnaval de Río", famoso por el desfile de agrupaciones bailando zamba, representaciones inmensas y móviles usando tecnología de última generación, así como el desenfreno, juergas y excesos de consumo de alcohol durante los días de fiesta.
En mi tierra de los Incas y el sol, son una expresión cultural, donde cada región muestra su riqueza y diversidad a través de expresiones vibrantes y coloridas, ya dejaron de ser "fiestas bruscas" donde la gente se tira agua, talco, grasa y betún, convirtiéndose en una prueba palpable de las tradiciones y folclor de cada región.
"El carnaval no tiene la culpa", recuerdo esta respuesta popular cuando mujeres, ya sean niñas, jóvenes o adultas reclamaban molestas al ser mojadas o embarradas con betún, talco u otros.
Felizmente ese tipo de atropellos y falta de respeto ya no se dan, su tuvo que prohibir estos juegos, ya que rebasaba los límites y se convirtió en agresión popular, inclusive de asaltos o tocamientos indebidos, aunque es sabido que aún se juegan en barrios populares.
Ahora usaré la palabra "carnaval" para describir como viene siendo gobernado el Perú, y no sólo del presente gobierno, sino de los últimos 50 años, en el cual no podemos salir de la violencia, la corrupción cubierta en las "mascaras" y antifaces que usan los políticos, empresarios corruptos, ex presidentes y funcionarios enjuiciados o presos, etc.
El "carnaval de corrupción" marcado con gran énfasis en el presente gobierno de la presidenta Boluarte, viene generando una inestabilidad y caos en nuestra querida comunidad de casi 34 millones de compatriotas, y la única salida es que la ciudadanía deje de estar en la tribuna y actuar con honor y valentía, para de una vez "cortar" este ambiente corrompido y nefasto, y encerrar a toda persona que tuvo la oportunidad de forjar una patria próspera, con mejor nivel cultural y académico, así como con ingresos justos que nos permitan vivir bien y lograr nuestras metas y anhelos.
Las fiestas carnavalescas han tomado feo color, ahora llueve miseria, corrupción y anti patriotismo, ojalá los jóvenes competentes de hoy luchen por forjar un Perú mejor.
Ayer conversaba con una destacada ex alumna del colegio que gestiono, le dije " funda un movimiento nuevo, lucha por una patria diferente" y como expresó el extinto hermano Alberto: "Sé la voz de los que no tienen voz".
Los "Carnavales" de los gobernantes del Perú no tienen agua limpia, están sucias por la corrupción y falta de identidad con la patria, debemos detener el juego de una vez.
PERÚ DE CARNAVALES: "AGUA DE MANANTIAL Y GENTE TRANSPARENTE"
Dios los bendice
Marco Antonio Malca Delgado
Viernes 28 de febrero del 2025
04:54 am
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