lunes, 28 de septiembre de 2015

LA HORA ES LA HORA

Son las 4 y 36 de la mañana de este hermoso día lunes 28 de setiembre, y tengo, al igual que ustedes la gran oportunidad de un día más de vida para contribuir en la evolución de mi persona y de mis similares.
La puntualidad, es uno de los principales valores que se practican en toda actividad y compromiso, si mi hijo ingresa a su colegio "hasta" las 7 y 45 de la mañana, no significa que recién lo lleve "A partir" de esa hora por que ya estaría tarde, y si en mi centro de labores el ingreso es a las 8:00 a.m. , llegaré 10 minutos antes y así tendré más tranquilidad para ordenar mi agenda del día.
En la actualidad, gran parte de la población vive en ciudades con un gran explosión demográfica, donde no sólo está la competencia laboral y profesional, sino también el tráfico pesado en diferentes horas del día, sobre todo en los horarios de ingreso y salida de los centros de labores, causando las conocidas "Horas punta" en lo que ha intenso tráfico se refiere, causando problemas en el cumplimiento de los horarios y por consiguiente la impuntualidad de muchas personas en sus compromisos laborales, de estudios y/o familiares.
¿Qué hacer ante esta situación "problema"? ¿Conformarnos con llegar tarde a nuestros centros de labores, institutos de estudios y ver a la familia? ¿Sentirnos tranquilos y buscar siempre una excusa ante nuestra impuntualidad incrementando la cultura del pretexto? ¿El tráfico es responsable de que llegue tarde en forma cotidiana? ¿Vivo lejos y por eso llego tarde?
No me agrada mencionar a mis familiares en los artículos que escribo, pero ésta vez sí lo haré:
Mi tío Francisco vive en el norte del Perú, en el hermoso puerto de Pacasmayo, y el laboraba en la empresa telefónica del Perú de su ciudad, cuando de un momento a otro lo cambiaron de sede y lo enviaron a la sede de la ciudad de Trujillo, que se encontraba a 130 kilómetros de su casa y familia.
Hizo el reclamo respectivo, pidiendo una reconsideración de esa decisión en la empresa, pero se la denegaron y le dijeron que él decida... obviamente si decía que no, estaba fuera del trabajo.
Pues tomó la valiente y responsable decisión de aceptar, viajando 260 kilómetros diarios de lunes a viernes durante dos años seguidos, imagínense 1,300 kilómetros ida y vuelta a la semana para ir a laborar, 5,200 al mes... saquen la cuenta por dos años... su hora de entrada era a las 8 de la mañana y nunca registró tardanza alguna... gracias mi querido tío por tan grande lección de puntualidad, buscaré siempre seguir tu ejemplo.
Hoy más que antes vivimos en una época en que la cultura del pretexto y la indisciplina nos lleva a incluso "Sentirnos tranquilos" cuando exponemos las razones de nuestras tardanzas a las diversas actividades que realizamos, y nos llegamos a acostumbrar a vivir en la cultura de la excusa y la mediocridad.
"La hora es la hora"... debemos tenerlo siempre en consideración... es parte del desarrollo humano integral... si hemos aceptado un trabajo alejado de nuestros domicilios, asumiremos el mismo como un gran reto y compromiso, y nos hará más profesionales, ya que a pesar de la distancia y otras circunstancias acudiré en forma puntual, incluso sacrificando horas de sueño.
He asistido a conciertos de músicos y cantantes famosos, y muy pocos se presentan en forma puntual, recuerdo de uno que la publicidad anunció a las 9 de la noche "Hora exacta" y el mismo inició a las 10 y 30 p.m. ... que falta de respeto.
En mi entorno laboral, citamos a reunión de padres de familia a las 6 de la tarde y los mismos llegan a las 7 p.m., cuando ya gran parte de la agenda se ha tratado... es realmente preocupante.
¿Qué hacer para fomentar la puntualidad en uno mismo y los demás?
Pues en primer lugar la puntualidad, al margen de ser un valor, es una decisión firme de excelencia personal y voluntad por cumplir con todos nuestros compromisos de manera sobresaliente.
"Contagiaremos" a nuestros familiares y compañeros de labores si somos "Ejemplo vivo" de este gran valor en la humanidad, tenemos países que se destacan por que sus integrantes son puntuales en un gran porcentaje: "La hora Inglesa", "Puntualidad como la de un reloj Suizo", etc.
En mi patria, debemos trabajar mucho con sus integrantes para que en gran porcentaje practiquemos el valor de la puntualidad como algo natural, es decir: "No es nada extraordinario y solo cumplimos con nuestra misión y compromiso".
Anhelo que algún día escuche a todos decir: "Hora Peruana: Hora Exacta".
Por el bien de todos seamos puntuales, y forjaremos un mundo mejor.
Dios los bendice mis amigos.  

Marco Antonio Malca Delgado
Lunes 28 de setiembre del 2015
05:22 am
    
  
  
      

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