viernes, 11 de diciembre de 2015

NAVIDAD 49

Buenos días estimados amigos, son las 4 y 27 de la madrugada y estoy gozando de la tranquilidad del nuevo amanecer... ya se pueden escuchar el cantar de los pajarillos anunciando el inicio de un nuevo día.. de un nuevo proyecto... de una nueva misión...que así sea.
En estos días muy cercanos a la Navidad, celebración de la iglesia católica, evangélica y de todos los seguidores de Jesús de Nazareth, dentro de los cuales me incluyo, nos llenamos de dicha, paz y fraternidad, quizás más que en otros meses del año, y recordamos el nacimiento del hombre más extraordinario de la historia, del que nos dejó dentro de su maravilloso legado que nos amemos los unos a los otros, que hagamos el bien incluso a nuestros enemigos, que aprendamos a perdonar  a quienes nos ofenden... y hasta la actualidad gran parte de la humanidad sigue sin entender este mensaje de amor...ya que el hombre es egoísta por naturaleza, el que tiene más poder, por lo general abusa de los más débiles... nos enfrascamos en el chisme y la indisposición en vez de afirmar a nuestros similares en sus valores y competencias... y en ser solidarios... y en ayudar a todo el que necesite de nosotros.
La navidad es una gran oportunidad para buscar a nuestros familiares y amistades y expresarles lo importante que son para nosotros, para dar cara a quién ofendimos y expresarles que sentimos mucho haber actuado mal... que nos perdone... que no fue nuestra intención... ese es tal vez uno de los milagros más grandes de la navidad: La reconciliación, paz, amor y fraternidad en el mundo.
En un mundo donde existen odios entre países que en estos momentos se bombardean mutuamente,  o entre coaliciones de poderosos que aniquilan comunidades donde mueren inocentes entre niños, jóvenes, adultos y ancianos. la Navidad, la fiesta de paz y de amor, es una gran oportunidad para hacer un alto al fuego... un alto a la violencia...un alto a la muerte...y pensar en vivir... en vivir en abundancia, tal como nos dijo el buen niño de Nazareth.
Hoy deseo enviar un gran abrazo y mi inmenso amor hacia mis padres, quienes me enseñaron que la navidad no son regalos, no es comer delicioso... sino compartir lo mejor de ti con tus semejantes, pero aún así, como no recordar la ilusión de los días previos, la preparación que recibíamos los niños en nuestras escuelas, donde nos decían que no hay navidad sin Jesús y que no importan los regalos, donde nos enseñaron junto a nuestros familiares a ser solidarios y dar lo mejor de nosotros a través de actividades de ayuda a los más necesitados... esa es la navidad de mi niñez y adolescencia... es lo mismo que siento hasta hoy.
Han pasado los años y ahora debo reconocer que tengo sentimientos encontrados, donde siento desánimo o que se apagó esos sentimientos que tuve cuando era un niño, tal vez sea por que en el mundo de los adultos vivimos en una selva de metas y búsquedas que la competencia nos hace luchar y dejar atrás a otras personas a quienes debemos doblegar para no quedarnos sin trabajo, y ya no las miramos como nuestros semejantes quienes necesitan lo mejor de nosotros, nuestra asistencia, conocimientos y experiencia ... y en forma egoísta guardamos lo mejor de nosotros pensando en que somos los únicos en saberlo y que si lo compartimos o revelamos, otros nos ganarán y nos dejarán de lado por que les dimos ventaja... así somos los adultos... y la navidad se fue con todo su significado de paz, unión, compartir, perdonar, sonreír, abrazarnos, etc.
Noche de paz...noche de Amor... noche en que recordamos al hombre que mataron sin piedad ya que su mensaje subliminal al parecer no es de este mundo... sólo Dios puede Amar tanto... un mortal común y corriente si lo hace es elevado a un altar... deseo recuperar mi espíritu navideño, y lo haré actuando como cuando era niño: Saludando a mis padres, hermanos, amigos, dando algo de mí a quién no conozca y necesite de mi ayuda solidaria, a buscar a quién ofendí y pedirle que me perdone de corazón, que comprenda que soy humano y que tengo cosas que corregir siempre en mi vida... esa será la navidad que celebraré en forma positiva, y rezaré por la paz en el mundo... donde cesen las guerras, donde nos ayudemos mutuamente, donde recordemos que las buenas acciones y buenos sentimientos se expresan en todo momento, y no solamente en navidad.
Gracias papá... gracias mamá... gracias por enseñarme el significado profundo de la navidad de Jesús... gracias por que junto a Ustedes celebraré mi navidad número 49, que son los años que vengo transitando por este mundo convulsionado, el cual me comprometo en dejarlo mejor a través de mi trabajo y misión.
Dios, bendice a todos mis hermanos del mundo entero, dales sabiduría para que tu mensaje de paz y de amor ingresen a sus mentes y corazones y dejemos la destrucción de lado, dejemos de sufrir por tantas guerras y odio... y que vivamos en paz y armonía... y que ayudemos a todos los que necesiten de nosotros... ayúdanos a comprender que la tierra es nuestro hogar y que todo el que mora en el es un ser maravilloso... Jesús ven con nosotros... guíanos por favor.
Para Ustedes... en mi Navidad 49... con todo mi corazón...

Dios los bendiga por siempre.

Marco Antonio Malca Delgado
Viernes 11 de diciembre del 2015
05:08 am


  
        


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