domingo, 2 de agosto de 2020

LA PISCINA VACÍA

Estuve de visita en la casa de mi gran amigo Juan, no hace mucho tiempo... su casa es grande, con hermosas áreas verdes y una piscina que invita a darse un "chapuzón" cada vez que voy, sobre todo cuando sale un hermoso sol de verano.

En aquella ocasión encontré la piscina vacía, y al verla así, me permitía ver su real tamaño, su profundidad variable, sus losetas, su humedad, así como el ver que se necesita gran cantidad de agua para volver a llenarla, para que se vuelva a ver atractiva, para que sus movimientos ocasionados por el viento invite a ingresar y darse un baño reparador, flotar y sentirse volando, mirando el firmamento, jugar al hombre de la atlántida, relajarme, descansar.

Toda esta experiencia me llevó a pensar en mi vida, en los diferentes momentos que he vivido durante 54 años, en los cuales he venido "nadando" en la "piscina de mi existencia", sin parar, donde muchas veces he nadado alegre, y otras me he golpeado con el fondo, por no hacer bien una "maniobra" y chocar, por tener que parar porque me quedaba sin fuerzas, o por tener miedo cuando no tenía piso y debía flotar, sino me hundía.

El ver la piscina vacía me hizo reflexionar con profundidad sobre mi vida, y me hice una auto pregunta: ¿Cuántas veces en mi vida he vaciado el agua de mi piscina existencial  para permitir que ingresa agua nueva? ¿Cuántas veces sólo "recirculé" la piscina de mi vida pero seguí sin cambiar el agua? ¿Y el fondo se llenaba de fango el cual me hacía resbalar y ahogarme? ¿Y el agua se llenaba de "bichos" y cambiaba de un color transparente a uno turbio?

¿Será necesario vaciar la "piscina de mi vida" cada cierto tiempo? ¿O sólo debo "recircular" una y otra vez hasta que el motor se malogre?

Todo lo mencionado líneas arriba experimenté al ver la piscina de la casa de Juan, y compartí con él ese sentimiento, esa reflexión, la cual pareciera filosofía barata, pero que no deja de tener sentido y parecerse a nuestra propia vida, a nuestra propia existencia.

La piscina es nuestro cuerpo, su estructura tiene diferentes cimientos, que están basados en las sólidas bases que hayan puesto los que nos educaron desde que nacimos, el agua que llena la misma son nuestros valores, nuestras acciones buenas o malas, nuestros aciertos, nuestras pasiones, nuestras penas y alegrías, nuestras gracias y desgracias, nuestra gloria y nuestra derrota...sobre ella nadamos todos los días, bajo diferentes ritmos y estilos, el agua dentro de la piscina es como el espíritu en nuestro cuerpo, por lo tanto es necesario "vaciar" periódicamente el agua para no rebalsar la misma, para no permitir que se llene de fango y suciedad, para que ingrese agua nueva, que será vida nueva para nosotros.

A través de estas líneas, deseo compartir esta sencilla experiencia contigo, para pedirte que nades bien en tu piscina existencial, para que hagas un alto y veas el color de tus aguas, el color de tu espíritu, y si vez que tu piscina espiritual necesita vaciarse: ¡Hazlo de inmediato!... bota el agua turbia, y dale la bienvenida al agua nueva transparente, que te permitirá seguir nadando firme, viviendo intensamente en cada brazada, saliendo a flote cada vez que te zambullas.

Gracias buen amigo Juan, cada vez que voy a tu casa siempre regreso con una hermosa reflexión.

Dios los bendice.

Marco Antonio Malca Delgado
Lunes 03 de agosto del 2020
01:19 am 


   




 



3 comentarios:

  1. Qué linda reflexión y me hizo pensar en mi vida. Cuando era niña, pensaba acerca de mi vida de una forma, luego de adolescente también cambie mi concepto sobre mi vida y la viví con aciertos pero también con muchos errores y hoy ya en la adultez y en camino a los 60 puedo ver mi vida y decir que siempre anduve cambiando de agua mi existencia y que a veces el agua que puse en mi piscina no era tan limpia y de allí mis errores por no saber mantener el agua limpia y de ser necesario cambiarla. Hoy con la experiencia de lo vivido puedo decir con seguridad que he cambiado el agua de mi piscina y he traído la más limpia que pude encontrar en mi vida y la conservo así, reciclando lo bueno que he tenido con el paso de los años, conservando lo que merece ser conservado en mi vida y desechando lo que me hace daño y enturbia mi agua. He aprendido de lo bueno y de lo malo también y creo que viviré siempre así reciclando, limpiando y de ser necesario vaciando el agua de mi piscina.

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    1. Muchas gracias por tan sentido comentario estimada Miss Magali. Deseo que siempre tenga "Agua transparente" en su vida.

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    2. A eso apuntamos estimado director. Que nada ni nadie enturbie ese agua en la piscina de la vida. Felicitaciones por su blog. Es una forma de apoyarnos a reflexionar.

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