¡Oye mocoso mejor cállate! ¡Tu recién empiezas a enseñar! ¿Qué me vas a corregir? ¡ Por favor! ¡ Tengo 17 años trabajando en este colegio! ¡La antigüedad es clase!
Inolvidables expresiones que recuerdo recibí de parte de un "docente rankeado", que en su soberbia y altivez pretendió hacerme sentir inferior con sus palabras, aunque en ese momento sí lo logró, yo tenía tan sólo 20 años de edad, no tenía experiencia ni trayectoria docente, como si lo tenían varios profesores que laboraron conmigo, todos ellos con ese mismo mensaje, de sentirse superiores ante los docentes mucho más jóvenes por el sólo hecho de tener más "kilometraje" profesional.
Hace poco, un director de escuela compartió conmigo una circunstancia similar entre dos maestras que laboran en la institución bajo su gestión, en la cual una docente con casi 20 años de trayectoria profesional, maltrató verbalmente a una educadora con menor trayectoria, experiencia y edad.
¿Quién te enseñó en la universidad? ¿No te enseñaron a programar? ¡Tu quieres corregir mi trabajo porque yo corrijo el tuyo!
En toda empresa, organización o negocio donde hay un cierto número de colaboradores, hallaremos mucha riqueza en la experiencia de las personas que tienen años en su especialidad, esta situación ocurre notoriamente en la escuela, donde los docentes, tengan los años de servicio y edad que tengan deben tener la iniciativa fundamental de dialogar, aprender mancomunadamente, coordinar algunos cambios en la estructura técnico pedagógica en beneficio de los estudiantes, aceptar y brindar sugerencias teniendo apertura hacia la comunicación asertiva, no habiendo razones para estar a la defensiva.
El generar un mal clima institucional dentro de una empresa, en este caso un centro educativo, de parte de algunos docentes (en este caso), que pretenden minimizar la labor de una o más de sus colegas, es una actitud no solamente negativa, sino que demuestra una gran pobreza cultural, falta de apertura y buena escucha entre los miembros del equipo, falta de respeto hacia sus colegas, poniendo en tela de juicio su reputación y profesionalismo, ocasionando la total indignación de las personas agraviadas.
Lo más prudente que se debe hacer en éste caso es no contestar a esos comentarios agresivos y tratar de mantener la calma y paz interior en todo momento, "imponerse", demostrando respeto hacia la persona que ofende, así parezca tonto es una gran muestra de superioridad en educación y espíritu elevado.
Definitivamente, nadie acude a su centro de labores para recibir ofensas e indisposiciones, menos aún en un centro educativo, cuyo principal requisito para laborar, aparte de tener título profesional, es ser una persona "altamente educada".
Si alguien en su centro de labores es agredido verbalmente por una persona "más antigua", porque se cree con mayores derechos o pensar en la absurda frase: "La antigüedad es clase", debe denunciarlo ante su jefe inmediato superior y no dejarlo pasar, y si hay evidencias de la agresión verbal (video, audio, algo escrito, etc. ) debe mostrarlo ante su inmediato superior para que tome las medidas correctivas, adecuadas a la situación que se presente.
En un centro de trabajo debe regir un ambiente fraterno, de armonía, paz y sobre todo respeto y sincero aprecio hacia todos los colaboradores.
Como director de escuela, me opongo por completo a todo maltrato contra los miembros de mi equipo de trabajo, ya que todos son importantes, desde el más modesto colaborador hasta el cargo de máxima responsabilidad y nivel académico, y cuando he tenido que tomar decisiones fuertes como retirar o despedir colaboradores lo he llevado a cabo, aunque no me alegra, pero si queda en mi conciencia que hice lo posible por generar un cambio positivo de actitud.
También me ha sucedido eventos fuertes como director, ya que al oponerme a que maltraten a docentes bajo mi gestión, y que recibían acoso laboral de parte de lacayos del promotor, costó mi continuidad en una institución educativa, la cual a pesar del daño y perjuicio económico que tuve, afronté, siendo perjudicado casi un año entero.
Definitivamente la "antigüedad no es clase", no es suficiente tener una trayectoria de muchos años en una empresa u organización de diversa índole, muchos permanecen por muchos años porque están en su zona de confort, y así los griten, maltraten o los ubiquen en diferentes cargos, seguirán ahí hasta que les paguen y se vayan, o hasta que que se jubilen, perdiendo la gran oportunidad de aspirar a mejores estándares profesionales, siempre y cuando incrementemos nuestras competencias, talentos y dones.
Recuerdo hace años, al inicio del año escolar:
Profesor X: ¡Que bárbaro alumnos , el año pasado no han aprendido nada! ¿Quién les enseñó?
Alumnos; ¡ El profesor Y !
Profesor X: ¡ Ah, de razón! Pero, no se preocupen: ¡ Conmigo van a aprender !
Bajezas entre colegas de todas las áreas y especialidades siempre han existido y seguirán mientras dure nuestra experiencia humana.
Sigamos cultivándonos como seres humanos, no somos perfectos.
A los educadores/as de mi patria: "Compartan siempre lo mejor de ustedes con sencillez y nobleza".
"La forma más común de renunciar a nuestro poder es creer que no lo tenemos". (Alice Walker).
El/la docente antiguo/a, que logre compartir su sabiduría y alta educación, de hecho tendrá clase y dejará en legado eterno.
Dios los bendice.
Marco Antonio Malca Delgado
Domingo 13 de octubre del 2024
12:19 pm
Hay experiencias, no lo he podido implementar, que los antiguos sirven como acompañantes durante un tiempo , año o meses, a los nuevos para continuar con la misma política de la escuela. Gracias por compartir
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