lunes, 7 de octubre de 2024

SIEMPRE LOS NIÑOS

Hoy lunes 30 de setiembre fue un día realmente especial, en primer lugar por la oportunidad de vivir un día más, y justificar mi existencia buscando siempre actuar de buena fe.

La noche del domingo reciente recibí la llamada de una docente, quién expresó que no podía asistir a laborar hasta el mediodía por motivos familiares, teniendo los niños sesión de tutoría el primer día útil de la semana, las dos primeras horas.

Al tener dificultades en poner un reemplazo, decidí ingresar al aula, eran 20 niños de segundo grado de primaria y 7 años de edad en promedio, quienes en forma alegre y espontánea me recibieron con cariño.

¡Buenos días director! ¡Buenos días niños! ¡Deseo que se encuentren bien! 

Y así, empezamos una sesión tutorial donde dialogamos y compartimos alegremente, iniciamos un dialogo compartido, de un tema que para todo niño es apasionante: "Mi plato de comida favorito", pero primero debíamos saludar, decir nuestro nombre y luego decir el nombre de nuestro alimento preferido.

"Buenos días compañeros, mi nombre es Catalina y mi plato favorito es pollo a la brasa", expresó una pequeña con dulzura y alegría".

"Buenos días mis queridos alumnos, ni nombre es Marco Antonio y mi plato favorito es seco de cabrito con frejoles", expresé a los alumnitos del segundo grado de primaria.

El valor agregado siempre será la autenticidad, bellos sentimientos y buena disposición de los niños, agregado a su eterna sonrisa, que evidencia lo feliz que se sienten en su segundo hogar.

Luego que todos participaron, dialogamos sobre la buena alimentación , la misma que deben ser en sus horas y sin exageraciones, ante lo cual estuvieron de acuerdo.

Como todo ser humano en sus primeros años de vida, los buenos niños estaban "movidos", y es que ellos son incansables, están activos siempre, listos para jugar, para sonreír, para crear, escribir, pintar, cantar, ayudar, abrazar, son como el pan de cada día recién salidos del horno, con un dorado espiritual que nos inspira a los que amamos la docencia a seguir superándonos y seguir luchando por forjar un mundo mejor para ellos, los más queridos del hogar y de la sociedad.   

Luego fuimos a uno de los lugares favoritos de todo escolar: el patio. 

Hicimos una dinámica psicomotriz: ¡ Tierra! era un salto hacia adelante, ¡Mar! era un salto hacia atrás, y finalmente ¡Sapo!, que eran dos saltos hacia adelante.  

Realmente se divirtieron sanamente, y minutos antes de que culmine la sesión de tutoría, formamos un círculo en el patio y nos dimos las manos, formando una cadena humana infantil, más un docente que al ver tanta pureza y autenticidad, se emocionaba el sentir el espíritu bueno de los niños, definitivamente el regalo más grande de la humanidad.

En el círculo que formamos les pedí que estudien con mucha alegría, que amen mucho a sus padres, que se respeten y quieran como hermanos, que cuiden el agua, que lean mucho, que dibujen hermosos paisajes, que escriban un poema a las flores, que digan ¡No! a la violencia, que ayuden a cruzar la calle a un anciano o invidente, etc.

¡Oh los niños! ¡Siempre los niños! ¡Cuánto nos enseñan! ¡Cuánta ternura y solidaridad!¡Cuánto amor por ver un mundo mejor! ¡Me siento feliz de haber elegido ser educador!   

Hasta el próximo reemplazo mis queridos hijos del sol.

Gracias soldaditos de hojalata con un sello en el corazón blanco como la paz.

Dios los bendice

Marco Antonio Malca Delgado

Lunes 07 de Octubre del 2024   

(La hora está en mi corazón)  

   


   

 

        

 

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