domingo, 10 de agosto de 2025

" NO ES CARIDAD: ES DIGNIDAD"

Hola, los saludo con paz desde el fondo de mi corazón.

Hoy domingo 10 de agosto salí a trotar por la mañana a pesar del cansancio emocional por el que estoy pasando. Al pasar por una iglesia católica, observé que una anciana bajaba de una mototaxi a las 7:00 am con la finalidad de asistir a misa, la observé y estaba bajando del pequeño vehículo con dificultad, así que me acerqué y le dije: "señora, permítame ayudarla", y la señora de avanzada edad expresó: "Gracias señor". Así que la ayudé a bajar, le dije que estaba cumpliendo mi misión, y le agradecí por aceptar que la ayude. La acompañé hasta la puerta de la iglesia y le dije: "Listo señora, le deseo un lindo día y que Dios la bendiga, mi nombre es Marco Antonio, le pido que rece por mí", la señora me respondió: "Muchas gracias por su acto de caridad para conmigo", e inmediatamente le dije: "No es caridad señora, es dignidad hacia usted, yo sólo estoy cumpliendo mi misión". Lo acontecido hoy, me hizo recordar una frase religiosa que expresa: "Los tiempos de Dios son perfectos"... y la verdad en este caso fue tal cual, ya que precisamente pasaba trotando cuando la señora bajaba de la movilidad que la transportó hacia la iglesia. Luego que cumplí mi misión con la digna anciana, me quedé pensando en estas dos palabras: "Caridad" y "Dignidad", y al mismo tiempo cual es la diferencia entre las mismas. En primer lugar, la caridad y la dignidad son dos palabras que se hacen trascendentes cuando las ponemos en práctica en la vida cotidiana, y guardan relación con la forma en que tratamos a nuestros semejantes y nos percibimos a nosotros mismos. Veamos algunas diferencias angulares entre estos dos conceptos: En un acto de "Caridad", aplicamos ayuda y asistencia a aquellos que nos necesitan, por lo general debido a circunstancias adversas o dificultades. Asimismo, la caridad es un acto bondadoso y generoso, que realizamos para beneficiar a nuestros similares con necesidades aparentemente extremas. Un acto de "Caridad" puede ser paternalista ya que puede ser tomado que alguien que está en ventaja y poder puede decidir que es lo mejor para los demás. Cuando actuamos en favor de una persona ofreciéndoles "Dignidad" hacia ellos, esta se enfoca en el respeto y valor que se ofrece a los seres humanos, independientemente de las circunstancias o situación. Ofrecer actuar con dignidad hacia una persona, implica reconocer sus derechos y autonomía, tratándolos con respeto y consideración. Cuando valoramos a las personas y las reivindicamos en su dignidad, las empoderamos y recuperamos emocionalmente, ya que de manera natural toman el control de sus vidas y podrán tomar decisiones informadas. Después de analizar ambas palabras, observamos que hay notorias diferencias entre ambas, por ejemplo en su enfoque, ya que la caridad proporciona ayuda y asistencia, mientras que el ofrecer dignidad hacia otra persona se basa en reconocer y respetar los derechos y la autonomía de sus semejantes. Caridad implica una relación desigual, mientras que la dignidad es más integradora, ya que se basa en una relación de igualdad y respeto. El impacto es diferente, ya que actuar con caridad hacia otra persona puede proporcionar alivio temporal, mientras que la dignidad tiene un fondo más profundo y duradero en la vida de las personas. Ambos conceptos guardan relación con la forma en que tratamos a los demás, pero tienen implicaciones diferentes. Caridad es proporcionar ayuda y asistencia, y dignidad es reconocer y respetar los derechos y la autonomía de cada persona. ¿Saben? al margen del análisis de estas dos palabras, me siento feliz por haber tenido la oportunidad de actuar en pro de mi mismo, no de la señora anciana, de esa buena y digna mujer, ya que aceptó que cumpliera parte de la misión que tengo en mi vida, que es ayudar a mis semejantes con respeto y dignidad, sin creerme el "poderoso" y ellos los "débiles" o "pobrecitos". No ayudé a la señora por "Caridad" lo hice por ser ella una mujer "digna", y en ese aspecto merece que otras personas "dignas" la apoyen en seguir caminando por la vida, más aún si acude a orar a una iglesia, y seguir alimentando su yo espiritual. Hoy sentí que Dios me ayudó a cumplir en forma práctica la expresión: "Ama a tu prójimo como a ti mismo", y en un acto de amor y autoestima, y de manera natural, ofrecí una acción digna a una mujer digna, a la cual tal vez nunca más veré, pero seguiré su gran ejemplo de seguir caminando con fe e inmenso amor, así esté encorvado y con bastón.

En un mundo que muchas veces confunde ayuda con superioridad, es urgente recordar que cada ser humano merece respeto, no por lo que tiene o carece, sino por lo que es.

La verdadera ayuda no humilla, dignifica. 

Que cada gesto que tengamos hacia los demás sea una afirmación de su valor, no una demostración de nuestro poder.

Porque cuando ayudamos desde la dignidad, también nos elevamos como seres humanos. Hoy doy gracias a mi Dios por actuar con fe a través de una digna acción. Domingo 10 de agosto del 2025 Marco Antonio Malca Delgado 23:51 pm







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