jueves, 14 de diciembre de 2023

UNA PIEDRA COMO YO

El mar es mi gran amor, no tanto como el amor de mi existencia, pero lo es.

Su inmensidad me encandila e inspira a reír, cantar, orar, llorar, soñar, ponerme en comunicación con otros seres vivos, etc.

Hoy estuve frente al mar, y me senté en una piedra grande, y con mi mano derecha acariciaba una piedra de 20 x 20 centímetros aproximadamente, nunca había acariciado una piedra, siempre las pisaba y miraba para no resbalar o que alguna de ellas me doblaran los tobillos.

¡Ya deja de acariciarme! me dijo la piedra ante mi sorpresa inmensa, o acaso: ¿No te das cuenta que soy una piedra? ¿Qué no siento nada? ¿Qué sólo sirvo para golpear, romper cuerpos, construir puentes y en este caso estar frente al mar, pero nada más? ¿Qué quieres de mí?

Nada piedra, sólo se me ocurrió acariciarte, como lo hago con mi árbol de vida, como lo hacía con mi madre en su lecho de dolor, perdóname, me olvidé que eres piedra y que no sientes nada.

¡Un momento! ¡No dejes de hacerlo! ¡Me gustan tus caricias! ¡Ahora me siento mejor!

Bueno... expresé, esto es una locura, yo hablando contigo piedra, y tu respondiendo como si fueras de mi condición humana, pero está bien, te seguiré acariciando...

Cuéntame algo de ustedes los humanos, y yo te contaré algo de mi.

Bueno, que te puedo decir, los humanos tenemos sentimientos, podemos reír y llorar, amar y odiar, progresar y estancarnos, ayudar y actuar con egoísmo, matar y dar vida, eso y mucho más...

Mientras "platicaba" con la piedra la seguía acariciando, y repentinamente me di cuenta que se iba humedeciendo, y le dije ¿Estás bien? me parece que estás sudando... ¡No es sudor! ¡Me has hecho llorar!... pero, ¿Qué hice para hacerte sufrir? … ¡Es la primera vez que converso con un humano! y me doy cuenta que no eres tan malo como yo pensé, recordé cuando salvaste al lobito marino y lo enviaste de regreso al mar, recordé tus plegarias…¿Sabes? todo lo que decías quedaba grabado en la inmensidad del océano y por las noches venían ángeles y llevaban tus mensajes, oraciones, dolores, alegría, logros, promesas y canciones que dejabas.

Te hemos extrañado mucho, veo que estás caminando con cuidado: ¿Qué te pasó? Te recuerdo que la piedra soy yo y no tú, ya cambia tu vida por favor.

¡Mira, un delfín! ¡Pide tu deseo de corazón! ¡Sé que lo harás realidad, si se lo pides a tu buen Dios!

Ese buen Dios también es tuyo mi amiga piedra, y bueno, mi delfín sabe mi deseo desde siempre, seguro ha venido a darme la bienvenida...

Pero el que te extrañó más fue Poseidón, siempre preguntaba por ti, y nos decía que tus ocurrencias las contaba a las caracolas y algas marinas en el fondo del mar, y las hacía reír, e ilusionar...

Te cuento que mi condición de piedra nunca va a cambiar, y que a mi y a mis hermanas nos taladran, nos usan como proyectiles para dañar a otros seres humanos, nos pintan y venden como adornos, y lo que no saben los que nos maltratan es que son peores que nosotras, y que están destrozando a la humanidad.

Por favor "Marco del mar" no golpees a nadie, sigue acariciando a todo el que necesita de ti.

Y así me quedé acariciando a la piedra por un buen rato más, ya no hablábamos, pero veía que la piedra seguía húmeda y de pronto se partió en dos, y salió un intenso olor a perfume celestial.

Las paredes internas de la piedra partida brillaban y seguía sintiendo un olor que me daba mucha tranquilidad.

Antes de retirarme, dejé los dos trozos de la piedra partida, y escuché la voz del gran Poseidón que expresó: No olvides el día de hoy, en que tuviste un encuentro con la piedra rebelde, esa que siempre quiso hablar y lo hizo contigo, hasta que tus caricias la hicieron llorar, romper su coraza y regalarte sus verdaderos sentimientos, esos que son como el perfume inmenso del mar.

Gracias piedra, ahora sé que no hay ser que se resista al amor y a la bondad.

Marco Antonio Malca Delgado

Viernes 15 de diciembre del 2023

00:48 am

         

     

       




     

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