jueves, 18 de diciembre de 2014

EVALUACIÓN DE FIN DE AÑO

¡Papá! ¡Mamá! ¡Pasé de año! ¡Viva!
¡Que bien hijito! ¡Seguro que aprobaste todos los cursos!
¡Pasé con dos cursos! ¡Nada más! ¡Los salvo en el vacacional!
Lo descrito es algo real, y sucede en muchas familias que esperan los resultados finales de sus hijos, coincidiendo con la culminación del año escolar en nuestro entorno, y quizás en forma similar en nuestras naciones hermanas.
Vivimos en una época en que las exigencias de los Padres hacia sus hijos se han reducido tremendamente, al punto tal que hay escolares que mienten a sus Padres en cuanto a su rendimiento o responsabilizan por completo del mismo a sus profesores, al colegio, al que no los comprenden, a que dejan muchas tareas, a que los padres no los ayudaron,etc.  
Hoy se vive más que nunca la cultura de la justificación, el victimismo y la falta de retos, pero felizmente no es algo generalizado, pues aún existen familias cuyos Padres siempre ponen a sus hijos la "Valla Alta", es decir les exigen y orientan hacia un estilo de vida donde se enamoren de la cultura, el arte y los deportes, y que a pesar que no van a dominar varias materias ya que cada persona tiene competencias y habilidades diferentes, los retan a dar lo mejor de sí, cambiando su actitud ante las cosas "Aparentemente difíciles".
Desde mi punto de vista, la escuela debe orientar a los padres en la misión de monitorear los estudios de sus hijos(as) en forma periódica, no sólo se trata de revisarles la agenda y verificar que hayan hecho las tareas domiciliarias, va mucho más allá, y para ver más allá debemos pensar con amplitud y objetividad, recordando que todo Padre desea ver exitosos (as) a su(s) hijo(as).
La ruta del éxito es una ruta desafiante, plagada de logros y dificultades, de horas sin dormir y desvelo, de la labor de los adultos que por sobre todas las cosas deberán inspirar en sus hijos el Amor a las diferentes áreas del conocimiento humano, esta hermosa etapa se da desde que hemos nacido hasta el último día de nuestra existencia material, donde en la cima de nuestra vida dejemos un mundo mejor del que hemos encontrado gracias a nuestro desarrollo y contribución a la humanidad.
Así como en la actualidad las empresas que desean progresar y tener éxito realizan una retroalimentación a sus colaboradores, para afirmarlos en sus potencialidades y competencias, motivarlos a un cambio positivo, y hacerles un plan de mejora, de esta misma manera los padres o tutores de los niños(as) y jóvenes estudiantes deberán evaluar con mucho afecto la labor estudiantil de sus vástagos.
No se trata sólo de ver que sus hijos "Salieron regular pero pasaron de año", sino de formar personas que aprendan a convivir en un mundo que día a día exige ciudadanos más competentes.
La escuela debe trabajar asociada a los padres de familia y orientarlos en la forma como realizar un feedback o retroalimentación a sus hijos, y esta debe ser realista y exigente, es decir debe acostumbrar a que desde pequeños los hijos deban saber sus logros y al mismo tiempo lo que deben de mejorar en su formación cultural, en valores y en lo actitudinal.
Con preocupación observo que muchos colegios en su afán de no "Perder clientes" aprueban
a todos sus alumnos de una manera antiprofesional y falto de todo criterio pedagógico, sin reflexionar en el tremendo daño que están ocasionando en tantos estudiantes, que inclusive "Llegan a creer que esa es la nota que merecen", por el bien y el futuro desarrollo de una nación y sociedad esa situación debe cambiar.
En la actualidad hay muchos avances en la cultura organizacional de las empresas, y una escuela seria deberá estar al tanto de lo que el mundo de hoy exige, parte de ello es el realizar una evaluación y monitoreo permanente en las competencias, potencialidades y carencias de las personas, y es fundamental que desde pequeños los estudiantes ingresen en ésta cultura de excelencia, en el caso de ellos en lo académico, cultural, social, deportivo, artístico y valorativo.
Cuando insisto en evaluar el proceso de desarrollo de un estudiante, no me refiero a "Ponerle la soga al cuello", o desmotivarlo y expresarle que "No sabe", es todo lo contrario; es ir más allá de una simple evaluación oral y escrita, es ver a un ser humano en su completa dimensión, es buscar el desarrollo en un ser único e irrepetible que orientado de una forma adecuada y asertiva logrará ser exitoso en la vida y compartirá sus conocimientos con el entorno.
Si bien es cierto el Ministerio de Educación tiene un equipo de evaluación educativa, estos evalúan sólo los conocimientos en Comunicación y Matemática, y lo hacen una o dos veces al año, y los resultados los envían al año siguiente (Increíble), este estamento del Estado debe capacitar a los Directores en un programa de "Evaluación de desempeño" organizacional para que lo hagan extensivo entre los maestros de sus escuelas y finalmente lo transmitan a los padres de familia y hacerlos participar en forma activa en el proceso de revisión, ayuda, evaluación, autoevaluación, plan de mejora y retroalimentación de nuestros niños y jóvenes.  
Realizando una labor evaluativa seria, objetiva, retadora, altamente respetuosa, motivadora, inspiradora de cambios positivos y con gran afecto lograremos un cambio positivo en nuestros estudiantes desde pequeños, con la seguridad que se convertirán en "Enemigos de la Ignorancia", Anhelo que muy pronto y con el trabajo de todos logremos tan hermoso objetivo.
Dios los bendiga siempre.
Marco Antonio Malca Delgado
Jueves, 18 de diciembre del 2014
10:33 am
         

No hay comentarios:

Publicar un comentario